Francia apela a un mayor peso de la política en el Sahel

Francia
Emmanuel Macron.

El G5-Sahel, formado por Mauritania, Mali, Níger, Burkina Faso y Chad, celebra su séptima cumbre en Yamena, Chad, con la presencia de Francia y otros actores regionales. En ella está previsto que se produzca un cambio de rumbo o, al menos, un cambio de enfoque, respecto a lo acordado hace un año en Francia, durante la anterior cumbre del G5-Sahel.

Durante el pasado 2020, la actuación de las fuerzas francesas desplegadas en el marco de la operación Barkhane, junto con el apoyo de las fuerzas malienses, han llevado a cabo constantes operaciones contra los yihadistas presentes en la región. Éstas se han sucedido especialmente en Liptako-Gourma, la zona de las tres fronteras que une Mali, Burkina Faso y Níger, donde los movimientos y ataques de los grupos terroristas tienen mayor presencia. Durante algunas de ellas han logrado neutralizar a algunos de los líderes de las diferentes organizaciones que aquí se encuentran, sin que esto haya evitado que 2020 sea un año algo más violento que el anterior, aunque el incremento no ha sido tan pronunciado como en 2019.

En esta cumbre, se certifica el cambio de enfoque de Francia y la Coalición por el Sahel pretende que, tras un 2020 en el que los dos primeros pilares vinculados a la seguridad han tenido preponderancia, asistamos a un 2021 en el que sean los pilares 3 y 4 los que ganen protagonismo. El tercero, que tiene que ver con el desarrollo social y económico de la región, y el cuarto, que engloba la mejora de la gobernanza de los países a todos los niveles, van en sintonía con lo que se ha tratado en el marco de la Alianza por el Sahel: un desarrollo de la región reducirá los problemas a raíz de los cuales surgen todos los demás, desde los desplazamientos internos, la inmigración, la lucha comunitaria o el terrorismo yihadista.

Es importante señalar que el terrorismo y la violencia no se circunscribe únicamente a los cinco países que forman el G5-Sahel. De hecho, durante los últimos meses se han producido ataques, todavía muy esporádicos en otros países como Costa de Marfil, por lo que en la comunidad internacional preocupa que el fenómeno terrorista pueda extenderse a otros países e incrementar la estabilidad regional. Por ello cabe destacar la presencia en la cumbre de otros países como Ghana o Sudán, y también Marruecos, un país que juega un papel muy importante en la lucha contra la inmigración irregular, especialmente aquella que tiene como objetivo el territorio español. También han estado presentes delegaciones de Costa de Marfil, Senegal y la República Democrática del Congo, además del presidente de la CEDEAO. Aunque no han participado en la cumbre del G5, pero han estado presentes debido a su participación en el marco de la Alianza por el Sahel, han asistido Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y la Unión Europea.

Yamena ha sido testigo de la necesidad de dar un giro a la estrategia en la región, que suponga un punto de inflexión y permita reducir la situación de violencia que, aunque lleva varios años presente, ha llegado a niveles preocupantes durante los últimos dos años. Las cumbres que han tenido lugar en Chad han señalado la dirección que se debe tomar en los próximos meses y años, y que tiene como destino el estimular el desarrollo social de estos países, mientras en paralelo se continua una lucha sin cuartel contra el terrorismo yihadista que representan las ramas de Al Qaeda y Daesh en la región.

Macron, que ha intervenido mediante videoconferencia, y que durante las últimas semanas se reunió en París con sus homólogos del Sahel, ha indicado que se debe dar un «salto político», en alusión a que el apartado militar, el de la citada gobernanza, debe adoptar un papel con mayor peso en la resolución de la situación. Además, ha señalado que el pilar político es «eslabón perdido entre lo militar y el desarrollo» y que, sin él, la presencia militar y la inversión económica se diluyen en la inestabilidad. El presidente de la Comisión de Defensa del Senado, anunció una cifra que hasta ahora era desconocida, durante el último año entre 1.200 y 1.500 terroristas han sido abatidos por las fuerzas francesas. Un número que impresiona y que pone de manifiesto el esfuerzo que Barkhane realiza. Sin embargo, la amenaza terrorista sigue ahí, y hay que eliminarla. También ha agradecido la decisión del presidente chadiano de enviar 1.200 efectivos a la zona de las tres fronteras, la más castigada por el terrorismo, una decisión que ha calificado de «valiente». Sobre la retirada de los 600 efectivos no se ha pronunciado, aunque ha mantenido que será una decisión a tomar en los próximos meses.

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