El Rey Juan Carlos sí estará en el 40 aniversario de la Constitución
Aunque el Palacio de la Zarzuela prefiere mantener oficialmente la incógnita sobre la presencia del Rey Juan Carlos en la conmemoración del 40 aniversario de la Constitución, todos los indicios hacen pensar que el anterior jefe del Estado estará el próximo día 6 en el Congreso de los Diputados. Personas del entorno de don Juan Carlos aseguran que lo previsto es que esté en la Carrera de San Jerónimo y comparta con los representantes de la soberanía popular, las altas autoridades del Estado y los padres de la Carta Magna la celebración de un hecho que rubricó el paso definitivo de un régimen autoritario a una democracia plena.
Es lógico que uno de los inspiradores de que España se dotara de una Constitución, como paso indispensable para homologarse con el resto de los países con regímenes de plenas libertades, esté presente en un momento histórico como el que se va a vivir el próximo jueves en las Cortes. Su ausencia, deseada por algunos que tienen en marcha en estos momentos una seria ofensiva contra la monarquía como forma de Estado, sería una medida injusta ya que borraría la memoria de todo lo que hizo el Rey Juan Carlos para conseguir que el país heredado del dictador Francisco Franco se transformara en una democracia plena y reconocida internacionalmente.
Cuando se desvele oficialmente la presencia del anterior monarca en la Carrera de San Jerónimo, también conoceremos al fin el formato del acto de la semana que viene. La duda está en si se va a celebrar en el hemiciclo, lo que exigiría poner una plataforma para ubicar a los Reyes actuales junto a la Presidencia, o se va a hacer en el Salón de los Pasos Perdidos, que no requiere un montaje especial y permitiría una mayor libertad para colocar a los asistentes de acuerdo con las reglas habituales del protocolo Don Juan Carlos alegó como una de las razones para no asistir a la proclamación de Felipe VI, su hijo, que la presencia de dos reyes en el pleno del Congreso planteaba muchos problemas de ubicación. Además, no deseaba restar protagonismo a su sucesor en el momento de asumir sus responsabilidades como máximo representante del Estado español.
Hay quien no entendió ese gesto del anterior monarca que algunos interpretaron como un desaire o la demostración de que, en el fondo, no estaba conforme con todo lo que había llevado a la abdicación al anterior jefe del Estado. Gestionar la coexistencia de dos Reyes, aunque uno de ellos no tenga ya responsabilidades políticas e institucionales, no es algo fácil. Y aunque don Juan Carlos cada vez desempeña menos tareas oficiales, sigue siendo objeto de interés en cualquiera de sus apariciones aunque sean de carácter estrictamente privado. Y el más mínimo desliz que cometa, aunque no sea responsable del mismo, seguirá siendo motivo de crítica por los que están empeñados en denostarle y en que borremos de nuestra memoria el papel esencial que desempeñó en la Transición democrática española, modelo seguido en países de los cinco continentes.