Los Kikos en la religión: quiénes son y qué creen
El grupo religioso Kikos, despierta curiosidad y también controversia debido a sus prácticas comunitarias y a su fuerte identidad espiritual.
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En conversaciones cotidianas sobre religión, sobre todo en países de tradición católica como España o varios de América Latina, es habitual que aparezca la expresión “los Kikos”. A veces se usa con curiosidad, otras con cierta ironía, y en no pocas ocasiones con desconocimiento. En realidad, este término informal se refiere a los miembros del Camino Neocatecumenal, una realidad reconocida oficialmente dentro de la Iglesia católica.
Origen del Camino Neocatecumenal
El Camino Neocatecumenal surge en la década de 1960, en un momento de profundos cambios dentro de la Iglesia tras el Concilio Vaticano II. Su iniciador fue Kiko Argüello, un pintor español que atravesó una fuerte crisis personal y espiritual. Junto a Carmen Hernández, teóloga con una sólida formación bíblica, comenzó a anunciar el Evangelio en zonas empobrecidas de Madrid, especialmente en Palomeras Altas.
En ese contexto de pobreza y exclusión social nació una forma particular de catequesis para adultos ya bautizados, pensada para ayudarles a redescubrir su fe desde la raíz. Con el tiempo, esta experiencia inicial fue creciendo y extendiéndose a otras parroquias, hasta consolidarse como el Camino Neocatecumenal que hoy se conoce.
¿Quiénes son los llamados “Kikos”?
Cuando la gente habla de “Kikos”, normalmente se refiere a los seguidores de Kiko Argüello, es decir, a quienes forman parte activa del Camino Neocatecumenal. Es importante aclarar que este nombre no es oficial ni lo usan los propios miembros para definirse. Más bien es una etiqueta popular que ha terminado calando en el lenguaje común.
Desde un punto de vista formal, los Kikos son católicos que viven su fe dentro de una comunidad neocatecumenal, siempre vinculada a una parroquia concreta. No constituyen una iglesia paralela ni una secta independiente, aunque su estilo de vida comunitaria y su fuerte identidad los haga parecer distintos a otros fieles.
Qué creen los Kikos
En cuanto a las creencias, el Camino Neocatecumenal no se aparta de la doctrina católica. Los miembros aceptan plenamente el Credo, los sacramentos y la autoridad del Papa y de los obispos. Sin embargo, el modo de vivir y expresar esa fe tiene rasgos propios que marcan una diferencia clara.
Uno de los puntos centrales es el anuncio del amor incondicional de Dios, especialmente manifestado en Jesucristo crucificado y resucitado. Se insiste mucho en la experiencia personal de conversión, en reconocer las propias fragilidades y en dejarse transformar poco a poco por la fe, no solo a nivel teórico, sino en la vida diaria.
La vida en comunidad
La comunidad neocatecumenal es, sin duda, el corazón del Camino. Los miembros no viven su fe de manera aislada, sino acompañados por un grupo estable de personas con las que comparten celebraciones, reflexiones y etapas importantes de su vida espiritual.
Estas comunidades se reúnen varias veces por semana y fomentan un fuerte sentido de pertenencia. Para muchos, esto resulta una ayuda real para perseverar en la fe; para otros, desde fuera, puede parecer un entorno muy cerrado.
Prácticas y celebraciones
Uno de los aspectos más visibles del movimiento Kikos católicos es su forma de celebrar la liturgia. La Eucaristía, por ejemplo, se celebra normalmente en pequeños grupos, con cantos propios, guitarras y un ambiente más cercano y participativo que en una misa parroquial tradicional.
Estas celebraciones, aunque distintas en la forma, están reconocidas por la Iglesia. A lo largo del Camino, los miembros van pasando por distintas etapas, que incluyen convivencias intensivas, catequesis más profundas y momentos de revisión personal. Todo ello busca ayudar a que la fe no se quede en algo superficial, sino que tenga un impacto real en la vida cotidiana.
Familia, misión y vocaciones
La familia ocupa un lugar muy importante dentro del Camino Neocatecumenal. Se promueve una visión abierta a la vida y una comprensión del matrimonio como vocación cristiana. No es raro encontrar familias numerosas dentro de este movimiento, algo que suele llamar la atención en una sociedad cada vez más secularizada.
Además, el Camino tiene una fuerte dimensión misionera. Muchos miembros se ofrecen para ser enviados a otros países o ciudades donde la fe católica está en declive. De esta realidad han surgido numerosas vocaciones sacerdotales, especialmente en los seminarios Redemptoris Mater, vinculados al Camino pero integrados en las diócesis.
Controversias y críticas
Como ocurre con cualquier realidad intensa y visible, el grupo religioso Kikos también ha recibido críticas. Algunas personas señalan un exceso de control comunitario o una presión social fuerte dentro de las comunidades. Otros cuestionan el peso que tiene la figura de Kiko Argüello y su forma de interpretar ciertos aspectos de la fe.
La Iglesia ha intervenido en distintas ocasiones para recordar la necesidad de cumplir las normas litúrgicas y de mantener una integración sana con el resto de la vida parroquial. Estas correcciones forman parte del proceso normal de acompañamiento eclesial de un movimiento tan amplio.
Reconocimiento por la Iglesia
A pesar de las controversias, el Camino Neocatecumenal cuenta con el reconocimiento oficial de la Santa Sede y con estatutos definitivos desde 2008. Papas como Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco han valorado positivamente su impulso evangelizador, aunque siempre subrayando la importancia de la comunión con toda la Iglesia.
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