La reforma socialista del voto rogado permitirá votar a los emigrantes sin identificación previa
No hay previstos mecanismos adicionales y específicos de supervisión
La nueva redacción establece la remisión "de oficio" de la documentación a los emigrantes censados
Se amplía de 2 a 4 el número de días para el ejercicio del voto consular
La reforma socialista del voto rogado, que el Gobierno de Sánchez ha trasladado al resto de grupos parlamentarios para su análisis, permitirá a los españoles que residen en el extranjero la participación en convocatorias electorales sin necesidad de tener que identificarse previamente. Así lo recoge el texto de la propuesta del PSOE, al que ha tenido acceso OKDIARIO, que modifica la actual redacción del artículo 75 de la Ley Electoral en lo relativo al voto emigrante.
Los inscritos en el Censo de Residentes Ausentes (CERA) recibirán desde las Delegaciones Provinciales de la Oficina del Censo Electoral «de oficio a la dirección de inscripción» -con la que cada uno de ellos conste registrado en la base de datos correspondiente- la documentación necesaria. Lo que podría suponer una pérdida de control efectivo sobre la emisión de votos y abrirá la posibilidad de que se incremente el fraude al no quedar previstos mecanismos adicionales y específicos de supervisión para la nueva modalidad descrita.
La reforma amplía el plazo actual para el ejercicio del voto presencial -en las oficinas consulares- de 2 a 4 días y permite el envío postal por correo ordinario, al desaparecer el requisito de la certificación.
Además, la propuesta del PSOE prevé la posibilidad de que, unilateralmente, el Gobierno «pueda modular los criterios y adaptar los supuestos del artículo modificado» así como establecer -previa notificación a la Junta Electoral Central- «otros procedimientos para el voto de los residentes ausentes que vivan en Estados extranjeros donde no sea practicable lo previsto».
La reforma supone una pérdida de control efectivo sobre la emisión de votos y abre la posibilidad de futuros fraudes
El portavoz socialista en la subcomisión de reforma electoral en el Congreso, Gregorio Cámara, confirmaba en la presentación del informe que el PSOE apoya su reforma en que los españoles «electores residentes-ausentes que viven en el extranjero» no necesitarán realizar ningún trámite administrativo exclusivo para cada una de las convocatorias, como sucedía hasta la fecha. Y aseguraba, también, que la propuesta supondrá «ganar 17 días a cada uno de los electores» sin que esa ampliación de plazos suponga la disminución de ninguna garantía. Pero lo cierto es que una lectura detallada del texto socialista ha suscitado las primeras dudas entre algunas asociaciones de españoles en el extranjero.
Fuentes de las mismas consultadas por OKDIARIO temen que con la reforma -y en ausencia de control previo al envío de papeletas de la identidad de los electores- se retroceda al sistema vigente hasta el 2011, en el que las sospechas sobre la recogida y custodia de papeletas o los casos de votos emitidos por personas ya fallecidas, generaron desconfianzas sobre la fiabilidad del método. Desconfianzas que justificaron la necesidad de hacerlo rogado.
Y temen que la excesiva simplificación en la gestión del voto emitido por la comunidad española residente en el extranjero responda más a criterios de interés partidista y cortoplacista, para dar respuesta a la participación de los jóvenes con residencia temporal fuera de España, que a una preocupación real por agilizar y mejorar el trámite vigente para la comunidad asentada de manera estable y permanente.
Desplome de participación
Las convocatorias electorales más recientes han supuesto un notable incremento de la abstención del censo de electores en el extranjero. En las últimas elecciones generales, sólo el 7,6 % de los españoles residentes-ausentes ejercieron su derecho al voto.
Pese a la mayoría de las formaciones políticas del arco parlamentario coinciden, desde hace tiempo, en la necesidad de buscar una fórmula alternativa al actual voto rogado, incorporado en 2011, la Proposición de Ley presentada por Podemos en el Senado -y aprobada por unanimidad- orientada a la ampliación de la concesión de la nacionalidad española a miles de familiares de emigrantes habría abierto la vía para que los socialistas buscasen la oportunidad de implantación de su reforma electoral del voto rogado antes de las próximas convocatorias municipales, autonómicas y europeas.
Sánchez ha descartado incluir en dicha colección de beneficiarios a los nietos de españoles expatriados pero lo cierto es que, de formalizarse el texto en su redacción íntegra, se incrementaría el censo CERA de una manera sustancial y en muchos casos, hasta determinante, para el cómputo de los resultados electorales.