India abre las urnas para que 900 millones de personas voten en el mayor ejercicio democrático del mundo

Los colegios electorales de India han abierto en la mañana de este jueves para la primera fase de unas elecciones legislativas que pondrán a prueba el desgaste del BPJ, el partido del primer ministro, Narendra Modi, y que suponen el mayor ejercicio democrático del mundo.

India abre las urnas para que 900 millones de personas voten en el mayor ejercicio democrático del mundo
Una mujer india ejerciendo su derecho al voto. Foto: AFP

En los comicios, que se desarrollarán durante varias semanas para facilitar la votación en todos los estados del país, están llamadas a participar 900 millones de personas –más que toda la población de Europa–.

La cita con las urnas llega con el BPJ como el claro favorito para imponerse en votos y en escaños, con los últimos sondeos apuntando a una clara victoria y con la duda de si repetirá la mayoría absoluta en la Casa del Pueblo, la Cámara Baja del Parlamento indio.

En los anteriores comicios, celebrados en 2014, el BJP logró superar la mayoría absoluta y se alzó con 282 escaños en una cámara legislativa, el Lok Sabha, que cuenta con 545 diputados, de los cuales dos son elegidos directamente por la Presidencia del país para representar a la comunidad angloindia.

La cita con las urnas no se completará hasta el 19 de mayo
, cuando terminará la última ronda electoral. Los resultados no se conocerán hasta el 23 de mayo. El proceso complejo electoral indio supondrá el establecimiento de cerca de un millón de centros electorales, si bien la cifra puede ser algo menor si hay dificultades para habilitar centros de votos en algunas zonas por nevadas o inclemencias meteorológicas.

La complejidad que caracteriza este largo proceso electoral y las dificultades para facilitar el ejercicio del derecho al voto en todos los rincones del país llevan a las autoridades electorales a tener que recurrir al empleo de barcos, helicópteros e incluso elefantes para hacer llegar las urnas a las aldeas más remotas. En la anterior cita electoral, las autoridades electorales habilitaron 18 mesas de votación para aldeas con diez habitantes o menos.

Las legislativas de 2019 contarán con un censo de 900 millones de electores frente a los 814,5 millones de ciudadanos llamados a las urnas en 2014 en India, un país en el que se estima como aceptable una participación situada entre el 60 y el 65 por ciento de los votantes.

El BJP podría no repetir la mayoría absoluta

La media de los sondeos electorales publicados la última semana sitúa al partido nacionalista del primer ministro como el claro favorito para ganar las elecciones, con una amplia mayoría que podría llegar a ser absoluta. De los cuatro últimos sondeos, tres sitúan al partido con 273 escaños o más –de los 543 que hay en juego– y solo un estudio coloca a la formación por debajo de ese umbral, con 267 diputados.

Las encuestas sitúan en segunda posición al partido centrista Congreso Nacional Indio, que presenta como candidato a primer ministro a Rahul Ghandi, que asumió en 2017 las riendas del partido relevando a su madre, Sonia Ghandi, y que representa a la familia política Nehru-Ghandi.

En las elecciones de 2014, el Congreso Nacional Indio consiguió sus peores resultados de las últimas décadas y ahora los sondeos le colocan en una horquilla que va de los 125 a los 142 escaños.

Modi llega a estos comicios legislativos haciendo bandera del nacionalismo que defiende su formación y tras las recientes tensiones con Pakistán a cuenta de la situación en Cachemira, la región cuya soberanía se disputan y reparten los dos países y por la que se han enfrentado en dos guerras.

La tensión entre Pakistán e India aumentó en febrero tras el atentado que acabó con la vida de 40 militares indios en la Cachemira controlada por las autoridades de Nueva Delhi. Ese atentado llevó al Gobierno indio a acusar una vez más a las autoridades paquistaníes de estar apoyando a los grupos de milicianos que atacan objetivos indios desde suelo paquistaní.

La escalada de tensión subió un peldaño más cuando India lanzó un ataque aéreo en suelo paquistaní contra un supuesto campamento de milicianos de Jaish-e-Mohammad (JeM), el grupo que reivindicó el ataque del 14 de febrero en la localidad de Pulwama, y Pakistán capturó a un piloto de un caza que derribó por adentrarse en su espacio aéreo.

Modi se impuso en las anteriores elecciones con una clara apuesta por el cambio político y con la promesa de que India volvería a vivir en la época de los «acche din» (los buenos días, en hindi) gracias a sus reformas económicas.

Sin embargo, en estos cinco años de mandato, el primer ministro ha realizado con éxito reformas económicas de peso –como la puesta en marcha del impuesto de bienes y servicios y la retirada de billetes de grandes cantidades para frenar la corrupción y el blanqueo– pero no ha logrado grandes datos en materia de desempleo (un 6,1 por ciento en el periodo 2017-2018) ni ha logrado impulsar más el crecimiento económico, situado en su último ejercicio en el 7 por ciento, en un país en el que se estima que debería crecer cada año por encima de esa cifra para poder sacar de la pobreza a millones de indios.

Los opositores y los detractores de Modi y del BJP han denunciado que durante su mandato han aumentando los casos de violencia sectaria, con un incremento de ataques de radicales hindúes contra los ‘dalits’, los llamados «intocables», por el sacrificio de vacas, así como los ataques contra la libertad de expresión.

En materia de política internacional, Modi ha mejorado las relaciones con Estados Unidos, Japón, China y Rusia, además de fortalecer los vínculos con Israel, pero ha mantenido la tensión con Pakistán, especialmente en todo lo relacionado con Cachemira.

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