Reforma Laboral

PSOE y Podemos celebran una «victoria» conjunta sobre su máximo rival: «Hemos acabado con Yolanda»

PSOE Podemos Yolanda Díaz
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo.
Joan Guirado

Hace ya semanas que Yolanda Díaz es el rival a batir para toda la izquierda. Sus buenas expectativas electorales según los sondeos inquietan en el PSOE, en Podemos, en ERC… De ahí que nadie, más allá de ella, quería que la reforma laboral se derogase como había prometido. «Ha fracasado políticamente», señalan en su propio partido. «Habrá que ver qué hace ahora, porque prometió dimitir si no lograba la derogación», añade otra compañera de Unidas Podemos. El miedo a Díaz es real. Y por ese motivo el PSOE ha forzado que la reforma laboral salga adelante con los votos de Ciudadanos y otros partidos de derechas, lo que permite a Sánchez dar un volantazo a lo que queda de legislatura. Y justificar que «tan malo no debe ser el acuerdo cuando suma a sindicatos, patronal, izquierda y derecha». POSOE y Podemos coinciden en una cosa: «Hemos acabado con Yolanda».

La sensación entre los dos socios de coalición es que la voz solista de la vicepresidenta segunda «se va apagando». Díaz confiaba en un apoyo unánime delos socios de izquierdas a «su reforma laboral» para lanzar su nuevo proyecto político transversal. La fecha marcada en el calendario era mediados de febrero. Era el momento elegido por la gallega para la puesta de largo de una candidatura en la que lleva trabajando varios meses.

En su equipo no tienen cabida la mayoría de los actuales dirigentes de Podemos, como Ione Belarra, Irene Montero o Pablo Echenique, y el proyecto pisa sin complejos terrenos que ocupa el PSOE en el centro. La ministra de Trabajo lo ha repetido en distintas ocasiones: «Yo no quiero estar a la izquierda de los socialistas». Pero tampoco preveía que el rechazo de ERC, Bildu y el PNV a su norma laboral le obligaría a abrazarse a la derecha de Ciudadanos y UPN.

En el PSOE y Podemos se culpan mutuamente de haber acabado en brazos de dos partidos que permanentemente les lanzan improperios en las Cortes. Pero no tenían otra opción. Ni han hecho mucho más para evitarlo. Únicamente la vicepresidenta segunda, aún este jueves antes de empezar el pleno de convalidación del real decreto ley en el Congreso, intentaba convencer a los separatistas catalanes y vascos para que permitieran la aprobación de la reforma laboral. Prometiendo reformas a posteriori que niegan el PSOE, la patronal, Ciudadanos, UPN e incluso los sindicatos.

Yolanda Díaz sabe que no es una cuestión de imagen el hecho de que salga adelante con unos votos u otros. Sabe que es cuestión de supervivencia política. De su propia supervivencia. De dar recorrido o no a su futuro proyecto electoral, que algunos de sus rivales más directos ya han enterrado.

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