Sánchez niega a Zelenski los misiles Spike que pidió Ucrania para frenar a los tanques rusos
Pedro Sánchez, que la pasada semana estuvo de visita oficial en Ucrania para reunirse con su presidente, Volodímir Zelenski, le ha negado a Kiev el envío de misiles antitanque Spike. Un armamento del que España dispone y que había sido reclamado por Ucrania, pero que finalmente se ha quedado fuera del envío de armas que ya viaja hacia Polonia a borde un buque militar español.
«Necesitamos armamento pesado». La petición que Zelenski lleva semanas repitiendo no puede ser más explícita. Algunos países han accedido a ella, como Estados Unidos -ya lleva entregados 8.000 millones de euros en ayudas y armamento- o Francia, que anunció el envío de piezas de artillería de 155 mm Caesar de largo alcance. Eslovenia enviará sus tanques T-72, que serán repuestos por carros de combate alemanes.
España, sin embargo, sigue sin atender esa petición. Ucrania presentó su ‘lista de la compra’ a la OTAN, EEUU y la UE en la que se refleja todo ese armamento pesado que necesita Kiev. Entre lo que Zelenski había requerido a España se encontraba una partida de misiles Spike -con lanzadores incluidos-.
Las Fuerzas Armadas tienen en sus arsenales cerca de 3.000 de estos misiles. Sin embargo, según confirman fuentes militares conocedoras de los detalles del envío, ninguno de ellos viaja a bordo del buque Reina Ysabel (A-06) del Ejército de Tierra que traslada las armas hacia un puerto polaco, previo al salto hacia Ucrania. Un trayecto revelado en directo por Sánchez en Kiev, en plena rueda de prensa, y que provocó incredulidad en la Armada.
Armas, pero no pesadas
El Ministerio de Defensa guarda absoluta confidencialidad sobre la composición de esas 200 toneladas de armas anunciadas por Sánchez en Kiev, que «duplica» los envíos realizados hasta ahora. Pero en las bodegas del Ysabel no hay rastro de los misiles Spike, arma de fabricación israelí y de última tecnología con alcances superiores a 2,5 kilómetros de distancia.
A diferencia de los misiles Spike, la mayoría de los lanzacohetes antitanque que los países de la OTAN han donado a Ucrania son de corto alcance. Los C-90 españoles, por ejemplo, pierden su efectividad más allá de los 400 metros de distancia del objetivo. Los NLAW británicos llegan hasta los 800 metros. Eso implica mayor riesgo para la infantería ucraniana, ya que deben acercarse a los blindados rusos y eso supone más exposición.
Los Spike, patente de la firma israelí Rafael Advanced Defense Systems, son capaces de eliminar cualquier carro ruso a distancias entre 2,5 y 4 kilómetros (las versiones más avanzadas hasta 8 km) guiados por infrarrojos. Su coste unitario es de alrededor de 100.000 dólares.
En cambio, fuentes militares apuntan que a bordo del Ysabel viajaría «sobre todo munición de mortero y de obús de gran calibre», además de decenas de miles de balas, cascos y chalecos antifragmento. Nada nuevo respecto a lo enviado hasta ahora.