Sánchez impulsa en plena pugna con los camioneros un plan para sustituirlos por el tren por “contaminar”

ruta carretera
Transporte por carretera.
Carlos Cuesta

El Comité Nacional del Transporte por Carretera acaba de anunciar la convocatoria de tres días de cese de actividad de los camiones, entre el 20 y el 22 de diciembre, justo antes de la Navidad, en protesta por «el estado de abandono» por parte del Gobierno socialcomunista. Y el plan que prepara Pedro Sánchez para ellos puede ser calificado de cualquier cosa, menos de reconciliador. El PSOE impulsa justo en estos momentos un plan para relanzar el “ferrocarril, que debe ser beneficiario del trasvase de mercancías y pasajeros de la carretera”, aprovechando “el despliegue de la alta velocidad ya realizado”. Todo porque, según Sánchez, los camiones no entran en el resto de “descarbonizar”. Los camiones contaminan.

Sánchez no ha dejado de ayudar al transporte por carretera por causalidad. El presidente dispone ya de un plan de ataque al camión porque, según él, debe tener prioridad la “descarbonización del transporte”. Según el plan del presidente y del PSOE, que hoy publica OKDIARIO, la “descarbonización del transporte supone el mayor reto para alcanzar el objetivo de cero emisiones de CO2 en 2050”.

huelga camiones
Ponencia marco del PSOE para sustituir camiones por trenes.

Ese objetivo, además, debe incluir a “los entes locales”, que “están llamados a desempeñar un papel esencial, toda vez que de sus decisiones de planificación dependerá que puedan modificarse las pautas de movilidad de la población”. Porque el plan de Sánchez pasa también por penalizar aún más el uso privado del coche por cualquier ciudadano.

Pero el grueso del golpe se centra en el transporte por carretera. En el camión. Por eso, el plan continúa señalando que el “objetivo ha de ser que las personas lleguen a sus destinos de forma cómoda, asequible y respetuosa con el medio ambiente” y, para eso, se impulsarán, “en primer lugar, los cambios necesarios para evitar los modos más contaminantes de desplazamiento y favorecer, mediante la extensión de sus infraestructuras, la de aquellos con menor impacto, fundamentalmente ferrocarril y otros medios colectivos”.

Además, se pretende proceder a “la electrificación con energías renovables”, que es “una tecnología clave, en especial para el transporte urbano, público y privado, y para los vehículos ligeros en todos sus desplazamientos. Nuestro objetivo es disponer en 2030 de 5 millones de vehículos eléctricos”. Porque “la introducción de combustibles líquidos renovables será especialmente relevante para la descarbonización del transporte pesado de mercancías, la aviación y la navegación”.

Pero la medida estrella es, precisamente, la que bombardea al camión: “Especialmente relevante ha de ser el impulso al ferrocarril que debe ser beneficiario de trasvase de mercancías y pasajeros de la carretera y de pasajeros del avión, aprovechando el despliegue de la alta velocidad ya realizado”. Para ello, “se impone seguir avanzado en la electrificación de las vías, la utilización de trenes híbridos con hidrógeno líquidos en aquellas vías sin electrificar y medidas de eficiencia en la operación del tráfico ferroviario”.

Porque “en lo que respecta al tráfico de mercancías por ferrocarril, que debe alcanzar cuotas equiparables a las de los países de nuestro entorno, además de culminar la construcción y puesta en servicio de los Corredores de la Red Transeuropea de Transportes, es necesario aumentar la eficiencia en las terminales intermodales e incorporar vía férrea a aquellos puertos y aeropuertos que carecen de ella. Sólo de esta forma se estaría en disposición de trasvasar desplazamientos de menos de 300 kilómetros desde la carretera al ferrocarril”.

Colapso por la falta de suministro

Y todo este plan surge mientras, a escasos días de las fiestas navideñas, se puede producir un colapso por la falta de suministro de diferentes tipos de productos, precisamente, por el enfado del transporte por carretera con el Gobierno. La crisis logística ya se está produciendo a nivel mundial, pero un paro en el transporte por carretera sería un duro golpe para la economía en una España todavía en recuperación.

El Comité Nacional del Transporte por Carretera ha explicado que, tras varios años de negociación, con temas como la prohibición de que los conductores realicen la carga y descarga de los camiones, la Euroviñeta, la aplicación obligatoria de la cláusula de revisión del coste del combustible y la construcción de áreas de descanso seguras para los profesionales, la paciencia del sector se ha agotado. Y ahora, sin paciencia, llega el plan de Sánchez para vaciar el negocio del transporte en camión.

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