ELECCIONES EUROPEAS

Sánchez permitió al PSOE llamar «fascista» a Meloni tras saber que vetará a Ribera como comisaria

Sánchez Meloni
Pedro Sánchez y Giorgia Meloni en un Consejo Europeo.
Joan Guirado

Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, se ha convertido en el principal obstáculo de Pedro Sánchez para lograr su objetivo de nombrar a Teresa Ribera comisaria de Energía de la UE. La vicepresidenta tercera del Gobierno aceptó ser la número uno del PSOE, en las elecciones del 9 de junio, a cambio de pasar a formar parte del gobierno comunitario. La mandataria italiana, según ha podido saber este periódico, ha vetado a Ribera como comisaria de Energía. El cargo que Sánchez le había prometido a su ministra. De ahí que el jefe del Ejecutivo y secretario general socialista haya endurecido el discurso contra ella. En un vídeo en las redes sociales del PSOE le llegan a llamar «fascista».

Fratelli d’Italia, el partido con el que Meloni llegó al poder, no forma parte de ninguna de las grandes familias políticas europeas. Ni la popular ni la socialista, las que tradicionalmente se han repartido los cargos comunitarios. Pero lejos de ser un problema, para una Giorgia Meloni que encabeza la lista de su partido en su primera experiencia europea para lograr un mejor resultado, esta situación es una oportunidad. Pues Meloni tendrá en su mano decidir de qué lado cae cada cargo de relevancia. Y a juzgar por sus posiciones iniciales, por ahora, parece decidida a remar junto al EPP de la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La primera ministra italiana, según les han hecho llegar ya desde Roma al Palacio de La Moncloa, no aceptará en el reparto de cargos que la vicepresidenta española Teresa Ribera sea la nueva comisaria de Energía de la UE. Aunque su perfil ha sido escuchado y respetado durante estos años, hay miedo entre los grandes países de la Unión Europea a que su llegada a Bruselas provoque la adopción de medidas drásticas como las que ha impulsado en España. Entre otras cuestiones, en estos últimos años, Ribera ha sido la responsable de la creación de un nuevo impuesto a las energéticas o el desmantelamiento de centrales nucleares como la de Garoña, para impulsar la energía verde.

Ribera, según personas que se han codeado con ella el propio Consejo de Ministros, «es muy difícil» a la hora de trabajar. De hecho la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha cambiado de personas de confianza muy a menudo como consecuencia de «su carácter altivo, cortante y de superioridad».

Pedro Sánchez y Giorgia Meloni
Sánchez y Meloni reunidos en Roma. Foto: Joan Guirado

Relación entre Sánchez y Meloni

Los ataques que Sánchez ha decidido lanzar contra Meloni, como respuesta al veto de la italiana a Teresa Ribera, contrastan con la buena relación que han exhibido desde la llegada de Meloni al Gobierno de la República de Italia. De hecho, en la primera reunión que ambos mantuvieron en Roma, a las pocas semanas de la toma de posesión de la nueva mandataria, Pedro Sánchez y Giorgia Meloni exhibieron una buena sintonía que incluso sorprendió a los periodistas presentes. De hecho, el presidente español le llegó a pedir «apoyo» para convencer a Polonia y Hungría para sacar adelante su plan de asilo.

Una relación cordial que han mantenido durante las distintas ocasiones en las que se han reunido en el marco de cumbres comunitarias o internacionales.

Pero todo eso ha cambiado de golpe. En medio de la campaña electoral. Sabedor Sánchez de que Meloni no sería una aliada de los socialistas españoles, o más bien de su propio objetivo personal de colocar a Teresa Ribera, el presidente ha ordenado lanzar una batería de ataques contra la dirigente italiana. Fuentes cercanas al jefe del Gobierno aseguran que «no quedará aquí», en el vídeo que el PSOE publicó este miércoles, acusando al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, de querer pactar con la ultraderecha tras los comicios del 9J.

A principios de año, cuando se especulaba con una posible huida de Pedro Sánchez hacia Bruselas, para ocupar el cargo de presidente del Consejo Europeo, fuentes cercanas a Meloni ya dejaron claro que Italia no aceptaría la candidatura del presidente español. Y el veto de un solo país, más el de uno de los grandes, impide la elección de una persona por más preparación que tenga para ocupar el cargo de dirigir a los estados miembro.

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