Los ‘pedristas’ acusan ahora a Rubalcaba de hundir a Sánchez
Nervios y tensión en el sector socialista que respalda a Pedro Sánchez y defiende el ‘no’ a Mariano Rajoy a unos días de celebrarse el Comité Federal del PSOE. Los cercanos al ex secretario general acusan ahora a Alfredo Pérez Rubalcaba de haber provocado su dimisión para facilitar un Gobierno del Partido Popular: «Le ha hundido», aseguran y añaden que «ha colocado a todo su ‘séquito’ a sus órdenes». De ahí que insistan en la permanencia de Antonio Hernando como portavoz parlamentario.
Hernando, fiel de Rubalcaba, ha pasado de defender el ‘no es no’ y compartir el proyecto de Sánchez a permitir que gobierne Rajoy con frases a sus espaldas como: «la abstención del PSOE me parece absolutamente descartable por coherencia e ideología» o «si el PSOE cambia de opinión, vamos a perder absolutamente toda nuestra credibilidad». Sin embargo, el diputado y portavoz se ha ganado el respeto entre sus compañeros, quienes lo califican de «pieza clave» para «calmar los ánimos» y erradicar la crisis interna del partido. Hernando tiene pocas horas para hacer pedagogía entre los diputados y que no rompan la disciplina de voto, tal y como ha advertido la gestora.
Fuentes del sector ‘pedrista’ se muestran dolidos por la decisión que ha tomado el portavoz, de seguir al frente con Fernández, y critican que «es muy difícil defender ahora justo lo contrario» y advierten que eso «podría repercutir en su credibilidad como político».
Valenciano rechazó estar en la gestora
A Hernando le acompañan otros ex dirigentes cercanos a Rubalcaba que estos días resurgen en las tertulias como voz autorizada para calmar las tensiones entre ambos bandos. Es el caso de Elena Valenciano, ex vicesecretaria general de la mano de Rubalcaba, asesora estas semanas a Mario Jiménez, portavoz de la actual gestora y de la que ella misma rechazó formar parte. La hasta hace unos meses portavoz adjunta del grupo socialista en el Parlamento Europeo señaló en la SER: «Prefiero un Rajoy debilitado, condicionado por una mayoría parlamentaria que puede modificar muchas de las decisiones que ha tomado el PP estos años, que han sido terribles para la gente, que reforzado».
En su opinión, el PSOE se encuentra en una decisión «endiablada» ante la que solo cabe elegir entre el desbloqueo a través de la abstención y unas terceras elecciones. En este sentido, defendió la primera vía porque la segunda «daña al país, a la democracia, a la izquierda y al PSOE», dijo Valenciano.
Más contundente ha sido otro viejo conocido de Rubalcaba, Ramón Jáuregui, que ahora será la nueva voz del partido en Europa. El que fuera ministro de José Luis Rodríguez Zapatero señaló en una entrevista esta semana que Sánchez «tendría que haber liderado la abstención». Así de rotundo se muestra estos días señalando que «al PSOE no le interesa ir a elecciones».
Con todas estas voces autorizadas, los más cercanos a Sánchez no dudan ahora que Rubalcaba participó sin duda en «el golpe» que «hundió» al ya ex secretario general y puso fin al ya famoso «no es no». A siete días de que el Rey abra su ronda de consultas, el PSOE busca una salida al laberinto de la abstención ¿técnica? ¿táctica? ¿mínima? ¿condicionada? El Comité Federal y el propio grupo parlamentario del Congreso serán los que determinen la fórmula que permitiría a Mariano Rajoy ser investido.
La abstención técnica consistiría en que el PSOE no pediría nada al PP a cambio, pero tampoco conllevaría ningún compromiso de estabilidad. La abstención «táctica» consiste en que la decisión no tiene nada de «ideológico» ni de «estratégico».
La abstención «mínima» o «vergonzante» es compatible con las dos anteriores, pero la llevarían a cabo solo los once diputados precisos para no obstaculizar la investidura. La abstención «pactada» o «condicionada» es la que han propuesto, entre otros, el que fuera ‘número dos’ del partido José Blanco y el senador andaluz José Martínez Olmos, que llegó a plantear por escrito las diez condiciones que él hubiera exigido al PP. Mientras que la abstención «urinaria», acuñada en los pasillos del Congreso por un parlamentario de Unidos Podemos, hace referencia a la posibilidad de que once diputados socialistas se ausenten de la votación.