Junts al PSOE: «O incluís el terrorismo en la amnistía o no habrá Presupuestos»

El partido de Puigdemont lanza un nuevo órdago a Sánchez, que depende de Junts para seguir en el poder

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Luis Balcarce

Junts da una nueva vuelta de tuerca a la posición de dominio que disfruta con Pedro Sánchez desde que éste decidió mantenerse en el poder gracias a los siete votos que los de Puigdemont tienen en el Congreso. Fuentes conocedoras de la negociación confirman a OKDIARIO que, aceptada la tramitación de la Ley de Amnistía que le exigió al PSOE como condición esencial para una nueva investidura, Junts pone otra exigencia sobre la mesa: «O incluís el terrorismo en la amnistía o no habrá Presupuestos».

El órdago es de calibre, porque, tradicionalmente, que un Gobierno vea tumbado su proyecto de Presupuestos en el Congreso se interpreta como una pérdida de confianza que pone contra las cuerdas al gabinete y conlleva la convocatoria de elecciones anticipadas. Le pasó a Felipe González en 1995. Disolvió las Cortes y convocó elecciones, las que en marzo de 1996 le acabaron dando el Gobierno a José María Aznar.

Las normas no escritas de la tradición democrática no es algo que condicione el hacer de Sánchez –lo viene demostrando con reiteración desde que se instaló en la Moncloa–, pero Junts es consciente de que tumbarle los Presupuestos Generales del Estado daría un duro golpe al presidente en la línea de flotación de cualquier Ejecutivo. Seguir en el poder tras certificar que ha perdido la mayoría parlamentaria sería un escenario difícilmente sostenible.

Una parte de los encausados por el procés independentista lo son por hechos en los que hay indicios de delito por terrorismo. A Junts le interesa especialmente lo que afecta a los imputados por Tsunami, causa que instruye el juez García-Castellón. A falta de que finalice la instrucción y se dé paso al juicio oral, el instructor ve en las revueltas de Tsunami caracteres propios del tipo penal de terrorismo.

Atar la redacción de la ley

Ante la amenaza, los de Puigdemont quieren blindar a los que consideran los suyos en esa derivada que se enfrenta a un proceso por terrorismo. Y ese blindaje lo quieren garantizar con nitidez en la Ley de Amnistía que está tramitándose en el Parlamento a iniciativa del PSOE –no del Gobierno– y sustanciada, por tanto, como proposición de ley.

Atar la redacción de la amnistía para que abarque también a los independentistas catalanes imputados por terrorismo se ha convertido, así, en clave de bóveda de la relación actual entre el PSOE y Junts. Es decir, en la clave de bóveda de la arquitectura que sostiene a Sánchez en Moncloa gracias a los votos de Junts en el Congreso.

Los de Puigdemont cumplen con su guión: exprimir al máximo su posición de fuerza -otorgada por Sánchez- para hacerla valer ante los suyos. Ahora la pelota está en el tejado de los socialistas.

El voto al decreto ‘ómnibus’

Además, Junts no se conformará con promesas sin más. Tampoco con expectativas no reflejadas sobre el papel de forma milimétrica. Desconfían de Pedro Sánchez, dicen fuentes próximas a Puigdemont, que sigue marcando el paso de Junts desde su todavía condición de prófugo –no la perderá hasta que la Ley de Amnistía le permita librarse del peso penal y regresar a España sin riesgo de ser detenido–.

Las mismas fuentes indican a OKDIARIO que, ante esos recelos, deberá ser muy precisa la redacción de la Ley de Amnistía para que abarque a los imputados por supuestos delitos de terrorismo. Y eso pasa por la aprobación de enmiendas pactadas previamente entre el PSOE y Junts, y refrendadas a continuación en la votación parlamentaria del texto legislativo.

Junts advierte que ya le ha dado un voto de confianza a Sánchez cuando, hace escasos días, cedió in extremis para votar el decreto ómnibus que incluían medidas a las que el Gobierno se comprometió con la UE para que ésta pague a España 10.000 millones de euros de fondos europeos que estaban congelados a la espera de esos requisitos. «¿Dónde están esos 10.000 millones?», se preguntan ahora los de Junts para recordarle a Sánchez que ellos cedieron, que le dieron un voto de confianza, pero que ahora se lo tiene que devolver con ese blindaje que le exigen en la amnistía para los independentistas encausados por presuntos delitos de terrorismo.

Recelan de Sánchez y Bolaños

Los de Puigdemont quieren hechos, rápidos, y no meras expectativas. No se fían de Sánchez, pero tampoco -y especialmente- de su ministro Bolaños. Éste actúa como interlocutor cualificado del presidente con Junts, pero en este partido recuerdan cómo, mientras negociaba con ellos la investidura, les infringió un doloroso pescozón político haciéndose una foto firmando con Junqueras, de ERC. No hay que olvidar que entre Junts y ERC hay una fuerte competencia por la hegemonía entre el voto independentista, más aún ahora que ambos están ya lanzados hacia las elecciones catalanas que decidirán quien gobierna la Generalitat, una cita con las urnas que, si no se anticipa, tendrá lugar dentro de un año.

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