Sánchez retrasa el anuncio de la sexta prórroga por falta de apoyos mientras pone en marcha el plan B
Este domingo explicará sus planes a los presidentes autonómicos, para intentar atraerlos y ejercer presión sobre el PNV y Ciudadanos
Hoy, por primera vez desde que se decretó el estado de alarma, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no comparecerá en su rueda de prensa habitual. Su núcleo duro le ha convencido para posponer su comparecencia a mañana domingo, tras la conferencia de presidentes autonómicos, ante la falta de contenido para explicar. Sánchez sigue empeñado en pedir una sexta y última prórroga de la situación de excepcionalidad, hasta el 21 de junio, pero de momento no tiene los apoyos suficientes.
Su Gabinete lleva toda la semana negociando intensamente con todos los grupos parlamentarios. También con ERC y Bildu. No obstante las negociaciones se han centrado especialmente en Ciudadanos y PNV. Moncloa ve viable lograr de nuevo la mayoría de centro para sacar adelante la prórroga. Con esos quince votos a la coalición sólo le harían falta los de los partidos minoritarios, prácticamente asegurados.
Mañana el presidente del Gobierno explicará sus planes a los líderes autonómicos e intentará atraerlos hacía sus posiciones. Si logra un posicionamiento claro de las autonomías a favor de una nueva prórroga, mucho más flexible que las aplicadas hasta ahora, el jefe del Ejecutivo tiene más motivos para presionar a Inés Arrimadas y Andoni Ortuzar.
Si no logra el apoyo necesario, Sánchez ya tiene un plan b preparado. Tirará o bien de un decreto ley o bien de una modificación de las leyes orgánicas de salud pública y seguridad nacional. Ambos escenarios están abiertos en el complejo presidencial a la espera de si los contactos con sus nuevos socios fructifican y, el miércoles, consigue extender el decreto del 12 de marzo.
Una prórroga a la carta
Pedro Sánchez está dispuesto a aprobar un estado de alarma a la carta. Bajo la premisa de la cogobernanza, el Ejecutivo dará manga ancha a las comunidades menos afectadas para ir levantando restricciones tales como la movilidad entre provincias o zonas sanitarias de una misma autonomía. Es la forma con la que el mandatario pretende convencer a los presidentes regionales.
El País Vasco fuera del estado de alarma
El PNV quiere salir ya del estado de alarma a partir del 8 de junio. Es la exigencia de los nacionalistas vascos. Y Moncloa tendrá que aceptar, si quiere lograr esta sexta prórroga. Los peneuvistas no quieren ni pensar en la posibilidad de iniciar la campaña electoral con alguna de las restricciones de la situación excepcional. Al final, pese a que se valoró el escenario de que al llegar a la fase 3 se saliera del estado de alarma, finalmente se han mantenido bajo este marco regulativo las provincias que ya han llegado a la última fase.
Galícia también lo quiere
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, también ha reclamado que su comunidad también pueda abandonar el estado de alarma a partir del 8 de junio. Los gallegos también tienen elecciones en julio y salir del estado de alarma les facilita la recuperación económica. A diferencia del País Vasco, dónde el chantaje del PNV hace imprescindible atender a sus demandas, con Galicia el Gobierno no se plantea de momento acceder a la demanda de Feijóo.
Atraer a ERC a la abstención
Moncloa ha activado ya toda la maquinaria para volver a atraer a Esquerra Republicana al carril de los socios del Gobierno. Por eso, tal como ha revelado este sábado OKDIARIO, el Ejecutivo busca fecha en el calendario de julio para volver a reunir a la mesa de negociación con el Govern. El Gabinete de coalición considera imprescindible que, en esta sexta prórroga y definitiva del estado de alarma, los de Oriol Junqueras abandonen el rechazo y se sitúen en la abstención. Ese movimiento les evitaría padecer hasta el último minuto, como hace dos semanas, y les empezaría arrojar luz a una legislatura que a día de hoy no cuenta con la viabilidad necesaria. Sin ERC, los Presupuestos Generales del Estado, admiten, son imposibles.
Sánchez negocia y aparta a Lastra
A diferencia de las cinco prórrogas anteriores, donde el papel de Pedro Sánchez en las negociaciones había sido testimonial, en esta ocasión el jefe del Ejecutivo dirige en persona las conversaciones con los grupos parlamentarios. Con Inés Arrimadas, de baja por maternidad, ha mantenido contactos en los últimos días. También con el Lehendakari, Iñigo Urkullu. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, es la encargada de hablar con el resto de grupos, que nunca se han descartado. En esta ocasión la que juega un papel más discreto es la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, a quién Sánchez le ha restado protagonismo tras el acuerdo firmado con Bildu.