Sánchez quiere aprovechar el referéndum en Cataluña para lanzar su España federal
La reforma federal del Estado toma fuerza en la agenda de Pedro Sánchez. Y la negociación con el separatismo le ha concedido un contexto impagable para esos planes, como avanzó OKDIARIO. Ahora, el presidente socialista pretende aprovechar la propuesta de un referéndum «de autogobierno» para consolidar esa idea. El ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, avanzó este jueves la forma de esa votación, de carácter consultivo pero cuyos resultados tendrían un valor de enorme trascendencia: «Un gran acuerdo sobre autogobierno, financiación y participación de las comunidades autónomas en el diseño de las políticas del Estado».
Según el ministro socialista, el gran abanderado de la reforma federal, en España «no tenemos estructuras» federales que, en su opinión, «es lo que permitiría compaginar el autogobierno con el gobierno compartido, esto que ahora se ha nombrado cogobernanza. «Estamos en los inicios de un camino que nos debe llevar a un Estado verdaderamente federal», ha admitido Iceta.
Este periódico ya avanzó hace un mes que Sánchez pretendía abordar la negociación con el independentismo con su ambición de reconfigurar el escenario institucional mediante una reforma federal. La idea es un clamor en varios sectores del socialismo. El propio Iceta opinó el pasado febrero en el Congreso de los Diputados que «la vitalidad de la Constitución española se vería reforzada si fuera reformada», si bien reconoció que era necesario un amplio consenso.
Declaración de Barcelona
La Declaración de Barcelona, el pacto de Pedro Sánchez con el PSC, en 2017, y que constituye la base para el «diálogo» con el independentismo, lo expresa claramente:
«Para superar el enfrentamiento entre el inmovilismo del Gobierno central y la deriva independentista unilateral es necesario abrir un nuevo escenario de diálogo y propuestas concretas que, como es sabido, en nuestra opinión, debe culminar en una profunda reforma federal, que permita aunar un profundo autogobierno de las entidades territoriales con la unidad de España y el mejor reconocimiento de la realidad plurinacional de nuestro país sin afectar a la soberanía del pueblo español ni a la igualdad de derechos entre toda la ciudadanía, y que a la vez sirva para profundizar en el carácter democrático del Estado y para garantizar su carácter social».
Entre sus puntos, se instaba a abordar como prioridad «los trabajos para una reforma federal de la Constitución española que nos una de nuevo a todos».
En el texto se considera abiertamente que «España necesita una reforma profunda de nuestra Constitución», que deberá contemplar, en lo que se refiere a la organización territorial del Estado, al menos cuatro grandes cuestiones: «El reconocimiento de las aspiraciones nacionales de Cataluña; unas nuevas reglas para el reparto competencial que mejoren el autogobierno de la Generalitat desde el respeto y la lealtad institucional; un acuerdo sobre la financiación autonómica que dote de recursos necesarios para el sostenimiento de las grandes políticas públicas; y el establecimiento de un Senado federal como mecanismo de representación territorial de las comunidades autónomas». En el mismo documento se admite que «el éxito de esta reforma exige un consenso sólido».
En el programa de las elecciones del 14 de febrero – con el ex ministro Salvador Illa al frente- el PSOE dedicó un apartado específico a la propuesta, justificándola no sólo en una supuesta herramienta para «el encaje de Cataluña en el resto de España» sino para «las conquistas sociales», «la modernización de las instituciones» e, incluso, «la mejora de la calidad democrática».
Al avance en esta vía contribuirá el Congreso Federal que el PSOE celebra el próximo mes de octubre, y en el que el partido pretende renovar sus posiciones políticas, en favor del federalismo.
Iceta, de entrada, ha apostado este jueves por incluir una disposición adicional en la Constitución para reconocer el trato diferencial con Cataluña.
Una idea que el ahora ministro ya defendió con la siguiente forma: «La Constitución ampara y respeta los derechos históricos de Cataluña, de los que se deriva el reconocimiento de una posición singular de la Generalitat en relación con el derecho civil, la lengua, la cultura, la proyección de estas en el ámbito educativo y el sistema institucional en el que se organiza la Generalitat».