Otra chapuza en Interior: a los agentes de Tráfico les salta el airbag de los chalecos sólo con acelerar
"Gran preocupación" en el colectivo, formado por 8.000 agentes, por el riesgo que entrañan estas activaciones indeseadas
La AUGC denuncia que “no se está haciendo un análisis riguroso de la calidad de los mismos”


Los chalecos airbag que usan los guardias civiles de Tráfico presentan problemas de activación indebida. «Saltan sin motivo, por la propia conducción policial, con arrancadas y frenadas bruscas», según denuncia en OKDIARIO la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la decana, que analiza en este diario esta problemática.
Esta asociación afirma que no se está haciendo un análisis riguroso de la calidad de los chalecos y exige una revisión inmediata y responsabilidades ante esta «grave negligencia» que está provocando «un peligro grave» a los agentes.
Esta situación tiene en alerta al colectivo, formado por unos 8.000 agentes, «preocupados por el riesgo que entrañan estas activaciones indeseadas», según declara a OKDIARIO diario Diego Madrazo, secretario nacional de relaciones institucionales de la AUGC y ex miembro de la Comisión de Tráfico, quien lleva destinado en Tráfico desde 2006.
El airbag se infla en décimas de segundo e inmoviliza completamente los hombros y brazos del usuario, lo que acarrea al afectado dificultad para moverse. Al fin y al cabo tiene que ser lo suficientemente rígido cuando está hinchado para paliar una caída contra el asfalto y o contra un elemento de la vía.
Otra consecuencia cuando saltan es que, como cubre por debajo del coxis, eleva al agente sobre la motocicleta y como los brazos se los mantiene rígidos, esta activación puede provocar un accidente. De hecho, hay agentes que tras sufrir este trance se niegan a volver a llevarlos activos.
Éste es el caso de un guardia civil de la zona norte de España que hace unos días, durante una prueba ciclista en la que prestaba seguridad, paró brevemente durante el dispositivo y al volver a incorporarse, «en cuanto aceleró, le saltó el airbag», señala Diego Madrazo.
El sobresalto de este agente fue «enorme». «Notó cómo el chaleco se inflaba de golpe, le apretaba el pecho y los hombros, por lo que se quedó bloqueado físicamente y tuvo que parar en seco porque no podía seguir así», precisa Madrazo.
La AUGC subraya que ya no es sólo el susto o la vergüenza que pasó este compañero con semejante suceso, sino la preocupación de «lo que podría haber pasado si esto ocurre en plena escolta, en una curva o con tráfico alrededor». Critica que «no es de recibo tener que dudar de un sistema de seguridad cuando está en juego tu propia vida».
Y luego en caídas no saltan
«Es un sistema que, en teoría, está para protegerte, pero si se activa sin motivo, se convierte en un riesgo muy serio», recalca Diego Madrazo.
Según informa, también se ha dado el caso de que «en caídas, cuando sí tienen que saltar, no se han activado», así como la escena grotesca que ha ocurrido también recientemente a un guardia civil de Andalucía, a quien le ha saltado el airbag yendo en autobús. Éste es el último suceso del que ha tenido constancia esta asociación.
Los agentes llevaban años reivindicando que se les dotara de chalecos con airbarg. La AUGC recuerda que estuvo, al menos, cinco años reclamándolos y que la demanda se puso sobre la mesa en el debate de los Presupuestos Generales del Estado de 2023. Finalmente, comenzaron su entrega gradual a finales de 2024 y principios de este año, y ya se han entregado «a casi todos los componentes», según indica Diego Madrazo, por lo que cada agente que habitualmente presta servicio en motocicleta tiene uno.
Todavía falta la entrega a personal de áreas funcionales, como la vigilancia de la velocidad y a algunos miembros del área funcional de transportes, según informa.
Antes de adquirir los chalecos, «la Jefatura de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil hizo pruebas de campo durante casi dos años con varios tipos de chalecos: unos, con sistema mecánico, que se conectaban con un cable a la motocicleta y, en caso de caída, el cable se desprendía y se activaba el airbag, y el otro, que es el que nos han entregado, va con bluetooth», precisa Diego Madrazo.
Varias asociaciones de motoristas y los ertzainas, que previamente a la Guardia Civil ya estaban dotados de estos chalecos, critican este sistema con bluetooth «por no estar suficientemente testado y producirse activaciones que no son procedentes al no responder a una causa de siniestro».
Tras ser entregados a la Benemérita, fueron retirados para ajustar un problema de las centralitas y reprogramarlos y entregados de nuevo semanas después, pero siguen dando fallos. Como la conducción policial es más agresiva que la deportiva, el airbag interpreta que existe una situación de riesgo, como una posible caída y se activa.
Desde la AUGC han registrado quejas ante el Consejo de la Guardia Civil de los casos en los que han saltado sin motivo.
Revisión de los chalecos
La asociación decana de la Guardia Civil afirma que es necesaria una revisión profunda de estos chalecos para evitar activaciones que, por muy poco frecuentes que sean, constituyen un peligro.
La AUGC ha presentado una propuesta a prevención de riesgos laborales y también al Consejo, y hace un llamamiento a la agrupación de Tráfico para que facilite información, ya que «no están cumpliendo el estándar exigido para una conducción policial».
Diego Madrazo destaca que aunque esta problemática «está generando alarma entre los compañeros», la agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, «en vez de solventar las dudas y mitigar temores, no actúa». Por ello, demanda a la agrupación de Tráfico que de inmediato informe a la Comisión de Riesgos Laborales sobre cada activación reportada, con un estudio de por qué se ha producido.