Ayuso: «Sánchez busca una baja participación el 23J, votar masivamente es un acto de patriotismo»
A Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 1978) no se le ha subido el éxito a la cabeza. Brutal éxito, para ser rigurosos. Su trato, sus maneras e incluso sus andares son los mismos que exhibía hace casi una década cuando la conocí. Cuando era una meritoria cachorra del PP que apuntaba maneras en aquellos debates a cara de perro que los miembros de la España liberal manteníamos con la mayoritariamente podemita bancada de enfrente en La Sexta Noche. No es que haya cambiado una miaja, bastante, mucho o que estemos ante un ADN completamente distinto, no, es que es la misma: tímida en las formas y valiente y coherente en el fondo y con un discurso perfectamente amueblado. En fin, la némesis de un Pedro Sánchez que fue a cardarla y salió trasquilado. Masoquista él. El todavía presidente del Gobierno cavó su fosa entre 2020 y 2021 con una campaña contra nuestra protagonista, sin paragón en virulencia y potencia de fuego en 46 años de democracia, que acabó volviéndose contra él cual bumerán reventándole la cabeza. Madrid constituyó el maravilloso final del delictivo pablismo en mayo de 2021 y ha representado la tumba del sanchismo dos años y tres semanas después. Si el fracaso de Sánchez tiene rostro humano ése es el de Isabel Díaz Ayuso. Bueno, y ahora el de Alberto Núñez Feijóo, al que toca dar la puntilla al autócrata. Cuestión de ocho semanas.
PREGUNTA.- ¿Qué le parece el adelanto electoral? Usted es la bestia negra de Pedro Sánchez, pero ha fracasado cada vez que ha ido contra usted.
RESPUESTA.- Me parece que es un intento a la desesperada porque su Gobierno agoniza. Su mala coordinación es insoportable. Sólo sabe jugar con la deslealtad a España. Para mí no hay nada más desleal que intentar gobernar contra una parte del país o, sobre todo, intentar, con todas las artimañas y retorciendo lo que pueda, gobernar por la mínima y con la más baja participación que se recuerda. Es su estrategia. Ni siquiera busca ya la legitimidad. A los españoles les rompe sus merecidas vacaciones, a padres de familia, niños con alguna necesidad o sectores que están a pleno rendimiento en verano, como la hostelería o el turismo… En lugar de ponerse en el lugar de la gente, está a lo suyo y lo que busca es la baja participación. Pero nosotros ya nos encargaremos de todo lo contrario, porque hay que ir a votar masivamente. Sánchez actúa incluso al margen de los intereses de sus propios ayuntamientos y de su partido. Ya está a otra cosa, como bien sabemos. Y lo demuestra esto y las formas con las que han iniciado la campaña, que han ido a tope.
P.- Han sacado un vídeo que parece el NO-DO, con el chapapote del Prestige, el 11M, Irak…
R.- Y ahora le queda el francomodín…
P.- Pero a Franco no lo puede sacar otra vez…
R.- Bueno, ya se le ocurrirá algún evento allí o algo para promover una España de dos bandos y para remover odios y pasiones. Sánchez es como un mago que está sacando conejos de la chistera y moviendo bolitas y los niños le dicen «pero si se le ve el truco». España ha demostrado que ya no cuela, que da igual la utilización que haga de los Consejos de Ministros, de los anuncios, de los Tezanos…
P.- Usted va a ser una de las dianas, sino la diana principal, de la campaña de Sánchez, ¿le preocupa?
R.- Estoy acostumbrada, llevamos así cuatro años y nosotros no hemos dejado de crecer. Es un clásico, ¿qué le vamos a hacer? Pero todo está ya acabado. Lo bueno es que ya no van a poder hacer tanto daño a España en estos meses. Ahí tienes dos ejemplos. Emiliano García-Page se ha salvado a costa de renegar públicamente de él y en Puertollano, de donde procede la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, el Partido Popular ha obtenido una histórica mayoría absoluta. Y lo mismo ha ocurrido con otra de sus ministras, a la que ha mandado al Ayuntamiento de Madrid. El sanchismo es sinónimo de desastre. Y podrán pensar que la gente no tiene memoria y que se olvida de lo que vota, pero ahí estarán los españoles para demostrar que esto nadie lo quería. Y, como todo es mentira, tampoco nos va a decir con quién va a pactar, porque estas elecciones deberían ser un buen momento para saber qué va a hacer. Pero todo lo que hará será mentir…
P.- ¿Usted cree que tiene posibilidades de ganar las elecciones y de seguir gobernando?
R.- Yo creo que no tiene ninguna. Ha dejado tiradas leyes importantísimas, como la de la ELA, ha puesto sobre la mesa más de 400 millones para publicidad institucional… Pero da igual lo que haga. Ha hecho todo tipo de anuncios en la campaña, multiplicando los pisos por 10.000 cada semana…y mira el resultado. Ya todo el mundo le conoce y sabe que miente, que utiliza las instituciones y que no tiene ningún pudor a la hora de trabajar para sí mismo.
P.- Es un tramposo patológico, ¿usted teme que haga trampas en el proceso electoral?
R.- No puede. En un proceso electoral participan muchas personas al azar, que no se conocen entre ellas. Al frente están excelentes funcionarios, policías, juzgados, interventores o apoderados. Es un proceso muy complicado. Otra cosa es que, en algún sitio, intenten triquiñuelas, como hemos visto en las últimas elecciones. Por eso, es importante ir a votar de manera masiva para que, a pesar de cualquier trampa, la opinión del pueblo sea mucho más importante. Y tenemos que ser conscientes de que en estas elecciones nos jugamos todo, España no aguanta otros cuatro años más así. El deterioro es tan evidente, a nivel institucional, económico, territorial, que todo lo que hemos visto estos cuatro años sólo va a multiplicarse si no hay un cambio. Si todos votamos, nos irá mucho mejor y no nos lamentaremos. En estas elecciones, se han perdido ayuntamientos y comunidades autónomas por nada. Es un ejercicio de patriotismo. Yo, desde luego, voy a recordarle a la gente en Madrid la importancia de ir a votar.
P.- En anteriores ocasiones cuando la he entrevistado siempre ha expresado su vaticinio de que el presidente del Gobierno puede no aceptar los resultados de las urnas, ¿teme usted que pase eso el 23 de julio?
R.- No sé, no le queda otra… Es tan evidente que ya está jugándose una última carta que, cuando pierda, tendrá que dejarlo ahí. Es verdad que habrá dejado activistas en distintas administraciones y muchos contrapesos para el siguiente Gobierno. Y tendremos que ser fuertes y saber desactivarlo. E imagino que cuando Alberto Núñez Feijóo llegue a La Moncloa, no habrá tomado ni siquiera posesión y ya tendrá su primera manifestación. Eso es marca de la casa. Pero ya nos vamos conociendo todos. Han pasado muchos años de democracia para ver el comportamiento de los distintos partidos cuando ganan y cuando pierden.