Irán se salta las sanciones y sigue con el envío de petroleros hacia Venezuela

Venezuela
Trabajadores de PDVSA a bordo de un petrolero iraní atracado en un puerto venezolano.

Irán continúa evitando las sanciones impuestas por Estados Unidos, centradas sobre todo en el comercio de petróleo iraní a cuenta de los incumplimientos del pacto nuclear, y mantiene el envío de buques petroleros a Venezuela, país también que lidia con embargos dictados por el gigante norteamericano contra el régimen chavista de Nicolás Maduro.

La República Islámica sigue desafiando las medidas sancionadoras estadounidenses destinando, en este caso, nuevos petroleros a puertos venezolanos.

El envío de una importante flota iraní hacia el país latinoamericano está ya programado. De hecho, el buque iraní Ndros, el primero de la formación, llegó el domingo al puerto venezolano de José y se prepara para cargar 1,9 millones de barriles de petróleo. Este destacamento persa desafía las sanciones de Estados Unidos en un intento de asistir al régimen de Nicolás Maduro de cara a superar una escasez de combustible importante en la nación caribeña.

Como publicó Bloomberg, parte de esta flotilla de unos diez buques iraníes también ayudará a exportar crudo venezolano después de descargar combustible, en una transacción secreta. El Ejecutivo de Nicolás Maduro está ampliando su dependencia de Irán como un aliado de última hora después de que Rusia y China evitaran desafiar la prohibición de Estados Unidos sobre el comercio con Venezuela.

Venezuela sufre una grave crisis de combustible y de abastecimiento de todo tipo de productos, incluidos los de primera necesidad, tras una criticada gestión del Gobierno de Nicolás Maduro, acusado de corrupción y de mala gestión de la economía nacional, incluida la joya de la corona, que es la petrolera estatal PDVSA.

El país caribeño, que en el pasado fue uno de los principales proveedores de crudo de Estados Unidos y presumía de tener uno de los precios domésticos de gasolina más bajos del mundo, ahora apenas puede producir combustible. Los últimos envíos de crudo iraníes destinados a principios de octubre en tres buques se están agotando, lo que amenaza una escasez más pronunciada en todo el país con largas filas en las gasolineras protagonizadas por ciudadanos carentes de recursos.

Flota programada

La flota programada ahora está formada por el doble que buques que aquella que sorprendió por primera vez a los observadores internacionales en mayo, cruzando un mar Caribe patrullado por la Armada de los Estados Unidos.

“Estamos observando lo que está haciendo Irán y asegurándonos de que otros cargadores, aseguradores, propietarios de barcos o capitanes de barcos se den cuenta de que deben mantenerse alejados de ese comercio”, dijo en septiembre Elliott Abrams, representante especial de Estados Unidos para Irán y Venezuela.

Varias embarcaciones que transportaron combustible a Venezuela a principios de este año, incluidas Fortune y Horse, apagaron su señal vía satélite hace al menos diez días, según datos de seguimiento de petroleros ofrecidos por Bloomberg. Esconder las emisiones es un método comúnmente utilizado por los barcos que tratan de evitar ser detectados. En otros casos de ayuda iraní a Venezuela, los nombres de los barcos se pintaron y cambiaron para ocultar el registro del carguero.

Además de importar combustible, Venezuela también necesita exportar suficiente petróleo crudo para liberar espacio de almacenamiento y evitar detener la producción, una tarea que se hizo más difícil por las sanciones contra el régimen de Maduro. La producción en la red de seis refinerías de Venezuela ha disminuido constantemente, y los derrames y los accidentes se han convertido en una rutina debido al mal estado de las instalaciones, que no pueden ser reparadas por la falta de recursos.

El Ejecutivo de Maduro ha aumentado la presión sobre una infraestructura con déficit de mantenimiento para garantizar la producción para el consumo local. Las sanciones han dificultado la importación de repuestos o las contrataciones, y el régimen chavista se está quedando sin dinero.

En consecuencia, las dos naciones también están discutiendo formas para que Irán ayude a Venezuela a reacondicionar su refinería Cardón, la última planta de combustible que opera con mayor o menor regularidad, según diversas fuentes.

Petróleo chino

Las compañías petroleras chinas buscaron en 2018 ayudar a Venezuela a arreglar sus refinerías, pero perdieron interés después de una revisión de las instalaciones, según fuentes cercanas. Además, Rusia y China no quieren desafiar las sanciones decretadas por Estados Unidos.

No está claro si los iraníes podrían lograr lo que los chinos no consiguieron. Las refinerías de Venezuela fueron construidas y operadas durante décadas por las grandes petroleras estadounidenses y europeas hasta su nacionalización en la década de 1970. Incluso entonces, PDVSA confió en la tecnología y las piezas de Estados Unidos para el mantenimiento y las ampliaciones. Esto significa que los iraníes deberán producir nuevas piezas para realizar reparaciones claves. Algunas correcciones realizadas en junio y julio aún no han tenido éxito y cuatro contratistas locales todavía están realizando reparaciones, según lo aportado por Bloomberg.

 

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