Lucha contra ETA

El jefe de ETA ‘Antza’ será imputado por ordenar el asesinato de Ordóñez 27 años después

Mikel Antza
Mikel Antza
Pelayo Barro

La Audiencia Nacional ha citado a declarar como investigado al ex jefe de ETA, Mikel Albisu Iriarte (conocido como Mikel Antza), por el asesinato del concejal del Partido Popular en San Sebastián Gregorio Ordoñez. Antza ocupaba la dirección operativa de la banda terrorista cuando un encapuchado entró al restaurante en el que almorzaba y le pegó un tiro en la cabeza el 23 de enero de 1995. El juez asume su «presunta responsabilidad en la toma de decisiones».

«Dada cuenta para cumplir con lo ordenado en el auto de prórroga de la instrucción se acuerda oír en declaración, en calidad de investigado con asistencia letrada a Miker Albisu Iriarte», advierte la providencia emitida por el Juzgado de Instrucción Número 1 de la Audiencia Nacional, cuyo titular es el juez Alejandro Abascal.

El texto de la providencia cita a Mikel Antza para el próximo 21 de diciembre, a las 10:30 horas. La declaración se realizará a través de videoconferencia desde los juzgados de San Sebastián.

 

Dos años libre

Antza se encuentra en libertad desde que en enero de 2019 aterrizase en Barajas tras salir de prisión en Francia, donde cumplió 15 años de condena. Los doce años en los que Antza ocupó su puesto en el Comité Ejecutivo de ETA no fueron suficientes para que Policía y Guardia Civil consiguiesen una orden para detenerle una vez en España. Desde entonces ha permanecido en plena libertad.

Los investigadores policiales que siguieron de cerca la carrera criminal de Antza en la jefatura de ETA sabían que su huella estaba tras todas las decisiones estratégicas de la banda. Es decir, de aquellos golpes y asesinatos suficientemente significativos como para modificar la política española. El de Gregorio Ordóñez fue uno de ellos. Matar a guardias civiles, policías, militares o empresarios era decisión de cada talde, pero cuando el objetivo era político era la cúpula de la banda la que debía dar luz verde.

23 enero
Gregorio Ordóñez

Por ello, entre los servicios de lucha antiterrorista nunca se ha entendido que Antza no haya tenido abierta ninguna causa en España, tras sus once años al frente de la banda (entre 1993 y 2004). Hasta ahora. La providencia de la Audiencia Nacional, además, abre la posibilidad de sentar un precedente: que los jefes de ETA, libres o aún presos, vuelvan a sentarse ante un juez para explicar si fueron ellos los que dieron la orden de matar.

Daniel Portero, diputado del PP en la Comunidad de Madrid, presidente de Dignidad y Justicia y víctima de ETA, ha reaccionado a esta citación a Antza asegurando que «Este asesino nunca ha cumplido un solo año por tantos asesinatos ordenados desde su dirección. «Te toca cumplir Antza!!!», advierte Portero.

El asesinato de Ordóñez

El 23 de enero de 1995, meses antes de unas elecciones municipales en las que Ordóñez se iba a enfrentar al socialista Odón Elorza por la alcaldía de San Sebastián, el candidato y otros miembros de su equipo -entre ellos María San Gil- comían en el bar La Cepa de la zona vieja de la ciudad, una zona que solía frecuentar el político del PP.

Mientras almorzaban, un encapuchado se acercó hasta Ordóñez y le puso una pistola en la cabeza. La propia San Gil confesaría más tarde que en un primer momento pensó que se trataba de una broma, pero entonces sonó el sonido seco del disparo. Uno sólo, no hubo remate, porque la bala atravesó de lado a lado la sien de Ordóñez.

El asesino huyó a la carrera. El comando, como determinaría posteriormente la investigación policial, estaba formado por los etarras Valentín Lasarte, Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, y Juan Ramón Carazatorre, Zapata. El primero está libre, el segundo fue acercado por Marlaska de Huelva a Estremera -donde cumple condena junto a su pareja sentimental, Irantzu Gallastegi-.

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