NEGOCIACIONES

Junts se abre a apoyar a Armengol si Sánchez firma por escrito un documento que atienda sus exigencias

Carles Puigdemont y Pedro Sánchez.
Carles Puigdemont y Pedro Sánchez.
Joan Guirado

Noche larga. De esas de casi infarto, de revisiones en el VAR. De las de cambios de guion como le gustan a Pedro Sánchez para seguir ampliando su Manual de Resistencia. Cuando a última hora del miércoles Junts ya había decidido no apoyar a Francina Armengol como presidenta del Congreso, tras una reunión telemática del núcleo duro del partido con Carles Puigdemont, un par de llamadas de Yolanda Díaz a Waterloo y a Moncloa y un documento remitido desde Ferraz lo cambiaron todo. El PSOE se abrió por primera vez a traspasar sus propias líneas rojas con el independentismo. Y ello hizo sentir a Junts que estaban ganando una primera victoria que, de una manera u otra, tenían que recompensar. Abriendo la puerta a investir a Armengol si Sánchez se comprometía por escrito a atender sus exigencias. Algo así como el notario 2.0 de CiU y el PP en 2006.

Ése es el relato de lo ocurrido por la noche. O más bien de madrugada. Por que los negociadores del PSOE, de Junts y los invitados estrella -como Díaz y el ex presidente José Luis Rodríguez Zrapatero- han movido cielo y tierra para que los junteros pasen este jueves de la abstención o el voto nulo al . Para que los siete hombres y mujeres de Carles Puigdemont en Madrid pasen de barrar el paso a la socialista Francina Armengol en la Mesa del Congreso a ponerle la alfombra roja para relevar a la vetada Meritxell Batet. A altas horas de la madrugada, el intercambio de documentos seguía por las aplicaciones más codificadas que existen en el mercado de las telecomunicaciones. Por que, a diferencia de la mayoría de ciudadanos, Puigdemont no usa Whatsapp «por seguridad».

Documentos entre Moncloa y Waterloo

¿Y que dicen esos documentos? Pues es la gran incógnita. Y es que en esta negociación, como en tantas otras con el PSOE como interlocutor, no hay ni luz ni taquígrafos. Y eso que Pedro Sánchez defendió la más absoluta transparencia para este tipo de acuerdos que posteriormente debían validar sus bases. No lo harán tampoco para la elección de la Mesa, pues no hay tiempo material para ello. Luz y taquígrafos es lo que también anoche, tras haber confirmado la semana pasada su apoyo sin condiciones al candidato socialista a presidir el Congreso, pedían desde ERC. Conscientes los de Oriol Junqueras que el hermetismo y el secretismo con el que están negociando el PSOE y Junts puede perjudicarlos sobre todo a ellos que llevan cuatro años apostando por el acercamiento a Sánchez. Aunque eso les haya hecho retroceder electoralmente. Con el miedo a parecer los tontos útiles del PSOE.

Con todo ello, y Junts instalado de nuevo en las dudas sobre qué hacer con sus siete valiosos diputados en la sesión constitutiva de las Cortes prevista para este jueves, a las ocho de la mañana se volverá a reunir la dirección de los junteros. De forma telemática. Con unos en Madrid y otros en Barcelona. Y Puigdemont todopoderoso, que no es miembro de la dirección, supervisando el debate desde Waterloo. Dispuesto a cortar cualquier discusión en cualquier momento. Sabedor que, lejos del menosprecio al que le sometió Sánchez cuando dijo que ya no jugaba ningún papel relevante en el separatismo, ahora todo vuelve a pasar por él. Y que los suyos, como obedientes lacayos, le dejan jugar ese papel al que él mismo renunció cuando decidió no seguir presidiendo Junts.

Turull, contundente

El secretario general de Junts, Jordi Turull, es uno de los principales defensores del bloqueo político en esta ocasión. Lejos del pragmatismo  defendido en otras ocasiones. Turull, en una reunión del núcleo duro del partido, ha llegado a verbalizar que «yo no me he comido la cárcel por unas infraestructuras y el traspaso de Cercanías», las dos condiciones que reclamaba ERC a cambio de su apoyo.

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