Sánchez cuela la trola de los desaparecidos y se equivoca de país: «Somos el segundo después de Birmania»

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha empleado una garrafal mentira en el inicio del curso político en el Palacio de la Moncloa para impulsar su ley de «Memoria Democrática» contra el Franquismo. Durante su intervención, ha afirmado que «España es después de Birmania (sic) el país con más desaparecidos de mundo y eso tiene mucho que ver con la Guerra Civil y con los 40 años de represión y de dictadura».

«Tenemos un deber con muchos de esos hijos y nietos que está aún buscando los restos de sus seres queridos para poder descansar en paz. Ese es el objeto de la Ley de Memoria Democrática», ha terminado diciendo.

El problema para Sánchez es que ningún informe ni organización oficial respalda esa afirmación. Es un mantra repetido por la izquierda que tiene su inicio en el trabajo de Miguel Ángel Rodríguez Arias, investigador en Derecho Penal Internacional que, por primera vez en 2009, pronunció la siguiente frase en una entrevista: «Seguimos siendo el segundo país del mundo en cifras de desaparecidos, tan sólo por detrás de la Camboya de Pol Pot».

Camboya padeció una guerra civil entre 1967 y 1975. Posteriormente, el régimen comunista de Pol Pot llevó a cabo la matanza de cerca de dos millones de ciudadanos del país.

Malinterpretado

Pero más allá de eso, Rodríguez Arias ha declarado años después que sus palabras se malinterpretaron y que él se refería a «desapariciones forzosas», y no ha otras como las de la batalla del Ebro. Aún así la izquierda se empeña en meter aquellas muertes durante una contienda en el mismo cálculo, aunque otras veces cambian desaparecidos por muertos o por cunetas, dependiendo del contexto.

Mediáticamente la frase de que «España es el segundo país del mundo con más» también se ha utilizado. En 2013,  Jueces para la Democracia, asociación de corte izquierdista, utilizaba este dato en un artículo de El País con motivo de la visita de dos enviados de la ONU a España.

Años antes, en 2008, el juez Baltasar Garzón, cercano a la citada asociación, utilizó el trabajo del investigador en Derecho Penal Internacional en un auto para abrir una causa penal contra los crímenes del franquismo, bordeando así la Ley de Amnistía de 1977. Esto permitió a las víctimas reclamar al Gobierno de Zapatero la exhumación de sus familiares enterrados en esas 2.382 fosas comunes.

Además de utilizar un dato falseado desde hace años, el ridículo de Sánchez en su numerito en La Moncloa para iniciar el curso político ha ido a más. Como se puede leer en este texto, el país con el que siempre se ha comparado a España en materia de desaparecidos es Camboya y no Birmania, como ha dicho el presidente.

La cita de Sánchez se ha producido ante 50 españoles, en un acto de propaganda impulsado por los asesores del líder del Ejecutivo para dar impresión de cercanía con la ciudadanía.

Sin embargo la participación ha sido desigual: sólo cinco de estos 50 ciudadanos han podido intervenir, y lo han hecho durante ocho minutos, mientras que Pedro Sánchez les ha endosado después un discurso de 46.

Los cinco ciudadanos han aprovechado los tres minutos de su turno de palabra para hablar de cuestiones como el cambio climático, la obesidad infantil, las condiciones laborales de las empleadas del hogar, la igualdad y las pensiones. Con una inflación por las nubes, los precios de la cesta de la compra y la energía más altos que nunca y la mayor tasa de paro juvenil de Europa, ni una pregunta sobre estos temas que según los estudios de opinión preocupan a la ciudadanía.

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