La realidad de Arguineguín que oculta Marlaska: hacinamiento, peleas y focos de infección

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Inmigrantes hacinados en el muelle de Arguineguín (Gran Canaria)
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguraba hace unas horas en una entrevista televisiva que los inmigrantes que se hacinan en el muelle de Arguineguín, en Gran Canaria, en ningún caso permanecen allí más de 72 horas, que las condiciones garantizan el cumplimiento de los protocolos anti-Covid y que no existen problemas de recursos más allá de un incremento puntual en la llegada de pateras. Está claro que para rebatir las palabras del titular de Interior es necesario hacer públicas las imágenes tomadas dentro de un muelle al que los medios de comunicación tenemos prohibido acercarnos a menos de 300 metros. OKDIARIO accede a fotografías exclusivas que muestran la verdadera situación de hacinamiento e insalubridad que se vive en el puerto de llegada de los inmigrantes ilegales a Arguineguín.

Pero las fotografías por sí solas no son suficientes para explicar lo que allí sucede. Este diario ha recabado información de primera mano del personal que asiste a los ocupantes de las pateras durante todo el tiempo que permanecen en el muelle.

“Ahora mismo la mayoría de las personas provienen del Magreb, pero hay ciudadanos de Malí, de Senegal, de Guinea. Suelen llegar con algo de dinero, pasaporte y teléfono móvil y eso provoca situaciones complicadas. Hay tensión y cansancio y eso se está traduciendo en peleas y en robos. A eso hay que sumarle la situación de la pandemia: es literalmente imposible tener un control de los posibles contagios”.  ¿Y eso por qué?, nos preguntamos. La respuesta es pasmosamente obvia y el ministro del Interior ha dado parte de la respuesta en su entrevista.

Riesgo de contagio

Los inmigrantes ilegales nunca pueden estar custodiados contra su voluntad más de 72 horas, porque ese es el máximo legal para tener a alguien bajo custodia policial. ¿Y qué pasa en esas 72 horas? Cuando llega una embarcación con inmigrantes ilegales hay un primer trámite en el que se trata de identificar a todas las personas que llegan.

Sin embargo, no basta con revisar su documentación. Es preciso entrevistarlos, tomarles huellas y reseñarlos. Obviamente, también, proporcionarles comida y bebida. Ya ha sido necesario llevar un camión cisterna con agua al propio muelle ante el incremento de personas hacinadas. Y luego los PCR. Para cuando los resultados de las pruebas están listos han pasado ya 48 horas y en ese tiempo no ha habido separación posible entre contagiados asintomáticos y no contagiados. Con estos plazos la transmisión y el contagio es más que un riesgo en Arguineguín.

De hecho, las costumbres adoptadas por los inmigrantes ilegales en los puertos a los que llegan y donde son retenidos en época de pandemia son mucho más peligrosas. Habitualmente estas personas optan por orinar en garrafas y botellas que acumulan detrás de las tiendas de campaña de la Cruz Roja. OKDIARIO ha conseguido una imagen de esas botellas. «No sólo son un posible foco de contagio permaneciendo ahí sino, por muy escatológico que suene, son garrafas y botellas compartidas, así que es fácil pensar en un contagio por transmisión directa», explican las fuentes consultadas por este diario.

Pero volviendo a las pruebas anti-Covid. ¿Qué sucede si hay un positivo? Si es asintomático se le mantiene aislado y si desarrolla síntomas se le hospitaliza, pero, aunque haya estado en contacto con otras personas -en las imágenes se les ve durmiendo al raso todos juntos- al resto se le pone en manos de la Cruz Roja y otras organizaciones humanitarias que los trasladan a hoteles, colegios que no estén en uso, locales vacíos o las tiendas de campaña que está instalando el Ejército en un barranco no muy lejos del muelle… Los inmigrantes ilegales se quedarán allí solo si ellos quieren.

Y aquí es donde más sentido cobra la frase del ministro. A las 72 horas cualquiera de estos inmigrantes tiene derecho y libertad para decir que no quiere estar bajo ninguna tutela. Coge su dinero y su documentación y puede trasladarse libremente donde considere oportuno.

Por cierto, la cantidad de personas que están llegando ralentiza mucho las labores de identificación. ¿Puede darse el caso de que a las 72 horas la policía haya dejado de custodiar a una persona con graves antecedentes en su país? Puede ocurrir.

15.000 personas

Ahora la gran pregunta es: si en ningún caso los inmigrantes pueden estar bajo custodia policial más de 72 horas y el muelle de Arguineguín está saturado día sí y día también, ¿cuál es la cifra real de inmigrantes ilegales llegados a Gran Canaria a través de Arguineguín?

«El cálculo es que desde el mes de marzo sólo por aquí han entrado unas 15.000 personas. Hay que tener en cuenta que el Estado de Alarma detuvo las deportaciones, de hecho, no se han producido apenas, y eso ha generado un incremento de población no solo en Arguineguín sino en otras poblaciones de la isla donde además ha crecido el índice de criminalidad y delincuencia». Las fuentes consultadas por OKDIARIO son taxativas: “Estamos preparados para manejar un total de entre 100 y 150 inmigrantes ilegales, y con los mismos recursos se está atendiendo a 2.000 en el muelle y lo que generan los que ya no están allí, y obviamente eso se está restando del total de los recursos de la isla”.

Conscientes de que la situación no se arregla con una varita mágica lo que al menos piden es que se les envíe refuerzos desde la Península. Ante la llegada masiva de inmigrantes a Arguineguín ya ha habido manifestaciones vecinales por el deterioro de la situación en su municipio y zonas colindantes. «Y eso que los que están en el muelle, pese a sus roces, no están teniendo un mal comportamiento, pero si la situación dura mucho más esto puede acabar siendo un polvorín. Esperemos que Interior y el Gobierno pongan remedio porque esto no se parece a lo que ellos venden».

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