Sánchez comparecerá el 10 de noviembre en el Congreso para dar inicio a la precampaña electoral

Sánchez control de fondos
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Joan Guirado

El 10 de noviembre Pedro Sánchez comparecerá a petición propia en el Congreso de los Diputados. El presidente del Gobierno registró la solicitud en la cámara el viernes, a última hora de la tarde, con la voluntad de utilizar el atril del legislativo como escenario del arranque de una larga precampaña electoral. Su intervención se producirá una semana después de haber logrado superar el escollo más importante en la tramitación parlamentaria de los Presupuestos y en plena pugna entre el PSOE y Podemos por controlar la negociación de la reforma laboral.

En el complejo presidencial están exultantes por haber conseguidoin extremis, que sus socios no les enmendaran las cuentas. Aunque en público aseguran que nunca temieron que eso fuera a ocurrir, como tampoco temen de que los Presupuestos vayan a salir adelante en la votación final. Son conscientes, por eso, que ERC y el PNV volverán a pasar por caja antes de dar luz verde a los PGE. Tener a los dos partidos bebiendo de su mano es lo que Pedro Sánchez venderá como éxito en la conferencia del 10 de noviembre.

Y es que el presidente, que este fin de semana participa en la cumbre del G-20 en Roma y el lunes en la cumbre del clima en Glasgow, ha decidido explicarse en el legislativo convencido de que saldrá reforzado. Su vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, con la que casi no se habla, no tendrá otra opción que aplaudirle. Aunque su discurso no le guste o se atribuya éxitos que son de sus socios. Antes de pasar por el Congreso sin opción a preguntas por parte de la oposición, ya que no hay sesión de control, también viajará a Helsinki.

Después de lograr que ERC y el PNV no le presentaran una enmienda a la totalidad a los presupuestos, a cambio de suculentas inversiones y concesiones políticas, Sánchez está «triunfante». Si consigue aprobar los Presupuestos, algo de lo que no dudan en Moncloa, tiene vía libre para gobernar en coalición o en solitario hasta 2023. Porque si Unidas Podemos no se sienten cómodos con el resultado final de la reforma laboral, sea cual sea, tienen la opción de abandonar el Gobierno. Sin que ello tenga grandes consecuencias políticas para el líder del PSOE.

El jefe del Ejecutivo se dirigirá a los españoles vendiendo un proyecto de Presupuestos «expansivos y progresistas». «Las cuentas con más inversión social de la historia» apuntan en su entorno. Un discurso simplista, que no se ajusta tampoco a la realidad, pero que cumple con la regla de insistir en los tres mensajes para que el ciudadano se quede con uno en su mente, que instauró en su etapa como director de gabinete del presidente el cesado Iván Redondo.

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