Crisis del coronavirus

Sánchez amenaza con endurecer la Navidad con el riesgo de Covid que no le asustaba al volver de vacaciones

Última hora del coronavirus en España, en directo: medidas, vacunas y restricciones en Navidad

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pedro Sánchez ha amenazado este miércoles con endurecer las medidas restrictivas para atajar el Covid con vistas a la Navidad. En su comparecencia en el Pleno del Congreso, para informar sobre la declaración del estado de alarma., el presidente socialista ha advertido de que el Gobierno, si lo considera necesario, propondrá a las comunidades autónomas medidas más severas de cara a las próximas fechas. La amenaza se produce paradójicamente con un nivel de riesgo de contagio prácticamente idéntico al que había a finales de agosto, cuando Sánchez regresó de sus vacaciones en Doñana y Lanzarote. Entonces, pese a la petición de las comunidades autónomas, renunció a asumir la gestión de la crisis y, con ello, la responsabilidad sobre la pandemia. Admitió que los contagios eran «preocupantes», pero reclamó también «serenidad» porque la situación, dijo, no era igual que en marzo.

«Sólo de nosotros depende no abrir la puerta a la tercera ola en Navidad. Si hay que endurecer el plan de Navidad no les quepa duda de que el Gobierno de España se lo propondrá a los Gobiernos autonómicos. No podemos relajarnos, no podemos bajar la guardia», ha dicho Sánchez, este miércoles.

España tiene actualmente una incidencia acumulada -medida en el número de casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días- de 198,77. Un riesgo notablemente inferior al que había hace sólo un mes, cuando era de 524,60. Aún así, en los últimos días se ha producido leve repunte de casos, lo que ha provocado que el Gobierno advierta ahora con medidas más severas.

El plan previsto por el Ejecutivo para la Navidad ya recogía serias restricciones, como limitar a 10 personas el máximo de personas en reuniones en los días más destacados, mantener los cierres perimetrales en las comunidades autónomas -salvo cuando se trate de un reagrupamiento familiar, esto es, el desplazamiento a la residencia habitual de familiares o allegados del desplazado-, toques de queda a partir de la 1 y media de la madrugada, limitaciones de aforo en hostelería y prohibición de grandes eventos deportivos.

Descarga la responsabilidad

El 25 de agosto, cuando Pedro Sánchez reunió al Consejo de Ministros tras volver de sus vacaciones -tres semanas entre Lanzarote y Doñana- la incidencia acumulada era de 173,14 casos por cada 100.000 habitantes, es decir, muy similar a la actual.

Sin embargo, en aquel momento, Sánchez renunció a asumir el mando de la crisis sanitaria y descargó en las comunidades autónomas la responsabilidad sobre su evolución. Pese a la petición de algunos presidentes, incluso socialistas, de que el presidente del Gobierno tuviese un papel más activo en la gestión de la pandemia, esa reclamación cayó en saco roto. Aquel día, en su comparecencia ante los medios, la única solución de Sánchez fue que las regiones podrían solicitar al Gobierno la declaración del estado de alarma en sus territorios, para confinar o aplicar medidas de control.

De esta manera, el socialista seguía esquivando su responsabilidad sobre la pandemia, dejando todo el desgaste a los presidentes autonómicos. En la misma comparecencia, Sánchez aceptó que la situación era «preocupante», pero matizó también que era «desigual» por territorios y que, por ello, la respuesta debía ser el «respeto» a un «Estado cuasi federal».

«La evolución es preocupante, sí, lo es, tenemos que estar vigilantes, pero también serenos», añadió el presidente del Gobierno, considerando que los dirigentes autonómicos tenían herramientas y recursos «suficientes» para hacer frente a la pandemia. Asimismo, defendió la apertura de los centros escolares, pese a las críticas de profesores y padres por la falta de garantías, y consideró que el curso debía «iniciarse con normalidad».

Al día siguiente de esa comparecencia, la incidencia del coronavirus era ya de 176,22 casos por cada 100.000 habitantes; dos días después, de 189,61. El 1 de septiembre ya se superaba el riesgo actual, con 212,41 casos por 100.000 habitantes.

Amenaza

En su comparecencia en el Congreso, este miércoles, Sánchez ha apelado a la responsabilidad individual y a lo que califica como «moral de victoria» de los españoles.

«Hemos luchado mucho todo el año, unidos, y estamos ante este último esfuerzo que es el que pedimos al conjunto de la sociedad y a las instituciones. A la puerta de las vacunas, no tiremos todo por la borda. Saldremos adelante pero sólo de nosotros depende que no haya una tercera ola», ha amenazado el socialista.

Como es habitual en sus intervenciones, Sánchez ha elogiado las medidas del Gobierno para contener la pandemia, pese a las devastadoras consecuencias para la economía y el empleo.

El líder de la oposición, Pablo Casado, ha censurado la gestión del Ejecutivo y ha ironizado con que «esto no es un estado de alarma, es una alarma de Estado». Casado ha lamentado que Sánchez desprecie sistemáticamente sus propuestas de pacto y ha considerado que «a los que les va a ir muy bien es a los independentistas y a los abertzales con los que ha pactado y que quieren destruir España».

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