Marlaska acerca al País Vasco al etarra que voló una furgoneta en Madrid en 2005 hiriendo a 45 personas
El Gobierno de Sánchez suma y sigue: nuevo acercamiento de un etarra preso a cárceles próximas al País Vasco. El Ministerio del Interior ha trasladado a Liher Aretxabaleta desde la prisión de Ocaña, en Toledo, hasta la de Burgos, recortando así la distancia a su pueblo en más de 300 kilómetros de distancia. Aretxabaleta sólo ha cumplido dos de los más de 500 años de condena por un atentado terrorista que cometió en Madrid en el año 2005: él y su comando hicieron estallar una furgoneta cargada de explosivos en el barrio de San Blas hiriendo a 45 personas.
El 9 de febrero de 2005 un Renault 19 cargado con 30 kilogramos de cloratita hizo explosión a las nueve de la mañana en el aparcamiento del recinto ferial de IFEMA. Ese día, horas más tarde, se esperaba la presencia del Rey Juan Carlos I y la Reina Sofía para la inauguración del evento.
La deflagración del material explosivo provocó un total de 45 heridos de diversa gravedad, aunque no hubo que lamentar víctimas mortales. Un miembro de ETA llamó al diario Gara para advertir de la colocación del coche-bomba, por lo que la zona había quedado acordonada. Sin embargo, la onda expansiva de la explosión hirió a un buen número de trabajadores de las empresas circundantes y a alrededor de 15 agentes de Policía que estaban organizando el cordón en torno a la zona señalada por ETA.
Entre los autores de aquel salvaje atentado, que pudo haber provocado una masacre ya que la zona es un importante parque empresarial y la explosión se produjo en hora punta, se encontraba Liher Aretxabaleta Rodríguez.
Aretxabaleta fue detenido en 2017 por la Guardia Civil después de que la Audiencia Nacional le incluyese entre los autores materiales de dicho atentado. Fue condenado a 535 años de cárcel e ingresó en la prisión de Ocaña I, en Toledo.
Sin embargo, en la enésima muestra de la aplicación de la ‘nueva política penitenciaria’ hacia los presos de ETA, la Secretaría de Estado de Instituciones Penitenciarias ha procedido a su traslado -ejecutado esta semana- a la cárcel de Burgos, a tan sólo 215 kilómetros de su familia. El movimiento supone recortar la distancia más de 300 kilómetros, a pesar de que tan sólo ha cumplido dos años, un 0,3% de la condena que se le impuso.
Su acercamiento se produce junto al de otros 5 etarras, todos ellos trasladados este mes de octubre en plenas negociaciones del PSOE con EH Bildu para lograr su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado y en medio de una moción de censura planteada por Vox contra el Gobierno y condenada al fracaso por la oposición de esa llamada mayoría Frankenstein que sustenta al PSOE en el Congreso de los Diputados.
El 74% de los etarras, libres
El 20 de octubre de 2011, ETA anunció el «cese definitivo» de su «actividad armada». Los terroristas no volvieron a matar a partir de esa fecha. En aquel momento había un total de 699 presos de ETA cumpliendo condena de prisión. Hoy, casi nueve años más tarde, el 74% de ellos están en libertad. Hoy, con EH Bildu más fortalecido que nunca gracias a la aritmética que necesita el PSOE en las Cortes, tan sólo quedan alrededor de 180 presos etarras en las cárceles.
De cada 10 etarras que había en la cárcel el día en que ETA aún no había dejado de matar, casi 8 de ellos están libres hoy en día. La población reclusa de ETA ha entrado en peligro de extinción.
Partiendo de aquellos casi 700 etarras presos en 2011, contando las cárceles de España y Francia (559 y 140 respectivamente), el goteo de puestas en libertad y cumplimientos de condena ha sido incesante. Los registros de Etxerat, la plataforma que aglutina al colectivo de presos etarras y a sus familias, comenzó a contabilizar anualmente las salidas de prisión en 2014. Aquel año finalizó con 465 etarras presos.
En 2015, la cifra se redujo a 403. En 2016, a 348. En 2017, a 298. En 2018, a 264. En 2019, a 246. En este 2020, el número actual de presos etarras, tal y como confirman fuentes de Instituciones Penitenciarias a OKDIARIO, ronda los 180. En total son más de 500 los condenados por terrorismo los que han dejado la cárcel.
El ritmo de excarcelaciones se ha acelerado durante este año. Especialmente desde esta primavera, coincidiendo con el estado de alarma y la crisis del coronavirus. Desde el pasado mes de junio han quedado en libertad un total de 13 presos de ETA.
Acercamientos de récord
Las excarcelaciones de etarras corresponden a la Justicia, pero no así los acercamientos, que son asunto de la Secretaría de Estado de Instituciones Penitenciarias. Y por tanto, del Gobierno. El Ejecutivo de Pedro Sánchez, desde que llegó al poder en junio de 2018, ha acercado a cerca de 80 presos de ETA a cárceles del País Vasco o más próximas a este.
El ritmo de acercamientos comenzó a aumentar la pasada primavera, coincidiendo con el momento en que EH Bildu negociaba con el PSOE prórrogas al estado de alarma. La pasada semana se producía un pico de acercamientos, con el traslado de un total de 6 presos de ETA. Coincide, en este caso, con la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Un proyecto para el que Sánchez necesita, al menos, la abstención de los proetarras.