AUDIENCIA NACIONAL

Libertad bajo fianza de un millón para el investigado por la mayor estafa en criptomonedas de España

A Javier Biosca y a su familia se les acusa por un presunto engaño piramidal de 900 millones de euros que afectó a miles de personas

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Criptomonedas Biosca
Javier Biosca lleva preso desde junio de 2021 acusado de estafar millones en criptomonedas.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Hace ocho meses la Guardia Civil dio el alto a un coche en un control rutinario en Nerja. A bordo viajaba Javier Biosca, a nombre de quien la Audiencia Nacional había emitido horas antes una orden de busca y captura. Se le detuvo por estafa, apropiación indebida, falsedad en documento público, blanqueo de capitales y organización criminal, todos delitos que habría cometido presuntamente en compañía de su mujer y de su hijo, captando dinero de inversores en criptomoneda a los que habría provocado un quebranto que hoy la acusación contra ellos cifra en 900 millones de euros. Desde hace unas horas, la libertad de Biosca ya tiene precio: la Audiencia Nacional ha fijado una fianza de un millón de euros para el presunto mayor estafador de criptomonedas de la historia de España.

¿Cómo se puede pasar de ser diseñador de páginas web y vivir en Toledo a gestionar una cartera de inversión multimillonaria desde una mansión en Marbella a razón de 15.000 euros de alquiler al mes? Ésa es la pregunta que se hace desde hace tiempo el despacho de abogados Zaballos, que coordina una de las mayores acciones colectivas de los últimos tiempos y que pretende la reparación de la que, en cifras, podría ser, sin duda, una de las mayores estafas piramidales con criptomonedas del mundo y sin duda la mayor de España. Nadie se pone de acuerdo en una cifra concreta, pero la última que aparece en un documento judicial habla de 800 millones de euros. La propia acusación lo eleva ya a 900 millones los defraudados usando criptomonedas como inversión.

La tesis de la acusación deja al descubierto una mecánica de presunta estafa muy llamativa, ya que, si hasta ahora la esencia de una estafa piramidal era quedarse con el dinero de los inversores sin sacarle ningún beneficio, lo que aquí se plantea es una presunta mecánica delictiva que pasaría por invertir el dinero recaudado para ir sisando a los clientes el porcentaje de los beneficios. Grosso modo, la familia Biosca captaban fondos para comprar criptomonedas e ingresarlas en carteras virtuales donde no dejarían de crecer invirtiéndolas en fondos previamente estudiados.

Acusados de sisar beneficios

Lo más llamativo, según la acusación, es que las inversiones funcionaban, pero el presunto fraude estaba en otra parte de la operativa. Los Biosca, que compartían claves de acceso y mantenían contacto con los clientes, de ahí que sea una acusación coral, obtuvieron beneficios en las citadas inversiones de entre un 34 y un 37 por ciento a la semana, pero, según los abogados que aglutinan a los afectados, a partir de enero de 2020 recortaron al 25 por ciento los beneficios que repartían a sus clientes, quedándose ellos el 10% de diferencia sin rendir más cuentas.

Según los afectados, esa cantidad fue a parar directamente al ritmo de vida de los Biosca, quienes a la casa de lujo le sumaron varios coches de alta gama, joyas, viajes, personal de servicio y un ritmo de vida a todo tren. De hecho, si el cálculo de afectados más reciente supera los 3.500, la investigación apunta a que pudieron tener una cartera de muchos más clientes. Y ése es el otro truco de esta presunta estafa: aunque el negocio creció de manera exponencial, siempre fue llevado por las tres mismas personas, el cabeza de familia, la mujer y el hijo, nadie que no fuera un Biosca vamos. Y por ahí vinieron los problemas.

Invertir en criptomonedas

Invertir siempre conlleva un riesgo, por poco que sea, y las criptomonedas no son una excepción. Para empezar, los expertos avisan de que su valor es etéreo y que no está respaldado por ningún bien tangible. Aun así, hay una realidad innegable: quien hace cinco años se gastó 500 euros en determinadas criptomonedas ha ganado 45.500 euros de beneficio. Sin embargo, el ritmo se ralentiza y cuando lo que tienes que atender es una cartera de cientos y cientos y cientos de clientes que han invertido miles y miles y miles de euros, las cuentas pueden dejar de cuadrar, sobre todo si, presuntamente, estás metiendo mano a beneficios que no son tuyos.

Javier Biosca lleva meses pidiendo salir de la cárcel y argumenta de todo para conseguirlo, como que en libertad podrá reparar el daño económico de sus clientes o que el presunto quebranto económico es cien veces menor al reclamado, unos 8 millones de euros. Frente a eso, los demandantes advierten de que sus inversiones en criptomonedas han seguido en las carteras virtuales creadas en su día y que ahí deben estar dando beneficios.

Ahora la Audiencia Nacional deja libre a Biosca a cambio de que pague un millón de euros. El juzgado cree que la investigación está muy avanzada y compra los argumentos de la defensa: no hay riesgo de fuga, tiene arraigo y no puede destruir pruebas. El tiempo que tarde en salir libre demostrará no sólo su músculo financiero, sino las ganas que tenga de cumplir la promesa de reparar el daño sufrido por los inversores que lo denuncian.

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