Así marchan las encuestas a 99 días de las elecciones en EEUU: Trump mantiene su ventaja de 1,7 puntos
Trump demuestra su capacidad para llenar grandes mítines electorales
El ex presidente de Estados Unidos Donald Trump, candidato republicano, mantiene la misma ventaja sobre la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, en la media de las encuestas generales en la carrera presidencial en EEUU. Este domingo, al no ser laborable, no se han actualizado las encuestas, que arrojarán nuevos datos el lunes. Trump sigue con un margen de 1,7 puntos, retratando el sentir general del país a menos de cuatro meses de las elecciones presidenciales. De momento, entre el Partido Demócrata, se percibe mayor entusiasmo después de la retirada del presidente de Estados Unidos Joe Biden de la carrera presidencial. Se mantienen los porcentajes de apoyo: el 47,9% del electorado votaría a Trump. Mientras, el 46,2 se decantaría por Kamala Harris.
Donald Trump y su candidato a vicepresidente, el senador de Ohio, J. D. Vance, han tenido este fin de semana su primer baño de multitudes juntos al protagonizar un acto de campaña los dos a la vez en el mismo escenario en St. Cloud (Minnesota), estado al que Trump quiere dar la vuelta y convertir en republicano el 5 de noviembre. Trump sigue siendo un valor seguro para hacer de los mítines un gran espectáculo: lleno absoluto en los actos de este fin de semana con un público emocionado de ver al ex presidente.
Miles de simpatizantes de Donald Trump y J. D. Vance han aguantado durante varias horas bajo el sol ante un calor abrasador coreando: «¡USA!, ¡USA!, ¡USA!» y «¡luchar, luchar, luchar!», expresiones que se han convertido en los gritos de la cabecera de campaña del republicano, los cuales gritó el día del atentado.
En los próximos días, se verá si la decisión de Trump ha hecho moverse las encuestas y se juzgará por los viajes de la vicepresidenta Kamala Harris y Trump por qué estados ha apostado cada campaña. Trump sigue teniendo varios caminos para llegar a la Casa Blanca. Sin embargo, Kamala Harris debe decidir por qué vías apostar. De momento, ya ha empezado a rebajar sus ideas de extrema izquierda, en un intento de llamar la atención de los moderados de Wisconsin, Michigan y Pensilvania, y ha indicado que en caso de ganar no prohibiría el fracking para extraer petróleo, muy criticado por los activistas del medio ambiente.
Trump, que intervino durante una hora y media, describió a Kamala Harris como «una local liberal» en un acto de campaña, que hará derrapar a los demócratas a los que obligará a destinar fuerzas y fondos en Minnesota, un estado en el que un principio no deberían emplearse muy a fondo. «No tiene ni idea, es malvada», ha señalado Trump, sugiriendo que Harris había fracasado en sus tareas relacionadas con la frontera como vicepresidenta: «La destrucción mortal de las fronteras de Estados Unidos por parte de Kamala Harris la descalifica completa y totalmente para ser presidenta», ha destacado Trump con un discurso en línea con una resolución del Congreso, a la que se han unido seis demócratas para condenar la labor de Harris al frente de la crisis de inmigración.
El senador de Ohio señaló a los medios de comunicación y a los demócratas que han encubierto los problemas de salud y cognitivos del presidente Joe Biden, señalando que Kamala Harris es un «miembro con carné de la franja lunática de San Francisco». Vance indicó que hay que salvar el país para «estadounidenses de todas las razas, colores y credo». Los comentarios de Vance sobre Kamala Harris de que «es la típica mujer con gato sin hijos» no han parecido afectar a la base republicana, que sí ha sido muy atacado por las mujeres de la izquierda del Partido Demócrata.
Trump ha enseñado su músculo estos días, después de ver cómo Kamala Harris ha recortado las diferencias en las encuestas. El ex presidente de Estados Unidos ha demostrado su capacidad de atraer público a sus mítines, que ha llenado. Estos días ha hecho énfasis al electorado republicano, más fiel y disciplinado que los demócratas, que acudan a votar, sugiriendo que una participación masiva haría que las elecciones fueran «demasiado grandes para amañarlas».