Pedro Sánchez se presenta como la solución ante la sentencia del 1-O, el Brexit y la crisis económica
El presidente del Gobierno en funciones y candidato socialista a la reelección, Pedro Sánchez, ha pedido este viernes una alta participación en las Elecciones Generales del 10-N. Sánchez ha asegurado que hay «muchas más razones para ir a votar» que en abril y ha asegurado que «las amenazas son más reales porque los desafíos siguen pendientes».
El líder socialista ha pronunciado estas palabras en el mitin organizado por el PSOE en la Cúpula del Milenio de Valladolid, donde ha alertado del «bloqueo» que imperará si no existe un mandato claro para un Gobierno que pueda afrontar «los desafíos» que tiene España por delante, ante la «sopa de letras» que observa «a izquierda y derecha» de su partido.
Sánchez ha enumerado las amenazas que debe afrontar el nuevo Gobierno y se ha presentado como la solución para resolverlas: el conflicto catalán y la inminente sentencia del Tribunal Supremo sobre el golpe del 1-O, la «pésima noticia» de la salida del Reino Unido de la UE y el «enfriamiento de la economía» que ha atribuido a las «guerras comerciales» planteadas por el presidente estadounidense, Donald Trump.
Sobre la situación económica que afronta España, Sánchez ha asegurado que dará «una respuesta progresista», en lugar de aplicar lo que en su opinión hizo «la derecha, que fue recortar el Estado del bienestar, subir los impuestos a la clase media y trabajadora, y corromper a las empresas que contratan con lo público».
La receta de Zapatero para la crisis
Ha olvidado recordar las medidas que el ex presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero tomó ante la crisis económica de 2008: congelar las pensiones, recortar un 5% el sueldo de los funcionarios, reducir en 6.000 millones de euros la inversión pública y eliminar buena parte de las prestaciones previstas en la Ley de Dependencia.
«Nosotros haremos frente al enfriamiento de la economía», ha anunciado Pedro Sánchez este viernes, «defendiendo el patrimonio de todos, que es el Estado de bienestar, defendiendo la justicia fiscal, que no paguen más impuestos la clase media y trabajadora, sino que paguen más los que más tienen y haciendo una gestión transparente, honesta y ejemplar de los recursos públicos», ha resumido.
Sánchez ha presumido del «equipazo económico» con el que cuenta el PSOE, con la ministra Nadia Calviño al frente de un grupo «todo femenino», frente a lo que ha ocurrido con los responsables económicos de quienes se rodearon Pablo Casado (PP) y Albert Rivera (Cs) en las anteriores elecciones.
En el caso de Rivera y Ciudadanos, Sánchez ha afirmado que «el señor Roldán se creía aquello de que no había rojos y azules en España y después de las elecciones del 28 de abril se dio cuenta de que más que rojos y azules, en Ciudadanos había azul y azul oscuro casi negro y se fue».
El «trampantojo» de la gran coalición
También ha tenido palabras críticas para el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, a quien ha acusado de volver a «sacar el trampantojo de la gran coalición o de que el PSOE va a pactar con Ciudadanos».
«Pero… ¿cómo vamos a entendernos con un PP y con un Cs que lo que hacen es pactar con la ultraderecha?», se ha preguntado el presidente en funciones. Sánchez se ha mostrado indignado por las declaraciones de Santiago Abascal sobre la «historia criminal» del PSOE, pero ha asegurado que los socialistas no se van «a manchar ni la boca ni los oídos con las sucias palabras de la ultraderecha», sino que van a ir «a votar».
El presidente en funciones se ha preguntado «de qué vale un sistema político con 10, 15, 20, 30, 40, 50, 100 o 1.000 partidos políticos si después de las elecciones lo que impera es el bloqueo y no que haya un gobierno que haga frente a los desafíos y a las amenazas que tiene el país».