Policía y Guardia Civil se llevan 2.000 de los 6.000 agentes enviados a Cataluña por el 1-O

Guardia Civil
GRS de la Guardia Civil en Cataluña
Carlos Cuesta

El Gobierno considera que ya no es necesaria la presencia de 14.000 agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil en Cataluña. Que en estos momentos, con el mando de los Mossos asumido por el Ministerio del Interior, se puede empezar a remover parte del enorme dispositivo desplegado durante todo el transcurso del golpe de estado separatista. Por ello, se ha empezado a enviar a sus plazas origen a casi el 30% de los agentes desplazados que, a lo largo de los próximos días, van a ir abandonando Cataluña.

En total, unos 2.000 agentes saldrán de los cuarteles, hoteles y barcos en esta comunidad para volver a sus casas. Pese a esta vuelta, lo cierto es que el colectivo de agentes nacionales seguirá siendo elevado. Porque a los 8.000 miembros de la Policía Nacional y Guardia Civil habitualmente instalados en esta región, seguirán sumándoseles otros 4.000 efectivos que permanecerán en este territorio hasta que el riesgo de revueltas o nuevas tensiones desaparezca por completo.

La salida de este contingente de 2.000 agentes, de hecho, ha sido clave para tomar la decisión de cortar ya el contrato con el famoso y denostado barco Piolín, tal y como adelantó OKDIARIO.

La decisión de reducir el número de efectivos desplazados será acogida con agrado por los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Aunque no lo será tanto la decisión simultánea de retirar parte de las dietas extra que se abonaban a los policías nacionales y guardias civiles ubicados permanentemente en Cataluña, a los que se les quitará el plus de 40 euros brutos que cobraban por la disponibilidad extra provocada por la situación de tensión que ha generado el golpe separatista. Los agentes desplazados por el 1-O seguirán percibiendo sus retribuciones extra, pero no así los que ya trabajaban en esta comunidad de forma previa al desafío separatista.

La estancia de un dispositivo de estas características durante dos meses ha supuesto un elevado coste humano -por las molestias ocasionadas a los agentes- y económico. Ha que recordar que la operación de refuerzo policial, conocida oficialmente como Operación Copérnico por el Ministerio del Interior ha alcanzado ya un coste cercano a los 35 millones de euros y que sólo el alquiler de los famosos barcos suponía un desembolso para el Estado por culpa de los golpistas de 300.000 euros diarios.

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