Podemos reniega del español en Cataluña y quiere que el Gobierno financie la lengua romaní
En pleno debate por la situación del español en los colegios de Cataluña, Podemos sí defiende que el Gobierno ampare la protección de otro tipo de lenguas, como la romaní, propia del colectivo gitano.
En una moción, registrada en diciembre por el grupo confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, en el Senado, la formación defiende como obligación del Estado «impulsar la financiación y la promoción de la lengua romaní, así como todas aquellas acciones que ello conlleva».
El partido de Pablo Iglesias justifica además un reconocimiento integral de esta lengua para que «sea oficialmente reconocida como una lengua europea más entre las otras lenguas de Europa», que «sea reconocida como tal en las distintas administraciones e instituciones del Estado», que se reconozca el 5 de noviembre como Día Internacional de la Lengua Romaní «para que sea celebrado en nuestro país y promover su celebración en el mayor número de países europeos posibles» y que España lidere «la petición para que las instituciones de Europa hagan un exhaustivo seguimiento y control sobre las acciones que realicen los estados implicados tanto en la lengua como en la cultura romaní». La petición está firmada por el portavoz del grupo parlamentario, Ramón Espinar.
La iniciativa contrasta con la posición de Podemos sobre la intención del Gobierno y el PP de facilitar el castellano como lengua vehicular en Cataluña.
En los últimos días, sus dirigentes se han lanzado en tromba a atacar esta decisión del Ejecutivo. Entre ellos, el propio Pablo Iglesias, que consideró «inaceptable que un grupo de corruptos viniera a destruir algo que funciona muy bien y que es una referencia mundial». «Si algo me enorgullece como español es la escuela catalana», señaló el líder de Podemos en una entrevista en RNE, en la que destacó que los «éxitos» de la escuela catalana «han sido reconocidos por instituciones internacionales y el Ministerio».
En la misma línea se pronunciaron Pablo Echenique, secretario de Organización, quien acusó al Gobierno de «querer crear un problema con la lengua» al proponer un cambio para que los padres puedan decidir si sus hijos estudian en catalán o en castellano en la comunidad autónoma. El diputado Joan Mena, por su parte, criticó lo que considera una «imposición por la fuerza» y el «desmantelamiento de un pilar fundamental de la cohesión en Cataluña».
Podemos ha avalado además el proyecto de decreto que aprobará el Gobierno balear para exigir el conocimiento del catalán a los trabajadores de la sanidad pública de las islas. Según el partido, una normativa «de sentido común».
Los argumentos contrastan, sin embargo, con los que esgrime el partido para defender la implantación de otras lenguas, como la romaní. Así, señalan que, entre los derechos de ese colectivo, «está el poder ser reconocidos como iguales ante las administraciones públicas europeas. Un paso esencial para poder ser reconocidos es el reconocimiento y promoción de su lengua propia». Una tesis que no aplica en el caso del español.