Antiguo Egipto

Hallazgo histórico: descubren la primera inscripción real del faraón Ramsés III y los arqueólogos no dan crédito

Ramsés III
Templo de Khonsu que representa a Ramsés III. Foto: Asavaa en Wikimedia Commons.

Una piedra grabada en una remota zona montañosa del sur de Jordania sorprendió al mundo académico al contener lo que parece ser una de las pruebas epigráficas más significativas de la presencia faraónica fuera de Egipto. Según el Ministerio de Turismo y Antigüedades jordano, se trataría de una inscripción perteneciente a Ramsés III, sacada de un enclave estratégico.

Este hallazgo no sólo cuestionaría viejos supuestos sobre las fronteras del poder egipcio, sino que también abre nuevas líneas de investigación en torno al control comercial y militar durante el Imperio Nuevo.

¿Cómo hicieron para encontrar la primera inscripción real del faraón Ramsés III?

El descubrimiento tuvo lugar al sureste de la Reserva de Wadi Rum, en las proximidades de la frontera entre Jordania y Arabia Saudí.

En una formación rocosa vertical de difícil acceso, arqueólogos jordanos han documentado dos cartuchos reales grabados en piedra, correspondientes a Ramsés III, uno con su nombre de nacimiento y otro con su título de faraón.

Esta inscripción representa la primera vez que se documenta de manera científica una inscripción real egipcia en roca fija dentro de Jordania, lo que le otorga un valor especial para la arqueología de la región.

A diferencia de otros objetos transportables que han aparecido en excavaciones previas, esta inscripción es inamovible y está integrada directamente en el entorno geológico original.

El equipo responsable está formado por los investigadores Ahmed Lash y Ali Manaseer, quienes trabajan junto a la Autoridad de la Región Económica Especial de Aqaba y la Comisión Saudí de Patrimonio. El Ministerio jordano describió el hallazgo como una «adición cualitativa» al corpus de inscripciones históricas del país.

¿Quién fue Ramsés III y por qué llegó tan lejos?

Ramsés III, también conocido como Usermaatra-Meriamón Ramsés-Heqaiunu, fue el segundo faraón de la dinastía XX y gobernó Egipto entre los años 1184 a.C. y 1153 a.C. Durante su reinado, enfrentó diversas amenazas externas, entre ellas los llamados Pueblos del Mar, además de reorganizar la administración interna y reactivar el comercio exterior.

La ubicación del hallazgo no parece para nada aleatoria. Las rutas de Wadi Rum funcionaban como corredor natural entre Egipto, el Levante y la península arábiga.

Estas rutas estaban asociadas al comercio de minerales como el cobre, muy abundante en el sureste jordano. Por ello, se considera que este enclave pudo haber sido utilizado por tropas egipcias para asegurar el control de materias primas estratégicas.

La inscripción contribuye a reforzar la hipótesis de que Egipto, bajo el mando de Ramsés III, no sólo defendía sus fronteras sino que buscaba extender su influencia política y económica más allá del valle del Nilo.

Recordemos que durante el octavo año de su reinado, Ramsés III dirigió una batalla naval decisiva contra los Pueblos del Mar en el delta del Nilo. Esa victoria evitó una posible invasión y marcó el inicio de una etapa de relativa estabilidad. A partir de entonces, el faraón intentó recuperar parte del control sobre Siria y otras regiones perdidas por Egipto en épocas anteriores.

Aunque Jordania nunca fue parte formal del Imperio Egipcio, sí desempeñó un papel estratégico en las redes de intercambio y defensa.

¿Por qué el hallazgo es tan importante para la comunidad científica?

El valor científico del hallazgo radica en varios aspectos. En primer lugar, su autenticidad: al estar tallada directamente sobre una roca fija, la inscripción puede vincularse con mayor precisión al contexto geográfico y cronológico en que fue realizada.

En segundo lugar, su singularidad: es la única inscripción real egipcia confirmada en Jordania hasta la fecha.

En tercer lugar, el descubrimiento dio lugar a una colaboración binacional entre Jordania y Arabia Saudí, con el objetivo de preservar el entorno y continuar con la documentación arqueológica. Esta alianza ha sido calificada como estratégica para la conservación del patrimonio común de la región.

El equipo ya inició una segunda fase de exploraciones para identificar posibles estructuras asociadas, como campamentos temporales, rutas de caravanas o depósitos de recursos minerales.

Así, la inscripción de Ramsés III se suma a otros registros encontrados en zonas como Serabit el-Khadim, en el Sinaí, y Tayma, en el actual territorio saudí. Esta distribución geográfica respalda la idea de una red de presencia egipcia que atravesaba desiertos, costas y pasos montañosos.

Según declaraciones recogidas por ‘Middle East Eye’ y otros medios regionales, este tipo de hallazgos puede transformar la manera en que se entiende la relación de Egipto con sus vecinos durante el final de la Edad del Bronce.

Por último, se espera que futuras excavaciones en la zona de Wadi Rum puedan arrojar nuevos datos. No se descarta la posibilidad de encontrar restos de campamentos o almacenes utilizados por tropas egipcias o caravanas comerciales vinculadas a las rutas de minerales y especias.

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