Omertá en Ferraz: dos meses sin que la portavoz del PSOE se exponga a las preguntas de los periodistas
Desde el pasado 28 de octubre, la portavoz socialista Esther Peña no da declaraciones desde Ferraz
La proliferación de casos de corrupción en el entorno profesional y personal de Pedro Sánchez está teniendo la callada del PSOE por respuesta: desde el pasado 28 de octubre, la portavoz socialista Esther Peña no ofrece declaraciones en Ferraz. Las acusaciones de Víctor de Aldama, señalando a Santos Cerdán por el cobro de comisiones, o la declaración de Juan Lobato ante el Tribunal Supremo son algunos de los hitos que se han producido en estos dos meses de silencio socialista.
«Cuando hay un caso en el PSOE, actuamos de manera contundente». Estas fueron las últimas palabras de Peña, hace ya casi dos meses. Durante este tiempo, y con un Congreso Federal de por medio, los socialistas han intentado alejar a los periodistas de Ferraz, reduciendo de manera drástica las convocatorias de prensa. Una actitud que coincide con la campaña de señalamiento a los medios de comunicación y a los jueces, a los que el PSOE y el propio Pedro Sánchez, han acusado de «acoso» y de «cacería humana».
Durante estos 50 días de silencio en Ferraz, las causas abiertas al entorno de Sánchez no han parado de crecer. José Luis Ábalos, ex ministro de Transporte y ex número 2 del Partido Socialista, declaraba en el Tribunal Supremo por su vinculación en el cobro de comisiones de la trama Koldo admitiendo haber firmado el contrato de alquiler con opción a compra del piso de 2,5 millones de euros que formalizó con Víctor de Aldama. Ábalos firmó en ese documento con Aldama una comisión de 1,9 millones a cambio de contratos públicos.
Este mismo lunes, Víctor de Aldama, ha señalado en el Tribunal Supremo al PSOE como destinatario de parte de las mordidas que recibían José Luis Ábalos y Koldo García por amañar licitaciones, que era del «1% o 1,5%» del importe y dependía de la magnitud de la obra. Si había modificaciones para ampliar el presupuesto, en beneficio de las empresas, se aumentaba el pago.
El caso de revelación de secretos por el que está imputado el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, tomaba en los últimos días un nuevo rumbo, después de que Juan Lobato entregase su móvil y el acta notarial con los mensajes donde Pilar Sánchez Acera le ofrecía correos electrónicos personales de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Estas conversaciones abren camino al Supremo para investigar al círculo cercano del presidente del Gobierno y elevar las responsabilidades de esta operación hasta La Moncloa.
Moncloa también vive con incertidumbre el devenir del caso Begoña Gómez. La esposa del jefe del Ejecutivo deberá declarar el día 18 de diciembre ante el juez Peinado por su relación con la Universidad Complutense de Madrid. La mujer del líder del PSOE está investigada por tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo. Un caso que también llevará ante el juez a la asesora de Moncloa, Cristina Álvarez, que tendrá que esclarecer las gestiones que realizó con la Universidad Complutense para la esposa del presidente del Gobierno.
Asimismo, el Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz ha decidido llamar a declarar como imputado a David Sánchez, hermano del líder del PSOE y director de la Oficina de Artes Escénicas de la Diputación de Badajoz. La juez investiga las circunstancias en que Sánchez fue elegido para el puesto, en 2017, además de distintas cuestiones fiscales. El hermano del presidente del Gobierno reside en Portugal, pese a que trabaja en Badajoz.
Campaña contra los jueces
El silencio de Ferraz sobre estas causas judiciales no es la única maniobra del PSOE para depurar responsabilidades. La ofensiva socialista contra los jueces comenzó en el Congreso Federal de los socialistas, donde los principales dirigentes del partido cargaron contra los casi 30 jueces que mantienen causas abiertas contra el entorno político y familiar de Sánchez al denunciar una «cacería humana» contra el líder del Ejecutivo «en sede judicial».
Unas palabras que Sánchez hizo suyas el pasado 6 de diciembre, durante la celebración del día de la Constitución. El presidente del Gobierno afirmó ser «víctima» de un «acoso por tierra, mar y aire, en el ámbito político, mediático y judicial». El presidente del Gobierno aseguró que era sólo «cuestión de tiempo» que esa estrategia, de la que culpa también a la oposición, así como a la «derecha, mediática y judicial», se venga abajo. «El tiempo pone las cosas en su sitio y este es un gobierno limpio», aseveró.
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