Pedro Sánchez (2016): «Diré sí a un pacto de fuerzas progresistas, incluyendo a Podemos»

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Pedro Sánchez, secretario general de PSOE

Poco menos de un año ha pasado entre el ‘no’ rotundo y el ‘sí’ ansiado de Pedro Sánchez a Podemos. Hasta llegar al: «Diré sí a un pacto de fuerzas progresistas», el discurso del candidato socialista ha ido cambiando a lo largo de los últimos meses y más concretamente durante la campaña electoral. Según se conocían los resultados de las distintas encuestas que daban a Podemos un papel relevante dentro del nuevo mapa político, el secretario general de los socialistas, modulaba su estrategia respecto de los de Iglesias.

Los socialistas ya dieron un paso al frente y contradijeron lo prometido tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado mes de mayo. Tras estos comicios los de Ferraz acordaron y negociaron distintos ayuntamientos y comunidades con Podemos o sus marcas blancas. La estrategia había cambiado aunque el discurso seguía siendo duro contra los de Pablo Iglesias, a los que, el mismo Sánchez, llegó a situar al mismo  nivel que al Partido Popular: «Nosotros, ni PP, ni populismo».

El verdadero cambio en su discurso se produjo en el mes de noviembre del pasado año, en plena precampaña. En ese momento Sánchez aseguró: «Podemos ha ido modulando su discurso en los últimos 12 meses y ha renunciado a algunas medidas populistas que planteaba al principio de su andadura como el impago de la deuda o la salida del euro». Sin duda, una declaración de intenciones que exponía de forma clara lo que, tan sólo dos meses después se ha confirmado, de boca del propio Pedro Sánchez, desde Portugal, junto al presidente de un Gobierno de confluencia de izquierdas, al que ha tachado de ejemplo para el resto de países europeos.

A las críticas por este cambio de criterio con respecto a los pactos con el partido morado, Pedro Sánchez responde tajante: «Mi compromiso de no pactar con políticas populistas es firme, pero Podemos ha modulado su discurso».

Batalla interna en el PSOE

Cabe destacar la brecha creada entre el candidato de Ferraz y la mayoría de sus barones territoriales y otros nombres históricos de la formación.

Por un lado, la gran mayoría de los barones del PSOE rechaza el pacto con los de Iglesias, ya que estos han puesto sobre la mesa, como condición imprescindible para firmar un posible pacto o acuerdo de Gobierno, la celebración de un referéndum en Cataluña, algo a lo que muchos socialistas se oponen tajantemente.

Por otro, las relaciones entre Podemos y el Gobierno venezolano. El ex presidente Felipe González ha acusado en muchas ocasiones a Pablo Iglesias y los suyos de intentar importar a España las fórmulas chavistas, además de no condenar la existencia en aquel país de presos políticos. Hace tan sólo unos días Podemos se negaba, una vez más, a firmar un manifiesto en defensa de la democracia en el Venezuela, mientras sí lo hacían el resto de formaciones.

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