El peruano Castillo se estrena anunciando una Asamblea Constituyente como la que impuso Chávez

Pedro Castillo
Pedro Castillo
Rafael Gallego

El nuevo presidente de Perú, el comunista Pedro Castillo, ha arrancado su mandato con una puesta en escena por completo inquietante, en la que ha prometido la creación de una nueva Constitución mediante la creación de una Asamblea Constituyente en la más fiel tradición chavista. Es así hasta el punto de que este es un mecanismo que no se prevé en la actual Carta Magna peruana, pero tal es la intención de Castillo de sacarlo adelante que ya en su toma de posesión como presidente ha jurado el cargo, cita literal, «por una nueva Constitución».

Pedro Castillo acaba de tomar posesión como nuevo presidente de Perú en una ceremonia en la que ha estado presente el Rey Felipe VI -ante el que se ha dedicado a atacar a España-, así como varios mandatarios de países vecinos, incluyendo al colombiano Iván Duque, el único dirigente de centroderecha latinoamericano que acudió y al que no nombró Castillo en su discurso, como sí hizo con el resto. No acudió, eso sí, Nicolás Maduro, a quien en su situación actual no le conviene salir de las fronteras de Venezuela.

Dado que el partido de Castillo, Perú Libre, aunque el más representado sólo cuenta con 37 escaños en una Cámara con 130 asientos, el mecanismo para poder imponer esa nueva Constitución es recoger firmas que superen en cantidad al 10% de los electores, esto es, en torno a 2 o 2,5 millones. De esta forma se cumpliría con la idea fuerza que quiere incrustar Castillo: que las medidas que va a imponer no son producto de decisiones de su Gobierno, sino del deseo del pueblo. Si se redacta una nueva Constitución, será ‘porque el pueblo lo ha querido’, si llegan las expropiaciones, será ‘porque el pueblo lo ha querido’, si se arma a milicias políticas para vigilar las calles… La misma argumentación, la misma mecánica.

Así, como primer punto, primera promesa en su toma de posesión, Castillo ha anunciado que «una de nuestras principales banderas políticas, convertida ahora en bandera de la mayoría del pueblo, es la convocatoria de una Asamblea Constituyente».

Ha prometido Castillo que «presentaremos la propuesta ante el Congreso, respetando escrupulosamente el proceso, de un proyecto de ley para reformarla». Pero lo cierto, lo que es un hecho, es que en las calles de Perú hace tiempo que se están recogiendo firmas para crear esa Asamblea Constituyente de inspiración decididamente chavista con todo tipo de tretas: se han llegado a ofrecer paquetes de macarrones a cambio de firmas en zonas desfavorecidas.

A los mandos, el comunista Cerrón

Detrás de Pedro Castillo tiene una importancia capital la figura de Vladimir Cerrón, que pasa por ser el auténtico cocinero de las políticas del nuevo presidente, ex profesor -lo fue un corto periodo de tiempo- y alborotador sindicalista. Cerrón es un ex gobernador regional, marxista-leninista de pura cepa y que soñaba con llegar a ser el máximo mandatario de Perú, pero al que sus numerosos problemas legales por corrupción terminaron por cercenar una carrera rumbo al poder en Lima que su mala imagen pública ya complicaba. El Jurado Nacional de Elecciones no le permitió figurar ni como vicepresidente segundo en la candidatura de Castillo, pero su sombra es perceptible detrás de cada movimiento del ya nuevo presidente.

El propio Castillo dejó dicho en mayo, ante las insistentes preguntas por la influencia del comunista Cerrón, que «acá las decisiones las toma Pedro Castillo y las toma el pueblo» [de nuevo esa constante alusión al «pueblo»], «a Cerrón no lo van a ver ni siquiera de portero en ninguna de las instituciones del Estado».

Pero lo cierto es que, para empezar, y tras el discurso de toma de posesión de la presidencia, el siguiente paso que se esperaba era el anuncio de los ministros. Pero la comunicación de la composición del Gabinete tendrá que esperar. Fue pospuesta al menos un día más. Tras el telón, se adivinan las razones: Cerrón sigue presionando para colocar a otro ‘hombre de paja’ -Roger Najar- como número 2 del Gobierno.

Reunión con Monedero

Por supuesto, quien no se podía perder el estreno del nuevo y flamante presidente comunista de Perú es Juan Carlos Monedero. Al cofundador de Podemos en España, el partido que soñó con importar el bolivarianismo a Europa, es habitual encontrarle medrando entre gobiernos de izquierda o extrema izquierda, ya sea con Chávez o Maduro en Venezuela, con Evo Morales o Luis Arce en Bolivia, con Lula da Silva en Brasil, o ahora, junto a la cúpula del nuevo Ejecutivo andino.

La vicepresidenta de Perú, Dina Boluarte, ya se reunía para inaugurar su mandato este mismo miércoles con el ideólogo de Podemos para conversar, ha dicho, «sobre lo que nuestras organizaciones pueden alcanzar y el futuro de Perú en la escena internacional».

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