Sánchez pedirá a Iglesias apoyo al pacto PSOE-C’s y le ofrece que designe ministros independientes

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Sánchez e Iglesias en el Congreso de los Diputados. (Foto: EFE)

La última opción de Pedro Sánchez para formar Gobierno pasa por dos vías casi imposibles. Mantener su pacto con Albert Rivera y convencer a Pablo Iglesias de que lo apoye y por que, a cambio, el de Podemos tenga la potestad de nombrar ministros en su Gobierno y convencer al de Ciudadanos de que lo acepte.

Los ministros que designara el secretario general de Podemos no podrían pertenecer a su partido, sino que deberían ser independientes, para salvar las precauciones que muchos dirigentes del PSOE siguen teniendo con los podemitas y para facilitar la posibilidad de que C’s consienta semejante cambalache.

Una cuadratura del círculo que han revelado a OKDIARIO fuentes conocedoras de la negociación y que resulta casi quimérica pero que le daría a Sánchez el empujón definitivo para ocupar la Moncloa y, de paso, para salvar su liderazgo en el PSOE.

La jugada tiene demasiadas aristas sin pulir, pues es difícil que Ciudadanos trague con compartir Ejecutivo con gente del entorno del partido de los círculos. Pero aún más difícil sería que esos eventuales ministros nombrados por Pablo Iglesias estuvieran dispuestos a aplicar las políticas recogidas en el acuerdo PSOE-C’s, que hasta ahora Podemos ha tachado de «malo para España» e «insensible con las necesidades de la gente».

Además, existe una salvedad aún mayor, y es la constitucional. Según el artículo 100 de la Carta Magna, los miembros del Gobierno «serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta de su presidente». Es decir, que es función única y exclusiva del jefe del Ejecutivo según la Constitución elegir a sus ministros y cualquier delegación de esa función podría acarrear un conflicto institucional grave.

Por último, se podría dar el caso de que Iglesias quisiera nombrar para el Gobierno a gente muy cercana a su partido pero que no milita en él. Por ejemplo, al politólogo Vicenç Navarro, señalado por sus artículos siempre cercanos a los regímenes bolivarianos de Venezuela y Ecuador. O, sin ir más lejos, a Jorge Verstrynge, el antiguo secretario general de la Alianza Popular de Manuel Fraga y hoy activista de las tesis de Podemos desde la Universidad a la calle y glosador pagado por Hugo Chávez sobre la «guerra periférica» de los terroristas islámicos.

Por suerte, y pese a los flirteos de Sánchez con Tsipras, la legislación española impide la posibilidad delirante de que a Iglesias se le ocurriera señalar como ministro de Economía a quien ya ocupó la cartera de Finanzas en el primer Gobierno de Syriza. Yanis Varoufakis no podría prometer su cargo en España porque la Ley del Gobierno 50/1997, de 27 de noviembre, lo impide. Hace falta ser español para formar parte del Ejecutivo.

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