Las parejas de los agredidos en Alsasua: «Tenemos miedo, estamos en España y esto no debería pasar»
Los guardias civiles y sus parejas agredidos en Alsasua (Navarra) han relatado ante la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, el acoso diario que padecen con insultos y escupitajos de radicales.
«Me da miedo, me provoca ansiedad, estamos dentro de España y esto no debería pasar», relató Pilar, la mujer del sargento.
La novia del teniente, uno de los dos guardias civiles identificados por unos 40 radicales en Alsasua, explicó que ha abandonado este pueblo junto con su familia por la presión que sigue ejerciendo contra ellos el entorno radical de la izquierda abertzale.
Según el relato en la Audiencia Nacional de María José, una de las cuatro personas agredidas el pasado 15 de octubre cuando disfrutaban de un momento de ocio, sus padres han decidido cerrar un bar después de que varios radicales colocaran en la puerta de acceso una pancarta con el lema ‘Fuera de aquí’.
Además de en este negocio, un bar de jubilados situado en la confluencia de la calle Burunda y la plaza Tomás de Zumalacárregui, los radicales también colocaron otra pancarta en el domicilio familiar.
María José, nacida en Alsasua, explicó a la juez Carmen Lamela que ella y su familia han abandonado este pueblo navarro de unos 7.000 habitantes tras aquella paliza, a la que siguieron otras amenazas de unos vecinos que, ya desde marzo, le habían retirado el saludo al enterarse de que era pareja de un guardia civil.
«Me retiraron el saludo cuando empecé a salir con el teniente», relató María José en su declaración, a la que ha tenido acceso la Cadena Ser, ante la magistrada de la Audiencia Nacional que ha ordenado el ingreso en prisión de nueve personas con edades de entre 19 y 24 años por un delito de terrorismo.
Lamela investiga las rutinas de «hostigamiento» a los agentes del Instituto Armado que impone el colectivo Ospa Mugimendua, al que pertenecen algunos de los encarcelados y que ha motivado las protestas de Bildu, Sortu y Ernai, además del Gobierno de la comunidad foral que encabeza Uxue Barkos.
«Hay que tener cuidado por dónde se va»
Pilar, la pareja del otro guardia civil, contó a la juez Lamela que es habitual escuchar insultos en la calle como «perro vete al monte», lo que lleva el hostigamiento a actos tan rutinarios como comprar el pan. Su marido, sargento y uno de los agentes agredidos, añadió que también sucede en el instituto de formación profesional de donde se han tenido que borrar.
Este sargento añade que han optado por dejar de acudir a los bares, limitando su vida a las paredes del cuartel de la Guardia Civil. Cuenta, por ejemplo, un episodio en un gimnasio donde otro agente fue amenazado tras ser rodeado por el monitor y varios clientes. El acoso es especialmente cruel hacia las parejas: «Uno del entorno abertzale escupió a la cara a la mujer de un compañero cuando recogía a los niños en el colegio».
El agente también cuenta que Alsasua es un pueblo dividido en dos partes, con riesgo para quienes no forman parte del entorno abertzale. «Hay que tener cuidado por dónde se va», advierte.