Terromoto arqueológico: hallan en México una ciudad oculta prehispánica del siglo VII con una cancha de pelota
En el estado mexicano de Guerrero, un equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha emprendido una exploración que promete arrojar luz sobre uno de los periodos menos comprendidos del pasado mesoamericano. Entre cerros escarpados, los investigadores han identificado vestigios que apuntan a la existencia de una ciudad oculta prehispánica.
Las primeras observaciones revelan un asentamiento de gran extensión, con estructuras distribuidas de forma ordenada y vinculadas a una tradición arquitectónica regional. Su emplazamiento, alejado de los centros más conocidos, plantea nuevas preguntas sobre las dinámicas sociales y territoriales de las comunidades que ocuparon la región.
¿Cómo es la ciudad oculta de hace 1300 años que han descubierto en México?
Tal como lo indica un boletín oficial del INAH, esta ciudad oculta prehispánica identificada en el municipio de Xochistlahuaca ha sido bautizada como Paso Temprano, aunque los habitantes de la comunidad de El Carmen la conocían desde generaciones anteriores como Corral de Piedra o Ciudad Antigua.
Este enclave pertenece al periodo Epiclásico (650-950 d. C.) y se extiende por más de 1,2 kilómetros de terreno montañoso. Aquí, los arqueólogos han registrado vestigios de una traza urbana compleja, con sectores residenciales, áreas ceremoniales y una muralla defensiva.
Entre los elementos más destacados se encuentra una cancha de juego de pelota, símbolo central de la vida ritual mesoamericana. La disposición arquitectónica y el sistema constructivo empleado, conocido como paramento mixteco, vinculan a Paso Temprano con otros asentamientos del sur de México, como la zona arqueológica de Tehuacalco.
El investigador Miguel Pérez Negrete, del Centro INAH Guerrero, explica que este hallazgo permitirá identificar una cultura local aún poco definida: «El estudio profundo de Paso Temprano podría ayudarnos a trazar los límites culturales de las sociedades que habitaron la Costa Chica durante el Epiclásico y el Posclásico Temprano».
Una arquitectura pensada para resistir
El emplazamiento de Paso Temprano no fue fortuito. Los antiguos constructores aprovecharon los filos y farallones naturales de la montaña para levantar un asentamiento de difícil acceso, lo que denota una clara intención defensiva.
La ciudad estaba protegida por una muralla perimetral, y el acceso al núcleo central se realizaba mediante pasos angostos y desfiladeros que funcionaban como puntos de control.
Los arqueólogos han identificado distintos niveles sociales dentro del asentamiento. En las zonas más bajas se hallan restos de viviendas comunes, mientras que las partes altas estaban reservadas a edificaciones palaciegas y templos, lo que refleja una organización jerarquizada.
El recorrido por el sitio evidencia una planeación cuidadosa y una comprensión avanzada del entorno natural.
El corazón ritual: la cancha de juego de pelota de esta ciudad oculta
En el punto más alto de la ciudad oculta prehispánica se encuentra la cancha de juego de pelota, con forma de I y dimensiones de 49 metros de largo por 8 de ancho. En ambos extremos se integran promontorios naturales que fueron parcialmente forrados con piedra, adaptándose al relieve del terreno.
A un costado de este recinto se localizaron los restos de una estela lisa que habría servido como altar y un cuarto de grandes dimensiones, de 4,5 por 11 metros, cuya función exacta se desconoce. Este conjunto formaba parte del sector ceremonial, el centro político y religioso de la ciudad.
El juego de pelota, practicado en toda Mesoamérica, tenía un profundo significado ritual, asociado a la fertilidad, el poder y la renovación del ciclo cósmico. La presencia de una estructura de este tipo en Paso Temprano confirma la relevancia del asentamiento dentro de la red cultural del sur de México.
¿Por qué este es un hallazgo clave para la arqueología mexicana?
El registro de esta ciudad oculta forma parte de la Mesa de Trabajo «Cultura e identidad», incluida en el Plan de Justicia y Desarrollo de la Nación Amuzga, una iniciativa que busca fortalecer la investigación y conservación del patrimonio en la Costa Chica de Guerrero.
Las labores arqueológicas han contado con la colaboración de las autoridades comunales de El Carmen y del Museo Comunitario de Xochistlahuaca. Según los especialistas, el sitio representa un caso excepcional por su estado de preservación, que permite reconocer con claridad viviendas, pasillos, muros y zonas ceremoniales.
“La conservación de Paso Temprano ofrece una oportunidad única para estudiar una sociedad prehispánica en su contexto original. El desafío ahora es garantizar su protección frente a los efectos del tiempo y la actividad humana”, señala Pérez Negrete.
Ahora, los próximos estudios se centrarán en identificar quiénes fueron los fundadores de la ciudad y cuáles fueron las causas de su abandono. Mientras tanto, el INAH continúa trabajando en su documentación y protección, con el objetivo de integrar Paso Temprano al patrimonio arqueológico nacional y asegurar su preservación para las futuras generaciones.