Los socialistas andaluces avisan: «Toque cuando toque Susana se presentará al Congreso y lo ganará»

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Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía. (EFE)

Las maniobras de Pedro Sánchez para aferrarse a la Secretaría General del PSOE no parece que vayan a surtir efecto. Al menos, si se atiende al sentir general del PSOE en Andalucía, donde todos sus mandos están seguros de que Susana Díaz no sólo va a competir por el liderazgo del partido a nivel nacional, sino que además va a ganar la elección frente al actual líder del partido.

«Toque cuando toque, Susana se presentará al Congreso y lo ganará», dicen fuentes del PSOE andaluz pese a «las trampas» que se inventen desde Ferraz. La federación socialista andaluza ha dejado claro que su peso entre la militancia –más de un 25%– y en las bancadas del Congreso de los Diputados –22 de los 90 escaños del PSOE los aportan sus ocho provincias– hace imposible marcar el paso del partido sin su concurso. Así, la semana pasada ya publicó OKDIARIO que los diputados procedentes de Andalucía estaban dispuestos a votar en contra de la investidura de Sánchez si éste se aprestaba a lograrla con la abstención de los partidos independentistas.

Este lunes, César Luena, secretario de Organización de Ferraz, ha lanzado una campaña de acoso a las federaciones territoriales para lograr el retraso del 39º Congreso del PSOE. No es la primera vez, ya el pasado mes de enero, la dirección socialista tuvo que plegarse a los designios de la mayoría de los barones y fijar la fecha del Congreso para el fin de semana del 21 y 22 de mayo. Entonces, Luena había tratado de convencer a sus líderes regionales de que la mejor opción era retrasar el cónclave hasta junio, en una intentona por apuntalar el liderazgo de Sánchez, pese a haber logrado los peores resultados de la historia del PSOE, con sólo 90 diputados.

La renovada ofensiva de la Secretaría de Organización ha llegado a la vuelta de Semana santa, cuando la actual dirección de Ferraz no ha podido sustraerse ya más a la intención de Susana Díaz por tratar de enderezar la nave socialista. Así, César Luena ha insistido a los barones en que se fijen más en la posibilidad de llegar a la Moncloa que en la posible endeblez del liderazgo en el partido. Y todo, mientras la anunciada reunión con Pablo Iglesias se retrasa de semana en semana, alargando los plazos de un pacto de Gobierno que cada vez parece más lejano.

Un pacto imposible

La situación, en todo caso, no deja de ser la misma que la que salió de las urnas del 20D. A Sánchez sólo le salen las cuentas mirando a la derecha si pacta con Ciudadanos y logra la abstención de Podemos o del PP, ambas imposibles. Y con un pacto hacia la izquierda con el parido de Pablo Iglesias, las cuentas sólo salen si es con el apoyo activo o pasivo de los partidos independentistas catalanes, algo expresamente prohibido por ese mismo Comité Federal que fijó el Congreso el 21 y 22 de mayo.

Pedro Sánchez ha lanzado guiños a ERC y DiL –la antigua Convergència– asegurando que estaría dispuesto a decir sí donde Rajoy dijo no, respecto a los 23 puntos que Artur Mas exigió para no impulsar el desafío secesionista, e incluso hablando con Carles Puigdemont sobre un eventual referéndum encubierto en el Palacio de la Generalitat. Es más, Miquel Iceta, el líder socialista catalán siempre contrario a la autodeterminación de Cataluña, cambió este fin de semana su discurso al dictado de Ferraz, abriendo la puerta a una consulta a la canadiense.

Pero todos esos movimientos, lejos de convencer a los barones de que la Moncloa se acerca, sólo están logrando poner más nerviosos a los líderes regionales del PSOE que temen que su partido acabe partido por el empeño de Sánchez en pactar con «quienes quieren romper España». Y, de este modo, el bloque andaluz está convencido de que Susana Díaz no sólo debe presentarse, sino que lo hará sea cuando sea el 39º Congreso del PSOE, y que lo hará, además, para ganarlo.

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