Hillary Clinton se enfrenta a su primer debate mirando a la izquierda.

Lejos de ser un plácido camino hacia la oficialización de su candidatura a la Casa Blanca, Hillary Clinton se está viendo obligada a tener que bajar a la arena para combatir contra otros rivales, principalmente Bernie Sanders, proclamado socialista que ha crecido bastante en las últimas encuestas hasta retar el liderato de la ex primera dama.

En la madrugada española del martes al miércoles llega el primer debate televisado del Partido Demócrata y, contrariamente a lo que parecía hace algunos meses, no será un monólogo de Hillary Clinton. Habrá tres candidatos más, Martin O’Malley, antiguo gobernador de Maryland, Lincoln Chafee, de Rhode Island, y el senador de Virgina James Webb. Pero es Bernie Sanders quien se ha destacado últimamente.

Sanders se decribe a sí mismo como un socialista. Se trata de un político de largo recorrido, alcalde durante bastante tiempo de Burlington, la pequeña capital del estado de Vermont. Clásico de la izquierda norteamericana, sus ideas han pasado de ser anatema en Estados Unidos a convertirle, cuanto menos, en algo un paso superior al de un agitador: al estilo de la evolución vivido con Jeremy Corbyn en el Reino Unido.

Sanders se ha hecho fuerte ahora con un discurso muy crítico con la desigualdad y sus críticas a Wall Street. Sin criticar directamente a Hillary Clinton, sí que considera demasiado liberales las posiciones de la candidata. Su ascendencia en las encuestas ha causado que Clinton esté virando a la izquierda durante las últimas horas. Principalmente Clinton se ha posicionado en contra de un oleoducto proyectado para conectar la canadiense Alberta con Nebraska, el ‘Keystone XL’ y que está causando bastante revuelo por sus riesgos medioambientales, o del tratado comercial del Pacífico impulsado por Obama.

Una favorita en apuros

Clinton era la gran favorita para ser la candidata demócrata a las elecciones del próximo año, pero sus problemas comenzaron cuando se le descubrió un uso ilegítimo de su buzón particular de correo electrónico en lugar del oficial del gobierno cuando era secretaria de estado.

Además, en los últimos tiempos parece cada vez más real la posibilidad de que el actual vicepresidente de EE UU Joe Biden presente una candidatura propia, una opción que según apuntan las encuestas contaría con un importante respaldo y se vería potenciado por el hecho de tener ya experiencia en la responsabilidad del poder.