Sánchez blinda el uso del Falcon por real decreto para «garantizar» su «seguridad integral»

El gusto de Pedro Sánchez por el Falcon ha sido uno de los asuntos más comentados desde que se instaló en La Moncloa. El Gobierno se ha negado de forma sistemática a informar de los desplazamientos del presidente a bordo de la aeronave presidencial, alegando que se trata de una materia «especialmente sensible» y que, de acuerdo a la Ley de Secretos Oficiales -de 1969-, debe tratarse «como materia clasificada con el máximo grado de protección». Ahora, Sánchez pone negro sobre blanco, vía real decreto, que el uso de los medios de transporte oficiales, como el Falcon, es una cuestión de «seguridad», esencial para garantizar su «protección integral».

Así lo recoge el nuevo real decreto por el que se aprueba la estructura de la Presidencia del Gobierno para el mandato que ahora comienza. Moncloa ha reorganizado los departamentos ministeriales y ha precisado sus funciones. En concreto, al Departamento de Seguridad, que depende de la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno, le corresponde «la protección del personal, edificios e instalaciones del Complejo de la Moncloa, así como las funciones y actuaciones necesarias para garantizar la seguridad integral del presidente del Gobierno en todas sus actividades y la de otras personas e instalaciones que determine la persona titular de la Dirección del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, en coordinación con el Ministerio del Interior».

El nuevo real decreto añade la siguiente precisión, para justificar los viajes de Sánchez a bordo del Falcon: «Esta función conlleva determinar los medios de transporte oficiales más adecuados para garantizar la seguridad integral del presidente del Gobierno en todos sus desplazamientos». Un matiz que supone una novedad con respecto a anteriores decretos.

Mítines del PSOE

Además de recurrir al Falcon de forma habitual para trayectos cortos, Sánchez ha utilizado el avión presidencial para acudir a mítines del PSOE. En estos casos, la maniobra habitual de Moncloa siempre es la misma: incluir actos oficiales en la agenda de presidente -como visitas a empresas-para hacerlos coincidir con mítines de partido en la misma localidad. Ésta ha sido una táctica habitual en la campaña electoral.

Recientemente, el Ministerio de Defensa licitó un contrato marco de 95 millones para el «apoyo operacional» de aeronaves del Ministerio de Defensa, específicamente las del Grupo 45 de las Fuerzas Armadas, la unidad donde están encuadrados los Falcon 900 y los Airbus A310 que utiliza Sánchez, sus ministros y la Casa Real para los desplazamientos. El Ejecutivo asume que el gasto para esta unidad es necesario por la naturaleza de sus operaciones. «Sus misiones son muy delicadas, por cuanto se encarga del traslado de autoridades, tanto del Gobierno de España como de la Casa Real», se recoge en el expediente.

El acuerdo programático entre PSOE y Sumar para la investidura de Sánchez recoge como una de las medidas a implantar en este mandato la «reducción de los vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con una duración menor de dos horas y media».

En los últimos años, no obstante, Sánchez ha recurrido al Falcon para desplazamientos muy cortos. Por poner algún ejemplo, en 2018, con motivo de la celebración de la Cumbre hispanolusa en Valladolid, el socialista no tuvo reparo en acudir a la cita en el avión del Ejército del Aire. El viaje en tren apenas dura 53 minutos. También se subió al Falcon para desplazarse este año a la zona afectada por el incendio de Castellón. El vuelo tuvo una duración de media hora. Cabe recordar, además, que en todos los casos Sánchez utiliza el helicóptero Super Puma para volar desde Moncloa a Torrejón de Ardoz, donde se encuentra la base aérea de los Falcon. La distancia es de apenas 25 kilómetros.