Denuncia contra Cuba ante el TPI

Una atleta cubana en España denuncia acoso sexual de funcionarios de la embajada de Cuba en Madrid

Sufrió amenazas homófobas del personal diplomático cubano en Madrid al descubrir que tenía relaciones con otra atleta

Huyó de la misión, fue declarada desertora por el régimen y no podrá regresar a la isla en 8 años

Lea completa la denuncia contra el régimen cubano ante el Tribunal de La Haya

Cuba hina
Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro en Cuba. (Foto: AFP)

OKDIARIO conoce su nombre, pero, por supuesto, no lo va a revelar. Ella, una atleta cubana residente en España, es -en la denuncia presentada ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya (TPI) contra Cuba y sus principales jerarcas- el testimonio 365 con una clave para proteger su intimidad. Ha accedido a contar lo que vivió y aún sufre en España como trabajadora de una misión internacionalista de Cuba en nuestro país. Lo que describe no ocurrió hace lustros. Ocurrió a finales de 2018, en la España ya de Pedro Sánchez, el PSOE y Podemos, que se niegan a decir que Cuba es una dictadura. El acoso del personal cubano en España continúa a día de hoy, según fuentes próximas. Incluso en Cuba, el régimen se ha burlado públicamente de ella por ser homosexual.

La testigo 365 es atleta. Es una de las 894 personas, testigos protegidos, cuyo testimonio se aporta ahora de primera mano -junto a otros 217 testimonios públicos- ante la Corte Internacional de La Haya por esclavismo, trata de personas y violación de los derechos humanos en las Misiones Internacionalistas de Cuba en el extranjero.

La atleta cubana testigo 365 es Licenciada en Cultura Física. Llegó a España a finales de 2018. Lo primero que hicieron los funcionarios de la embajada cubana en Madrid fue retirarle el pasaporte y dejarla en nuestro país sin documentación alguna, siquiera la profesional o sus títulos educativos. Todo confiscado por el personal de la embajada en un procedimiento que recuerda -según la denuncia- al de las organizaciones mafiosas que traen a España a mujeres para dedicarlas a la prostitución. O al de las mafias de la inmigración, pero ejercido -según la denunciante- por personal diplomático cubano acreditado ante el Gobierno de España.

La testigo 365 huyó, fue declarada desertora y hoy vive feliz en una ciudad española, aunque el acoso del régimen -parece- no ha terminado, sobre todo con su familia en Cuba. De celebridad mundial del deporte cubano a vivir alejada de su pasión deportiva, pero libre y con su nueva pareja. La testigo 365 es homosexual y fue conminada por funcionarios de la embajada cubana a dejar esa relación bajo amenaza.

En su testimonio a Prisoners Defenders, la testigo 365 cuenta cómo funcionarios cubanos y miembros de la legación diplomática de Cuba en España acosan sexualmente a estas trabajadoras y abusan de su posición de fuerza. Cuenta, además, que fue espiada por funcionarios cubanos en sus relaciones homosexuales íntimas y que le conminaron a abandonarlas so pena de tener que dejar el deporte al regresar a Cuba. Según la denuncia, miembros de la legación diplomática de Cuba en España espían a sus conciudadanos hasta el límite de sus relaciones más íntimas y les someten a presiones y amenazas.

Confiesa atleta cubana que se apuntó a la misión en España huyendo de la “falta de libertad y pobreza extrema de Cuba”. Buscaba salir de allí. Y describe -como tantos otros en la denuncia ante el TPI- el fruto de años de adoctrinamiento desde niños en los colegios cubanos: “Sentía que se me había inculcado que estaba en deuda con el Estado por haber recibido educación gratuita”. Dice que se hizo deportista en Cuba “para no asistir a las clases de adoctrinamiento político que había por las tardes en mi escuela”.

La atleta cubana Llegó a España en 2018. La testigo 365 describe el horror de un piso en condiciones deficientes y sin privacidad, obligada a vivir allí porque sí. Obligada por los funcionarios de la embajada a participar en actos en favor de la dictadura en nuestro país, como los que convocan organizaciones de la izquierda y la extrema izquierda española relacionadas con la dictadura. Cuenta que fue obligada a trabajar hasta 54 horas semanales, 9 horas al día, 6 días a la semana, realizando guardias de 16 horas… por 364,80 dólares (320 €). Cuenta que jamás le presentaron un contrato laboral o condiciones de trabajo, violando, así, la legislación laboral española.

