Pilar Urbano: «Jordi Pujol me dijo que descendía de Carlomagno»

"El libro de Garzón es el único que me arrepiento de haber escrito"

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El 27 de octubre de 2017 hubo un antes y un después en la historia de España y de Cataluña. Todos tenemos en el recuerdo a Carles Puigdemont, entonces presidente de la Generalitat, declarando la independencia de Cataluña de manera unilateral. Lo hizo con las palabras: «Como presidente de la Generalitat asumo, al presentarles los resultados del referéndum ante el Parlamento y nuestros ciudadanos, el mandato de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república».  Fue la conocida como república de los 8 segundos que, si somos exhaustivos, con aplausos y declaración sumó un total de 56. Detrás, años y años de manipulación de un pueblo al que se convenció de su superioridad en base a una identidad ficticia.

En esta entrevista, Pilar Urbano cuenta que Jordi Pujol le dijo sin titubeos que descendía de Carlomagno, el padre de la Europa medieval, aquel que fuera el primer soberano en asumir el título de emperador de los romanos por el Papa desde la caída del Imperio Romano de Occidente. Unos lo llaman supremacía. Otros ardid. Detrás, un sueño.

Es la historia de una quimera; la utópica ilusión que ha conducido al
pueblo catalán al desastre de odios y confrontaciones en el que hoy se encuentra. Para ello fueron cruciales los pactos con el Gobierno central de turno; pactos con los que se iban transfiriendo competencias que permitían a su TV3 y sus escuelas, adoctrinar y manipular; datos tergiversados con los que hablaban de un reino de Cataluña que nunca existió, de Wifredo el Velloso como fundador y primer rey de Cataluña y de la senyera, y tantas y tantas mentiras fabuladas que dotaron de cada vez más cuerpo a esa identidad que llenaba de orgullo y sentido la vida de muchos ciudadanos.

Las ayudas económicas de grandes lobbies han sido claves.  Pilar Urbano apunta a nombres como George Soros, Jeff Bezos o Bill Gates, entre otros que, según nos cuenta ella, buscan crear sociedades abiertas en las que haya mucha sociedad y poco Estado.

También nos habla de las tres reuniones de Putin con Puigdemont y lo deja bien claro: «Para Moscú, poner una pica en Cataluña y sustraérsela a la OTAN era tan valioso como recuperar Crimea».

En el camino de este proceso independentista, un Artur Mas del que dice que nunca fue brillante ni dotado para el liderazgo y que vació las arcas de la Generalitat. Urbano lo resume todo con una frase lapidaria: «El cargo lo vestía a él». Y apunta a que las razones de ser él el elegido fueron dos implacables: que era el hijo del testaferro de Jordi Pujol y, casi más importante, que era el favorito de Marta Ferrusola.

Después llegaron Puigdemont y Carmen Forcadell que afirmó ser ella la Ley. Valora Pilar Urbano las reuniones entre Zapatero y Mas, el talante de Rajoy (del que dice que «no tuvo los regaños que hay que tener para saber
parar a tiempo la declaración de independencia») y los pactos de Pedro Sánchez para conformar Gobierno y ser presidente. De él dice que está en deuda con el independentismo, con lo que eso supone.

En esta entrevista, Urbano nos cuenta todos los entresijos sobre los que ha investigado. Un desfile de burlas a la Constitución, imputados, indultados que no pidieron indulto ni mostraron arrepentimiento, tres juristas fallecidos en extrañas circunstancias (entre ellos, Maza, el Fiscal General del Estado), un Marchena estandarte de la justicia, el honor y la profesionalidad, una sentencia convertida en papel mojado y una amenaza
de que «Ho tornarem a fer».

De momento, el actual presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès (ERC), ha anunciado esta semana que la Generalitat consultará a 800 catalanes elegidos por sorteo sobre su hoja de ruta para pactar un referéndum de independencia en Cataluña. Parece que ho tornaran a fer.

Pilar lo vaticina: «2017 sólo fue un ensayo». Un ensayo que nunca pretendió
quedarse en eso, sino llegar a ser un éxito. Pero fracasó y sirvió de ensayo para volverlo a hacer, afirma.

También confiesa que el mejor político con el que se ha topado es Adolfo Suárez (el peor le resulta difícil elegirlo entre la larga lista de candidatos). De todos sus libros publicados (libros en los que descubre los cómos, los
dóndes, los porqués y los a través de quién), sólo se arrepiente de haber escrito el de Garzón porque el Garzón de entonces (el que perseguía la corrupción, el narcotráfico, ETA, los fondos reservados, el GAL, los crímenes de los militares argentinos, Pinochet y un largo etcétera, y aplicaba inexorable la Ley) ya no existe. Parece que aquello quedó muy atrás. El de hoy no es el que era.

Ya ven, casi nada es como era ni cómo se supone que debería ser.

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