La otra cara de la reunión entre el PSOE y ERC: un taxista, dos ‘moleskines’ y los bolis de Forcadell

ERC exigió a los negociadores del PSOE apagar los teléfonos móviles durante el encuentro, petición a la que han accedido los representantes socialistas, que han estado fuera de cobertura dos horas y media.

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Joan Guirado

20.51. Un Dacia Lodgy blanco con la franja roja ilumina la Carrera de San Jerónimo. Lleva el taxímetro ocupado pero no hay nadie en su interior. Se encienden las alarmas. Cuando aparca cerca del número 40, este redactor se acerca y le pregunta: «¿Viene a recoger al señor Rufián?». «Sí», me responde, seguido de un «súbase». «No, no, no soy yo, pero espere».

Está a punto de salir. Tres minutos más tarde, a las 20.54, cuando el contador marcaba ya los 5,75 euros por la espera, aparece Gabriel Rufián por la puerta escoltado por su jefa de prensa. Le preguntamos cómo ha ido y si hay acuerdo. Baja la cabeza. Ni responde ni saluda. Se mete en el taxi y se va. El último AVE sale a las 21.25.

Es la última escena de una tarde de incertidumbre en una de las salas del Congreso de los Diputados, y de mucho frío para los periodistas esperando en una de las aceras de esta céntrica calle madrileña. Rufián, junto a la secretaria general adjunta de ERC Marta Vilalta y el cerebro del 1-O Josep Maria Jové, habían accedido al edificio donde tiene sus despachos el PSOE por una pequeña puerta negra que comunica con el número 36, donde los tienen ellos, a las 17.03 de la tarde. Ya en el lugar, todos han posado para la foto que quería ERC. Los tres independentistas frente a Adriana Lastra, José Luis Ábalos y el número dos del PSC Salvador Illa. De fondo un cuadro titulado «Él flota sobre la situación». ¿Ese él será Pedro Sánchez?

La reunión ha sido larga. Cordial y larga. Con los móviles apagados por petición de ERC. Jové se ha traído a Madrid la famosa libreta ‘moleskine’ en la que durante el procés anotó todas y cada una de las gestiones que hacía -y algún insulto a los de JXCat-. Esa ‘moleskine’, que hoy llevaba también Vilalta, es la base de la investigación judicial del juzgado número 13 de Barcelona. Portaban también un bolígrafo morado con una inscripción que hacía referencia a la ex presidenta del Parlament condenada Carme Forcadell. Gestos. Los que reclama ERC por parte de Sánchez para darle el ‘sí quiero’.

Y casi igual de larga ha sido la espera para la salida. Durante toda la tarde se ha especulado con un comunicado conjunto que nunca llegó. Lastra habló con Sánchez para ponerle al corriente. Había discrepancias entre ambos equipos negociadores sobre qué palabras poner sobre el papel. Finalmente el PSOE y el PSC hicieron uno -aunque resaltando las dos siglas- y ERC otro. Había cosas en común, pero escritas de distinta forma. El PSOE habla del «conflicto en Cataluña» y ERC «del conflicto político». Los socialistas celebran el «ambiente de diálogo constructivo» y los separatistas piden que ese diálogo sea «entre partidos, instituciones y la sociedad civil».

La norma dice que deben seguir con el postureo, sobre todo en ERC, que se tiene que hacer valer. En privado, en los dos partidos algunos reconocen que «esto está hecho». Tiempo al tiempo.

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