Denuncia la testigo 365 que sus comunicaciones, conversaciones y correos electrónicos fueron controlados mientras formó parte de la misión internacionalista. Que cualquier relación personal con españoles debía ser autorizada por la embajada. Cuenta que, bajo amenazas, los funcionarios cubanos en España le obligaban a espiar e informar sobre sus compañeros de misión, incluida su vida privada, especialmente si alguien planeaba abandonarla. En ese caso, se les forzaba a hacerle, incluso estando en plena España, un acto de repudio al estilo cubano. Cuenta la testigo 365 que se le prohibió moverse libremente por España, violando claramente el personal diplomático cubano la legislación nacional española. Las prohibiciones -asegura- llegaron para esta mujer al punto de no poder conducir por sí misma un coche en nuestro país. Para la dictadura cubana España debe de ser como Arabia Saudí.

Del repaso y la lectura de los 1.111 testimonios recabados para la denuncia ante el TPI llama la atención un dato: más del 40% de las cubanas en el exterior sufrieron o fueron testigos de casos de acoso sexual por parte de funcionarios cubanos de sus embajadas. Hay nombres y apellidos. De médicos cubanos jefes de misión, pero también de diplomáticos cubanos acreditados en países europeos. Con nombres y apellidos muy concretos en territorio europeo.

Negocio millonario para la dictadura

El testimonio de esta atleta cubana es uno de los 1.111 de trabajadores cubanos en misiones extranjeras presentados en la ampliación de denuncia contra Cuba por Prisoners Defenders, organización de derechos humanos española, y otras, ante el TPI. Es la primera vez que una denuncia aporta tantos testimonios personales y directos y documentación contractual y consular secreta hasta ahora. Se acusa a Cuba, a Raúl Castro, a Miguel Díaz-Canel, al ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, y a varios ministros y ex ministros más, de esclavismo, trata de personas y violación de los derechos humanos para explotar a sus trabajadores en el exterior y obtener de su trabajo esclavo pingües y millonarios beneficios que sirven para alimentar el aparato represor del régimen comunista. Prisoners Defenders afirma que, desde 2005, las Misiones Internacionalistas son ya la primera fuente de ingresos del país por encima del turismo. En 2018, la dictadura facturó 8.500 millones de dólares por estas misiones frente a los 2.900 millones de dólares del turismo. El estado cubano somete a estos trabajadores en el exterior, a través de sus embajadas, a condiciones de explotación laboral, vigilancia, amenazas, acoso sexual y agresiones para que sólo se lleven el 15% de su sueldo. El resto va a la dictadura.

Amenazas homófobas

La testigo 365 en España fue declarada desertora. No regresó a Cuba al acabar la misión. La Ley de los 8 Años le impide volver y reencontrarse con su familia hasta 2026. De sus respuestas se deduce el temor a tomar una decisión crucial y el temor por su familia: si abandonaba, no volvería a Cuba en 8 años. Pero abandonar supone también que su familia no pueda salir de Cuba en 8 años de acuerdo a su legislación. Una condena para su familia por buscar ella la libertad. Todo un terrible dilema.

La testigo 365 es homosexual y cuenta que “se me regañó por mantener relaciones personales con una competidora española”. Los funcionarios cubanos que vigilaban a la atleta cubana en nuestro país “me advirtieron de que se me sancionaría con dos años de separación del deporte al volver a Cuba si seguía con esa relación”.

La homofobia del régimen cubano es una constante entre los 1.111 testimonios de trabajadores cubanos recogidos para el TPI. En muchos casos, en otros países, los trabajadores aseguran que se les amenazó con cárcel si no abandonaba sus relaciones homosexuales. Aunque el Código Penal cubano eliminó en 1997, formalmente, las referencias a la homosexualidad, la realidad de la Cuba comunista sigue siendo la de un régimen homófobo que pretende aparentar apertura. En la última reforma constitucional se excluyó el matrimonio entre personas del mismo sexo y en la legislación laboral aún se discrimina por esta razón. Hasta la televisión estatal cubana sigue censurando besos o escenas homosexuales explícitas en las películas que emite. En una de las últimas ocasiones, en 2020, activistas LGTB convocaron una protesta y fueron detenidos.

Fue Fidel Castro quien marcó el camino de la homofobia en la Revolución cubana. En su discurso del 13 de marzo de 1963 dijo: “Nuestra sociedad no puede dar cabida a esa degeneración”. En 2010 se justificó en una entrevista con el siguiente argumento: “Teníamos tantos problemas de vida o muerte, la guerra con los yanquis, el asunto de las armas, los planes de atentados contra mi persona […] que en esos momentos no me podía ocupar de ese asunto”. “Ese asunto” eran -para Fidel Castro- los homosexuales cubanos. Fue el Che Guevara, homófobo declarado, admirado por nuestra vicepresidenta Yolanda Díaz o nuestro ministro Alberto Garzón, quien creó las UMAP, Unidades Militares de Ayuda a la Producción, campos de concentración forzosos de trabajo esclavista para homosexuales. A la entrada se leía al estilo nazi: “El trabajo os hará hombres”.

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