Seguridad Nacional avisó a Moncloa del auge del hachís de Marruecos antes de liquidar el grupo antinarcos
En septiembre de 2022, Marlaska decidió liquidar el grupo de élite contra el narco en el Estrecho
En septiembre de 2022, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, decidió liquidar el Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON) Sur -integrado por 150 agentes-, altamente especializado en la lucha contra las mafias del tráfico de drogas en el Estrecho. La decisión se tomó sin consultar ni a la Fiscalía ni a los jueces, y pese al exitoso balance de las intervenciones desde su creación. De hecho, antes de ordenar esa sorprendente disolución-, el Gobierno contaba con abundante documentación sobre el auge del negocio del hachís procedente de Marruecos -este país es el principal exportador internacional- y el exponencial crecimiento del tráfico hacia España.
En concreto, el informe de Seguridad Nacional correspondiente a 2021 -y que fue aprobado por el Consejo de Seguridad Nacional presidido por el propio Pedro Sánchez el 4 de marzo de 2022, es decir, apenas seis meses antes de liquidar la unidad contra el narco- es claro: «La posición geográfica de España hace que sea país de destino y de tránsito en la distribución de la cocaína proveniente de América Latina y del hachís procedente de Marruecos (…) Varias operaciones coordinadas a nivel internacional resultan en importantes incautaciones de hachís y cocaína, así como numerosas detenciones».
En el apartado dedicado a la lucha contra el crimen organizado, el departamento -adscrito a la Presidencia del Gobierno- advertía de «la actividad desarrollada por las organizaciones transnacionales que operan en el sur de España», recordando que «la principal garantía de eficacia en este ámbito es un enfoque integral de las investigaciones, que aborde el desmantelamiento de las estructuras de dirección de las organizaciones criminales, las logísticas y en particular las económicas, fomentando la coordinación a nivel nacional y la cooperación internacional».
Este aviso se acompañaba de un gráfico muy descriptivo, en el que se aprecia el auge de las incautaciones de hachís en el periodo 2017-2021. Pese a ello, Marlaska decidió mermar la capacidad operativa de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en su lucha contra el narco.
«Creciente violencia»
El de 2021 no es el único informe que retrata la situación del tráfico de drogas en el Estrecho. El último documento de Seguridad Nacional -correspondiente al año 2022- también apunta que «el Estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán son unas de las zonas más sensibles en relación con el narcotráfico y el contrabando, con cifras que marcan una tendencia creciente en los últimos años». Y se advierte que «el tráfico de drogas continúa siendo la manifestación más importante del crimen organizado en España», además del «empleo de la violencia entre grupos criminales y contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».
Ese aviso sobre la creciente violencia ante la Policía y la Guardia Civil figura en otros informes. «Es notable el empleo creciente de la violencia (especialmente entre grupos criminales y eventualmente contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado) y la adopción por parte de las organizaciones criminales de medidas de seguridad cada vez más sofisticadas para protegerse de la acción de los Estados», decía Seguridad Nacional en 2020.
Ese informe alertaba de que «uno de los mayores desafíos es combatir la resiliencia de las organizaciones dedicadas al narcotráfico y su capacidad de adaptación a escenarios adversos, con estructuras deslocalizadas, una actividad criminal diversificada y nuevos modus operandi que les permite escapar de la presión policial».
«Cocaína de Marruecos»
«España, por su posición geoestratégica, es un punto clave en el tráfico de drogas. Cualquier acción contra el narcotráfico da lugar a nuevas rutas o tipologías de ocultación, especialmente en el tráfico de cocaína y hachís. El tráfico de cocaína utiliza principalmente tres vías: los contenedores marítimos, la ruta marítima atlántica y el transporte aéreo (carga, viajeros, paquetería). Por otro lado, es notable la aparición de cocaína de Marruecos o rescatada en alta mar que se pretende introducir en España a través de las tradicionales rutas del hachís con embarcaciones semirrígidas», advertía este departamento, instando a «reforzar los mecanismos preventivos de costas y fronteras para que sean capaces de detectar nuevos fenómenos y tipologías y fortalecer los mecanismos de vigilancia e impermeabilización de las vías de entrada de la droga».
Pese a la evidente amenaza del narco, Marlaska decidió prescindir del principal grupo especializado, cuyo éxito resultaba indiscutible desde su creación. La disolución generó desconcierto y preocupación entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y fue aplaudida por las propias mafias.
La propia Fiscalía General del Estado advierte en su última memoria, publicada en septiembre de 2023, de la reducción en la incautación de drogas en el Estrecho de Gibraltar por la menor «presión policial» y porque Interior -sin informar a la Fiscalía ni a los jueces- desmanteló la unidad de élite.
En 2022, la Fiscalía Antidroga también avisaba de las «elevadas cantidades de hachís» que llegaban a España por el Estrecho procedentes de Marruecos. Por entonces, Pedro Sánchez intentaba restablecer la «normalidad» de las relaciones con Marruecos, tras la crisis migratoria que propició el asalto a Ceuta de más de 10.000 personas y el espionaje con Pegasus.
En junio de ese año, cabe recordar, el presidente socialista propició un giro histórico en la política exterior española, al tomar partido por la propuesta de Rabat sobre el Sáhara. Un mes después, Marlaska se reunía con su homólogo Abdelouafi Laftit para abordar asuntos de interés común. El ministro se deshizo en elogios hacia su «fiable socio» marroquí.