Los Mossos grabaron llamadas entre Victoria Álvarez y su abogado para favorecer la defensa de los Pujol

Victoria Álvarez
Victoria Álvarez. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

Los Mossos no se limitaron a un seguimiento físico de Victoria Álvarez, la ex novia de Jordi Pujol hijo. La garganta profunda del caso Pujol tuvo conocimiento de que, tras iniciarse el caso contra la familia Pujol por el cobro de comisiones del 3%, sus llamadas telefónicas estaban siendo intervenidas ilegalmente por los Mossos. El objetivo era conocer al detalle su estrategia, movimientos, puntos débiles y sobre todo, las conversaciones que mantenía con su abogado en el caso, Sebastián de Juan. Porque toda esa información pretendía usarse para blindar la posición jurídica de Jordi Pujol hijo y del resto de la familia imputada.

Victoria Álvarez fue advertida de los pinchazos extraoficialmente. Pero, antes de tener conocimiento externo de que sus llamadas estaban siendo grabadas violando la ley, la propia Victoria Álvarez reconoce que se quedó alarmada al comprobar que se hacían alusiones públicas en comentarios -incluso en medios de comunicación- a exposiciones y frases que habían formado parte de las interlocuciones habituales entre ella y su abogado sobre el caso Pujol. Frases que habían sido mencionadas exclusivamente en llamadas telefónicas.

Victoria Álvarez, ex novia del primogénito del clan Pujol sabe ya que su vida privada y pública forma parte de uno de los informes elaborados ilegalmente por los Mossos y descubiertos ahora por la Guardia Civil. Sabe que fue espiada para intentar evitar que colaborase con la Justicia en el esclarecimiento de unos de los casos de corrupción de mayor magnitud y dimensión temporal de todos los que hoy recorren los tribunales españoles.

Y es que Álvarez decidió denunciar todas las ilegalidades cometidas por los Pujol, incluido el traslado habitual de dinero desde España con destino, principalmente, a Andorra o Suiza para esconder el dinero obtenido con las comisiones del 3% y, por supuesto, para dejar todo ese patrimonio -estimado en más de 3.000 millones- fuera del control de Hacienda. Todo ello fue considerado por parte de los Pujol como una amenaza excesiva, momento a partir del cual se dio la orden a los Mossos de que, en vez de centrarse exclusivamente en perseguir delitos, se dedicasen a perseguir a Victoria Álvarez, entre otras personas que podían suponer un riesgo para el clan separatista.

Amenazas y mensajes anónimos

La que fuera novia de Jordi Pujol hijo ha reconocido ya que lleva recibiendo amenazas y mensajes anónimos desde hace años a través de los que le han advertido de que sabían con quién hablaba y con quién se reunía. Amenazas que fueron acompañadas, incluso, de una entrada en su domicilio particular. Álvarez sabe ahora que, además, del seguimiento físico, los Mossos utilizaron su capacidad de hackeo y pinchazos telefónicos para controlar sus comunicaciones y conocer la estrategia de defensa que iba trazando de la mano de su abogado.

La Policía y la Guardia Civil han confirmado estos seguimientos. Unos espionajes que se realizaron dentro de todo un apartado de actividad ilegal que desarrollaban los Mossos y a la que ellos calificaban como “seguimientos políticos”. Victoria Álvarez no era política, pero fue introducida en esa categoría porque su colaboración con la Justicia y la Policía Nacional suponía un desafío a los Pujol y, por lo tanto, al proceso de ruptura con España y con la Constitución.

Los seguimientos físicos se multiplicaron desde la famosa grabación de La Camarga, el restaurante en el que fue grabada Victoria Álvarez en una conversación con la popular Alicia Sánchez Camacho. En esa conversación, Victoria Álvarez comentó de forma genérica las prácticas de los Pujol pero, sobre todo, confirmó que estaba dispuesta a denunciar todo ante los jueces. Pero las pinchazos telefónicos se dispararon desde el inicio del proceso judicial abierto, precisamente, a raíz de esa denuncia. Porque lo importante para los separatistas no era sólo conocer los detalles de la información de Victoria Álvarez, sino, también, anticiparse a la estrategia judicial de su abogado. Desde ese momento, los seguimientos de los Mossos pasaron a ser decisivos en la estrategia defensiva de los Pujol. Las anotaciones y documentos a los que ha accedido la Guardia Civil durante las operaciones de investigación del golpe separatista incluyen menciones a estos seguimientos y referencias a los informes de protección a los Pujol.

La protección a los Pujol se convirtió, de ese modo, en uno de los puntos clave de los trabajos ocultos de los Mossos. Una función que se explica a la luz de otra información aportada por OKDIARIO: la confirmación por la Guardia Civil de que Jordi Pujol padre estuvo presente en algunas de las reuniones que mantuvieron los máximos responsables del golpe del 1-O. Las informaciones recibidas por la Benemérita han constatado que el padre del clan Pujol e imputado por blanqueo de capitales fue invitado a algunas de las citas en las que estuvieron Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Artur Mas. Porque, en el fondo, todo el proceso fue lanzado por él. Por eso era tan importante para la Generalitat controlar las informaciones que podían poner en duda su supuesta y pretendida honorabilidad.

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