Rajoy quiere que la ‘crisis Cifuentes’ se cierre antes del 2 de mayo, fiesta de la Comunidad
El presidente del Gobierno quiere que la crisis por el máster de Cristina Cifuentes se resuelva «con la mayor celeridad posible». Lo dijo este jueves en Argentina, de visita oficial, pero es el mensaje que transita por el partido.
Ese límite temporal sería el próximo 2 de mayo, Día de la Comunidad de Madrid. Una fecha muy simbólica que, consideran los ‘populares’, no puede verse empañada por el escándalo. De ahí que la opción prioritaria, a día de hoy, sea que el hipotético debate de la moción de censura que promueve el PSOE con apoyo de Podemos se fije para el día 26 de abril. El plazo termina el 7 de mayo.
Eso no implica, para el PP, que el debate llegue ni siquiera a celebrarse. La intención es tener un horizonte temporal para que Ciudadanos tenga que retratarse y decidir de una vez si apoya la moción, que situaría a los de Albert Rivera en la foto con los de Pablo Iglesias. Pero en ningún caso Rajoy está dispuesto a perder una comunidad autónoma que es vital para sus intereses a medio y largo plazo. Es decir, para unas elecciones generales. El relevo se trabaja desde hace días, aunque llegará en el último momento, para que no se interprete como una cesión a primera de cambio a lo que exige Rivera.
Que la situación incomoda cada vez más al partido es un secreto a voces. En los últimos días, además, se ha producido un cambio significativo de discurso. Cifuentes se ha quedado sin apoyos explícitos. Hoy, casi nadie —a excepción de la secretaria general, María Dolores de Cospedal— pone en público la mano en el fuego por la presidenta madrileña. El propio coordinador general, Fernando Martínez-Maillo, que hace días enfocaba las dudas en la Universidad, avisó este jueves de que «evidentemente, nadie está por encima de las siglas».
El problema principal es que los tiempos judiciales van más lentos que los políticos. A Rajoy le gustaría que la investigación de Fiscalía avanzase más ligera, para argumentar su decisión. También, que la conferencia de rectores (CRUE) se hubiese pronunciado este jueves de forma contundente, y no en una mera declaración a la espera de las conclusiones de la Fiscalía.
Desde el entorno de la presidenta madrileña se asegura que no dimitirá, salvo que se lo pida Rajoy, porque está convencida de que no cometió ninguna ilegalidad.
Pero en el partido se asume que su caída será más pronto que tarde. El propio Maíllo admitió que la decisión, aunque no sea «inmediata», sí tendrá que producirse con «celeridad».
«Nosotros no aceptamos ni ultimátums ni fechas límites», avisó el miércoles. La fecha del debate de la moción corresponde fijarla a Paloma Adrados, presidenta de la Asamblea de Madrid (PP), y condicionará también la estrategia de Ciudadanos.
Desde la dirección de Rivera se ha perdido el miedo a la foto con Podemos, un partido que se limitará a apoyar la moción pero que no participaría en un eventual gobierno socialista.
No obstante, Ciudadanos prioriza que el PP tome decisiones y busque ya un sustituto a Cifuentes. En ello están, reveló el propio Albert Rivera. Las formaciones mantienen conversaciones informales, más allá de la única reunión que ha trascendido hasta el momento, el lunes, entre Maíllo y José Manuel Villegas.
Entre tanto, en el PSOE asumen que la moción tiene más de estratégico que de real y concluyen que no saldrá adelante. Los socialistas ven cercano el acuerdo del PP con Ciudadanos para conservar el año que queda de legislatura. En fuentes socialistas creen que los ‘populares’ tratarán de evitar que entren en la Comunidad a «levantar alfombras», en víspera electoral.