Rajoy a sus ministros: “La cárcel de Junqueras y exconsellers no nos ayuda, exacerba el voto separatista”
Mariano Rajoy no ha ocultado hoy su preocupación por la evolución del clima en Cataluña. En especial, según sus palabras, tras la decisión judicial de aplicar prisión preventiva a Oriol Junqueras y el resto de exconsellers que ya se encuentran en el centro penitenciario de Estremera.
La frase ha sido lanzada en el transcurso del Consejo de Ministros. Una reunión en la que se habló largo y tendido del golpe, de su deriva, del 155 y, por supuesto, de la prisión preventiva incondicional a los golpistas. La conclusión del presidente del Gobierno fue clara: “La cárcel de Junqueras y los ex consellers no nos ayuda, exacerba el voto separatista”.
La reflexión de Rajoy, lanzada delante de ministros, parte de una base. Y es que el presidente esperaba que la relajación del clima pudiese ir mitigando de alguna manera el sentimiento separatista en los dos meses escasos que transcurrirán desde la aplicación del 155 hasta la celebración de las elecciones del 21-D.
En ese escenario, el presidente del Gobierno contaba, como adelantó OKDIARIO, con que el criterio judicial no fuese el mantenido por el fiscal general, José Manuel Maza, y la jueza Carmen Lamela, sino el conocido como la doctrina Ruiz Vadillo. Una tesis habitualmente invocada por los políticos y que defiende que en periodo electoral es conveniente no adoptar decisiones judiciales que puedan “contaminar” el devenir de los acontecimientos políticos.
La decisión de Maza y de Lamela, evidentemente, no se encaja dentro de esa tesis. Y, según el presidente del Gobierno, la posibilidad de los golpistas de hacer vender ante la opinión púbica catalana, que se trata de un acción judicial “represiva, humillante y desproporcionada” –como ya están defendiendo–, puede permitirles incrementar su movilización electoral y reforzar su mensaje contra España y anti Constitución.
La preocupación no es aislada del presidente del Gobierno. Fuentes del Ejecutivo reconocen que “el plazo hasta el 21 de diciembre es reducido y que cualquier factor de movilización en la dirección separatista y contrario a la dirección constitucionalista puede resultar decisivo”.
El Gobierno en pleno, sin embargo, es consciente de que juega en dos canchas complicadas. La primera, la de las elecciones autonómicas, donde un resultado vencedor de los separatistas el 21-D arroja un panorama duro. Y es que la orden de Rajoy es levantar el 155 en el momento en el que haya una opción de Gobierno respaldada por las urnas catalanas y, por lo tanto, podría darse perfectamente la situación de que después del 155, el poder vuelva a los partidos rupturistas.
La segunda cancha es la de la presión popular de los votantes del PP, que quieren dureza en la respuesta al golpismo. El PP lo sabe perfectamente.
El dilema es importante: lo que les beneficia para ganar votos en el conjunto de España, les perjudica, o por lo menos eso afirman oficialmente, en la cita electoral catalana del 21-D.