Investigan a los Mossos tras la denuncia de un independentista que disfruta con la muerte de policías
El fotógrafo denunciante calificó una foto del rescate de un coche de la Ertzaintza tras un accidente en el que murió un agente como “Poesía”.
Un fotógrafo que cubrió las protestas contra los mítines de Vox durante el fin de semana en Cataluña ha denunciado haber sido víctima del disparo deliberado de un agente de la Policía Autónoma Catalana contra él mientras cubría la noticia. El conseller de Interior del Gobierno de la Generalitat Catalana, Miquel Sàmper, ha anunciado la apertura de una investigación para valorar la reacción del agente. Desde fuentes cercanas a los Mossos desmienten la acusación y la desmontan basándose en otras imágenes.
El pasado fin de semana fue movido en Cataluña. A una semana de la celebración de las elecciones catalanas del 14-F la actividad de los partidos políticos se disparó y aquellos que generalmente no suelen prodigarse por tierras catalanas se dejan ver más estos días para conseguir unos cuantos votos más. Como parte de la caravana de los partidos nacionales los políticos de VOX se dejaron ver en poblaciones catalanas para ofrecer mítines a sus futuros votantes o tratar de convencer a aquellos que aún no saben qué votar. Era obvio que la mera presencia de los líderes nacionales de Vox en poblaciones con un electorado marcadamente independentista sería noticia. Javier Ortega Smith, Macarena Olona y Santiago Abascal entre otros, trataron de defender sus ideas primero en Vic, Barcelona, y después en Salt, Gerona.
Los medios de comunicación que están pendientes de la campaña se olían que merecía la pena cubrir ambas jornadas, y no se equivocaron, porque los disturbios, las persecuciones y los intentos de agresión convirtieron en noticia de primera plana lo que con otros protagonistas sería una aburrida crónica política. Uno de esos cronistas con olfato fue Joan Gálvez Pausas, fotoperiodista que se arrimó a la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra, los mal llamados antidisturbios de la policía catalana. Pese a rehuir del calificativo, es el más acorde a su vestimenta y protocolos de actuación. Chalecos, escudos, protecciones, casco y armas largas de dispersión de masas. Siempre que hay lío en las calles de Cataluña es la BRIMO la primera en llegar. Por eso, Joan, el fotoperiodista, decidió trabajar cerca de ellos. Y además no es la primera vez que lo hace. Son muchísimos los vídeos y las fotos colgadas en sus redes sociales en los que se le ve trabajando en situaciones de riesgo. Por eso cuesta un poco entender su denuncia después del vídeo que se ha hecho viral en el que se aprecia cómo estando cerca de los agentes el fotógrafo percibe que uno de los agentes va a efectuar un disparo con una escopeta y se lanza raudo precisamente hacia la trayectoria del cañón. Él mismo en su perfil de Twitter cuelga como vivió la escena desde su cámara, y es imposible conseguir una foto mejor… sin que el ruido del disparo te aturda y te haga acabar en el suelo conmocionado.
Acusación y número de placa
Los Mossos hace tiempo que tienen prohibido el uso de munición como bolas de goma para dispersar multitudes y en la mayoría de los casos los disparos que se oyen son sólo eso, ruido, munición detonadora no letal. Joan, acostumbrado como está a trabajar tan cerca de los policías podría haber reconocido su imprudencia, pero no, la culpa era del mosso, y así describió el fotógrafo la escena: «Hoy (por el domingo) en Salt, el agente BRIMO con número XXXXXX (OKDIARIO no revela los números identificativos de ningún agente) se ha acercado directamente a mi para dispararme una salva en la cara siendo fotoperiodista debidamente acreditado. Aquí están las imágenes donde se puede observar cómo viene directamente a por mí y todos sus compañeros dirigen la mirada hacia mi».
Lo que cuenta Joan y la realidad se parecen como un huevo a una castaña. En el vídeo que encabeza esta información se aprecia perfectamente cómo el agente busca ángulo para ser visto por los manifestantes que quiere dispersar. El objeto de la salva, además del ruido, es que los manifestantes vean al agente apuntar para que funcione el efecto disuasorio. Y nadie fue a por Joan, más bien Joan se abalanzó sobre el agente para captar la mejor foto, y vaya si lo hizo, pero a cambio casi le revientan los tímpanos. Fuentes cercanas a los mossos protagonistas de la escena aseguran que nada de lo que cuenta Joan se acerca a la realidad de lo vivido, que de hecho él estuvo tiempo trabajando cerca de ellos antes del disparo sin haber tenido ningún problema.
Aún así el conseller de Interior, Miquel Sàmper, ya ha ordenado una información reservada para investigar el comportamiento del agente. A ese carro se ha subido también Laura Borrás, la candidata de Junts per Catalunya, quien ha dicho: «Me indigna ver comportamientos de algunos agentes de Mossos que son incompatibles con los de una policía democrática referente en la protección y promoción de derechos».
Ya hemos hablado del mosso al que van a investigar, del conseller, de Laura Borrás y de VOX, pero nos queda un detalle: Joan, el denunciante. Además de definirse como fotoperiodista dice que es cocreador de El Poble, medio de comunicación enfocado a «protestas independentistas y antifascistas». El logotipo de El Poble es un cóctel molotov. Pero a un fotógrafo se le conoce por sus fotos o por los títulos que pone a las de otros. En diciembre se atrevió a nombrar una de esas fotos. Una patrulla de la Ertzaina sufrió un fatal accidente y su coche acabó en el fondo del río, en San Sebastián. Uno de los agentes no pudo escapar del coche y murió ahogado. Joan colgó en sus redes la fotografía del instante en el que el coche patrulla era rescatado de las gélidas aguas y se atrevió a titularla: «Poesía», escribió. Ese es Joan, por cuya versión van a investigar a un mosso.