Krampus: el demonio de la Navidad hermano de Papá Noel

Navidad es sinónimo de esperanza, de paz, es una época de ilusión y de buenos presagios, pero también tiene su historia negra. Y es que el dulce y bonachón Papá Noel tiene su propia antítesis en su hermano. El conocido como Krampus es, según el folclore de algunos países alpinos como Austria, Alemania, Hungría o República Checa, el diablo malo de la Navidad que, al contrario que su hermana, castiga a los niños malos con azotes en el culo hasta que se vuelven buenos.

Su principal misión es enmendar a los chicos malos para se porten bien y sean visitados finalmente por su hermano Papá Noel la noche del 24 al 25 de diciembre. Este Krampus se lleva a los niños hasta las profundidades de la tierra para meterlos en unas esferas y dejarlos allí durante siglos, hasta que su actitud cambie.

Leyenda

Según cuenta la leyenda de esta tenebrosa historia navideña, el Krampus se aparece la noche del 5 al 6 de diciembre por las calles. Esa noche es conocida como Krampusnacht en Alemania. La tradición subraya que esta criatura surgida desde las mismísimas entrañas del infierno, aparece haciendo sonar sus cencerros, en ocasiones acompañado por San Nicolás, y asusta de su presencia arrastrando las cadenas que sujetan sus patas.

Y es que el Krampus no es una persona cualquiera. Se trata de una horrible criatura que el folclore describe como mitad cabra mitad demonio, muy en consonancia con los conocidos faunos. Tiene cuernos, pelo, colmillos y una presencia demoníaca para todos aquellos que se encuentran con él.

En este sentido, según la leyenda, esta criatura se creó en contrapartida a San Nicolás en países como Alemania, que entregaba a los niños buenos caramelos.

Hace años, la iglesia católica prohibió durante un tiempo la presencia de Krampus en las fiestas nacionales, al igual que, durante la Segunda Guerra Mundial, los fascistas de la Alemania que controlaba Adolf Hitler veían al Krampus algo vil y creado por los socialdemócratas.

Actualmente es común ver estas celebraciones en dichos países alpinos, aunque ahora algo transformada. En países como Eslovenia o República Checa son hombres borrachos los que se disfrazan de Krampus para asustar a la gente durante esta noche del 5 al 6 de diciembre.

Tradición europea

El Krampus es una criatura de tradición meramente europea, aunque en los últimos años, cuando la festividad ha alcanzado niveles altos de popularidad, se ha trasladado a algunas zonas de Estados Unidos que ya la asemejan a una noche parecida a la Halloween.

Pero en Europa central sobre todo, la tradición ahora mismo no cuenta con un programa fijo de actividades ni de un desfile como tal por las calles. Son los propios habitantes de cada pueblo los que deciden salir vestidos de Krampus para asustar a sus compañeros vecinos. 

Mientras que en las calles de Kaplice, en República Checa, si se llega a organizar un desfile organizado para que los habitantes de la localidad se disfracen y salgan por las calles en un pasacalles parecido al del día de Reyes Magos pero siniestro; en otras poblaciones del país, los habitantes se visten por su cuenta y se organizan en pequeños grupos para asustar por las calles sin un destino establecido anteriormente.

Así lo certifican las imágenes de localidades austríacas como Virgen, donde todos sus habitantes se visten para molestar, increpar y llamar a las puertas de los vecinos.

Todo lo contrario de Santa Claus

Como hemos comentado anteriormente, el Krampus es la antítesis de Santa Clus. El antihéroe de esta historia de leyendas y mitos populares que es Navidad. Ambos están estrechamente ligados entre sí -muchas culturas los representan como hermanos-e incluso en algunas tradiciones los ven trabajando juntos como una especie de «poli bueno-poli malo» que aparecerá dependiendo de la actitud del niño.

Lo cierto es que Papá Noel también tiene un origen bastante desconocido, aunque se le sitúa en la historia con la imagen de San Nicolás, monje turco que vivió en el 250 d.C aproximadamente.

Las historias alrededor de la generosidad de este monje, sirvieron para crear una gran leyenda a lo largo de los siglos, que se fue devaluando transformando al verdadero San Nicolás en la imagen que hoy tenemos por Santa Claus.

Fue en año 1773 cuando por primera vez un periódico de Nueva York publicó varias historias de familias locales de origen holandés que honraban la muerte de San Nicolás con una reunión familiar.

Creció aún más en la tradición occidental cuando el escritor Washington Irving escribió, en 1809, ‘Historias de Nueva York’, donde mencionaba al monje como el patrón de la ciudad.

Pero fue en 1931 cuando la marca de bebidas Coca-Cola definió la imagen que hoy tenemos de Papá Noel para Navidad. La compañía encargó una campaña publicitaria para las fiestas navideñas al artista Haddon Sundblom donde, usando ilustraciones de Thomas Nash a mediados del siglo XIX, se presentó a Papá Noel como un hombre de mejillas brillantes, larga barba blanca y uniforme rojo. Esta campaña se convirtió en un éxito mundial que dura hasta nuestros días.