Descubrimiento sin precedentes: hallan pruebas de que en la Antártida hubo una selva tropical hace 90 millones de años
Durante mucho tiempo, la Antártida fue considerada como el continente más inhóspito del planeta, cubierto casi por completo por capas de hielo que alcanzan varios kilómetros de grosor.
Sin embargo, recientes investigaciones han cambiado esa percepción, revelando que en el pasado este territorio fue drásticamente diferente. Este descubrimiento representa un paso clave en la comprensión de los cambios climáticos extremos que la Tierra ha experimentado a lo largo de su historia.
¿Cómo se descubrió que en la Antártida hubo una selva tropical?
Científicos han encontrado restos fósiles que datan de hace aproximadamente 90 millones de años, una época en la que el continente, lejos de ser un desierto helado, albergaba un ecosistema cálido y húmedo.
Así como se mencionó, un equipo internacional liderado por científicos del Instituto Alfred Wegener y la Universidad Técnica de Freiberg encontró fragmentos de ámbar en la región de Pine Island Bay, en la Antártida Occidental.
Estos pequeños fragmentos, de entre 83 y 92 millones de años, fueron recuperados durante una expedición de 2017 a bordo del buque Polarstern.
Estos son algunos datos claves sobre el ámbar encontrado:
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- Se trata del ámbar más austral descubierto hasta la fecha.
- Conserva restos de polen, esporas y raíces, lo que ha permitido reconstruir el ecosistema que dominaba el continente durante el periodo Cretácico.
- Su color varía entre tonalidades amarillas y anaranjadas, características de las resinas producidas por coníferas adaptadas a climas cálidos.
Cómo era el bosque tropical en el Polo Sur
Hace 90 millones de años, la Antártida disfrutaba de un clima cálido y húmedo, muy diferente al actual. Este entorno permitió el desarrollo de una vegetación exuberante compuesta principalmente por coníferas.
Estas plantas estaban adaptadas a largos periodos de oscuridad polar, sobreviviendo gracias a un proceso llamado dormancia.
Características del ecosistema:
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- Vegetación dominante: coníferas productoras de resina, precursoras del ámbar hallado.
- Presencia de varios eventos climáticos: se han identificado rastros de depósitos volcánicos en los sedimentos asociados al ámbar, lo que indica que los incendios forestales eran frecuentes en la región.
- Condiciones de preservación: el enterramiento rápido en ambientes pobres en oxígeno permitió la fosilización y preservación de la resina durante millones de años.
Cuáles son las evidencias fósiles de este hallazgo en la Antártida y su importancia
Los fragmentos de ámbar hallados en la Antártida proporcionan información crucial para entender las condiciones climáticas y ecológicas de esta región durante el periodo Cretácico. Según un estudio publicado en Antarctic Science, los investigadores han identificado este material como una de las piezas más importantes para reconstruir su pasado climático.
En este sentido, Johann P. Klages, del Instituto Alfred Wegener, explicó: “Queremos saber si el ecosistema forestal de la Antártida sufrió incendios o si alguna forma de vida quedó atrapada en el ámbar”.
Además, el ámbar y sus inclusiones microscópicas ofrecen pistas sobre cómo las plantas y los animales respondieron a un entorno marcado por fluctuaciones climáticas extremas.
El estudio del ámbar antártico permitió a los científicos documentar la transición de un ecosistema tropical a uno helado. Durante el Cretácico, la temperatura promedio era significativamente más alta, lo que permitió el desarrollo de vegetación densa y bosques templados en lo que ahora es uno de los lugares más fríos del planeta.
Factores climáticos relevantes:
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- Elevadas temperaturas: permitieron el crecimiento de plantas adaptadas a climas cálidos.
- Altos niveles de dióxido de carbono: contribuyeron a un efecto invernadero global que favoreció las condiciones cálidas en los polos.
- Impacto del enfriamiento global: con el tiempo, el descenso de las temperaturas provocó la formación de capas de hielo, transformando el paisaje antártico en un desierto helado.
Según los científicos, estos hallazgos son fundamentales para entender cómo las plantas, los animales y los ecosistemas completos se adaptaron a condiciones climáticas muy diferentes a las actuales.