Crisis del coronavirus

Sanidad descartó vigilar el Covid en turistas por el gasto y porque podría confundirse con una gripe

Coronavirus: última hora en directo del Covid-19 y la desescalada

Pedro Sánchez Covid
Salvador Illa y Pedro Sánchez. (Foto: La Moncloa)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Ministerio de Sanidad consideró en los comienzos de la epidemia que vigilar la posible entrada del coronavirus a través de viajeros procedentes del extranjero supondría una «inversión sustancial». Consideró además que los síntomas podrían ser causados «con mayor probabilidad» por «enfermedades respiratorias» que no fuesen el coronavirus. En este contexto, estimó que habrían de valorarse «las políticas y capacidades nacionales» para tomar las decisiones.

Así consta en el primer informe técnico del departamento, fechado el 10 de febrero, cuando España contaba con dos casos confirmados pero el nuevo virus ya causaba estragos en China: 40.553 contagiados y 271 fallecidos.

Sanidad, por entonces, estaba lejos de ver el riesgo. Más tarde admitió que el coronavirus «pudo circular» por nuestro país antes de ese mes. Incluso fijó en la última semana de febrero la explosión que condujo después a una situación preocupante a principios de marzo y llevó a declarar el estado de alarma.

En el dossier se habla específicamente de algunas medidas frecuentes para afrontar posibles epidemias, como las «actuaciones en puntos de entrada». 

En este apartado, se destaca que «la evidencia respecto a brotes previos, refleja que la efectividad de la detección de casos nuevos al ingreso en países sin transmisión del virus es incierta», si bien, añade Sanidad, «puede apoyar la estrategia de comunicación de riesgo al proporcionar información a los viajeros de las áreas afectadas para reducir el riesgo general de infecciones respiratorias agudas y buscar atención médica temprana si desarrollan síntomas compatibles con la infección».

El Ministerio recoge que «los casos sintomáticos pueden detectarse a través de un control de temperatura en el punto de entrada», pero pone objeciones, como que la medida «puede pasar por alto a los viajeros en periodo de incubación o a los viajeros ocultan la fiebre durante el viaje». Y además, añade, «puede requerir inversiones sustanciales». «Un enfoque centrado en los vuelos directos desde las zonas afectadas podría ser más efectivo y requerir menos recursos», valoró el Ministerio. La realidad es que, en esa ponderación de recursos, Sanidad no contempló ninguna medida especial de vigilancia en las fronteras.

En el mismo informe se recogía además otra apreciación: «Actualmente, el hemisferio norte se encuentra en invierno durante la temporada de circulación de gripe y otros virus respiratorios. Si se decide implementar un examen al ingreso, se debe tener en cuenta que los signos y síntomas sugestivos de infección respiratoria pueden ser causados, con mayor probabilidad, por enfermedades respiratorias que no sean por 2019-nCoV».

Por ello,  concluía, «las políticas y capacidades nacionales deben tenerse en cuenta durante el proceso de toma de decisiones».

La deriva de la crisis ya es conocida. Y las medidas drásticas posteriores también. Desde el pasado día 15, Sanidad impone una cuarentena de 14 días a todas las personas procedentes del extranjero que lleguen a España.

Letalidad

El Gobierno destacaba entonces «la ausencia de evidencia respecto al mecanismo de transmisión específico del virus» y sólo «desde el principio de precaución» se instaba a realizar «aislamiento aéreo en situaciones o maniobras» en las que pudiesen generarse aerosoles. Una medida específica dirigida básicamente al personal sanitario. También añadía que, de acuerdo a la OMS, se debería proporcionar a los viajeros información para reducir «el riesgo general de infecciones respiratorias agudas».

Ya en dicho dossier se señalaba como principal vía de transmisión las secreciones de los infectados, en distancias cortas de hasta 2 metros. Sanidad no sólo no tomó medidas al respecto. Incluso un mes después autorizó y alentó las manifestaciones del Día de la Mujer.

El Gobierno, en cambio, sabía ya desde entonces de la capacidad letal del nuevo virus.

«En China, la proporción de casos graves entre el total de casos confirmados ha oscilado desde un 35% (alcanzado el 27 de enero) hasta un 15% (el 4 de febrero). En la serie hospitalaria de Wuhan con los primeros 99 pacientes ingresados, 31% precisaron cuidados intensivos (11)», recogía el informe. La letalidad se situaba en el 14%.

Sanidad apostillaba: «Por el momento la evidencia es limitada por lo que los datos deben interpretarse con precaución debido a la actualización constante de los mismos».

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