Clarissa Ward, la corresponsal de la CNN que saltó a la fama por su cambio radical, abandona Afganistán

La periodista Clarissa Ward en Kabul.
La periodista Clarissa Ward en Kabul.

Clarissa Ward deja Afganistán. La periodista estadounidense de la CNN que saltó a la primera plana mundial a raíz del radical cambio de imagen que se le observó justo el día en que los talibanes se hicieron con el control de Kabul, se ha visto obligada a dejar el país por esa misma razón. Se recordará que Ward había pasado de aparecer ante la cámara con una apariencia normal y occidental a vestir un llamativo velo negro tapándose por completo la cabeza, salvo su cara.

Pues bien, la reportera que ha estado contando el despliegue de los talibanes en Kabul durante los últimos días ha entendido que su vida empezaba a correr peligro a partir de ahora por lo que era aconsejable que dejara Afganistán. Lo ha contado ella misma, publicando una foto del avión C17 estadounidense en el que logró embarcar para salir desde el aeródromo de Kabul.

Ward había saltado a la primera plana mediática a raíz de ese radical cambio de imagen, algo que ella trató de matizar y explicar argumentando que ese era el atuendo habitual que vestía cuando salía a la calle. «Este meme es inexacto. La foto de arriba es dentro de un recinto privado. La inferior es en las calles de los talibanes en Kabul. Siempre he usado un pañuelo en la cabeza con anterioridad en la calle en Kabul, aunque no con el pelo completamente cubierto y con una abbaya. Así que sí que hay ahora una diferencia, pero no tan marcada», relataba la periodista.

Pero lo cierto es que las cosas sí estaban cambiando para ella y cada día era más complicado hacer el trabajo en la calle. Hace un par de fechas, la propia Ward vivía en primera persona un episodio incómodo con un grupo de talibanes que no aceptaban que no llevase el burka y llevase el rostro al descubierto. Los talibanes impedían que la periodista y el cámara hicieran su trabajo. En las imágenes del episodio se llegaba ver cómo son agredidos para que dejen de grabar. Ellos sólo querían mostrar cómo el caos se ha apoderado en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul y la gente se agolpa para acceder e intentar huir del infierno talibán.

La reportera contó que un radical talibán le «gritaba» que se «cubriera la cara» y que otro combatiente intentó agredir a su cámara para que dejara de grabar. Otra persona se dio cuenta de que eran periodistas y lograron detener la agresión. Ahora ha decidido que ya es hora de volver a casa.

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